Uno de los murales de la Comuna 13, en donde se hace el 'graffitour'. | Foto: Archivo particular

Cultura

Las calles paisas que cuentan historias

Anímese a dar un paseo por las comunas que se transforman y cambian la violencia por grafitis. Descubra dónde murió Carlos Gardel y conozca las construcciones más ilustres de la capital de la montaña.

Juan Camilo Jaramillo*
24 de agosto de 2017

Los colores del ‘graffitour‘

Esta es la Comuna 13, una de las 16 que tiene Medellín. La más densamente poblada, con 192 habitantes por hectárea; la que mayor fuerza obrera aporta a la ciudad; la que muchos, desde afuera, relacionan automáticamente con la Operación Orión: aquella en la que el Ejército Nacional, con ayuda de paramilitares, buscó controlar el territorio hasta entonces dominado por milicias urbanas de la guerrilla (2002).

Hoy esta comuna es un ejemplo de cambio. Lo cuenta Manuel Carrasquilla, el Zorro, mientras caminamos por las calles inclinadas de la 13. Manuel hace parte de Casa Kolacho, un colectivo de muchachos amantes del hip hop que a través del arte busca darle otra cara a esta zona. Así nace el ’graffitour‘, “un recorrido histórico, estético y político”, como dice Manuel, en el que pueden leerse las luchas, la memoria y la resistencia.

El tour dura entre dos y tres horas. Al caminar por las calles serpenteantes de la Comuna 13, se aprecian esos grafitis artísticamente trabajados que han llenado de color estos barrios. Antes, en muchas de esas paredes aparecían amenazas de muerte; ahora, mediante el arte callejero, se habla de vida. “No queremos hacer un turismo del terrorismo o del pesar, queremos que los visitantes miren los cambios que se han producido aquí; y modificar el imaginario que la gente tiene de la comuna”.

Patrimonio paisa

Medellín cuenta con 25 bienes declarados Patrimonio Cultural de la Nación y cerca de 100 edificaciones de interés cultural municipal. ¿Cuáles visitar?

El recorrido podría comenzar en el norte, en la casa museo Pedro Nel Gómez, el gran muralista; para seguir al Centro Cultural de Moravia, obra de Rogelio Salmona; continuar en el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, entrar a la Universidad de Antioquia, pasar por el Hospital San Vicente Fundación y terminar en el barrio Prado, el único declarado Bien de Interés Cultural en su conjunto, con cerca de 400 inmuebles con características de la década de 1940. Un tour que permite apreciar la ciudad de antes y la de ahora.

Y si aún tiene ánimo, le aconsejamos seguir por el centro; pasar por la Catedral Basílica Metropolitana; llegar al Parque Berrío; conocer la iglesia de La Candelaria, el Hotel Nutibara, el Museo de Antioquia, el Instituto de Cultura y Patrimonio; caminar por el pasaje peatonal Carabobo y llegar a los edificios Vásquez y Carré; sentarse en una de las bancas de la antigua Estación Medellín del Ferrocarril de Antioquia… Y ahí sí, quizá, descansar.

La ciudad del tango

En el otro extremo, al nororiente de la ciudad, se encuentra uno de los barrios más tangueros de Medellín: el Manrique. Aquí, en la capital paisa, falleció Carlos Gardel en un accidente aéreo el 24 de junio de 1935. Con su nombre fue bautizada una avenida de esta zona, sobre ella se encuentra una estatua que recuerda al ‘Morocho del Abasto‘ y uno de los sitios emblemáticos para el tango: la Casa Gardeliana, ahora convertida en museo.

Medellín es tanguera por muchas razones: los jugadores de fútbol argentinos que llegaron a mediados del siglo XX, las películas gauchas que se proyectaban en los barrios, las visitas de Gardel... “Muchos, cuando evocan este ritmo, piensan en Buenos Aires o Montevideo, pero llegan a Medellín y se sorprenden porque lo sienten en las calles, cantinas, en la piel de la ciudad”, dice Gloria Franco, presidenta de la Asociación Gardeliana.

En el Manrique también se encuentra el bar Alaska; pero para continuar con el tour hay que ir al centro, al Salón Málaga, con su decoración de los cincuenta; tomarse una cerveza en Homero Manzi; conocer A Puro Tango, sobre la avenida San Juan; entrar a la Escuela Mayor de Tango, en el barrio Robledo, pasar por el Patio del Tango, en el barrio Antioquia; e incluso terminar en el Aeropuerto Olaya Herrera, donde se le rinde homenaje a Gardel. El tango fue declarado patrimonio cultural de la ciudad hace 17 años. Con justa razón.

*Periodista.