Grupo C-15, una de las bandas pioneras de la Comuna 13

Sonidos urbanos

Hip hop en Medellín, versos de memoria

Letras que son huellas de violencia y desigualdad, pero también de amor y esperanza. ¿Cómo se ha contado la ciudad desde las líricas de la música?

Manuela Lopera
16 de septiembre de 2015

Cada género tiene sus propias búsquedas, aunque los que surgen desde lo marginal tienen elementos comunes marcados por asuntos de territorio y de condiciones sociales ligadas a la desigualdad, la violencia y la criminalidad. “En las letras ha predominado la calle. Lo urbano es muy fuerte en casi todos”, dice Diego Londoño, periodista musical y autor del libro Medellín en canciones. En la década de los 80, según explica, “Medellín fue, quizás, la mejor ciudad para hacer punk porque en la calle había carros bomba, corrupción, pobreza. Situaciones que permitieron que esos músicos pudieran contar historias reales, no salidas de la ficción”, aunque suene fuerte y haya matices.

En esa época, las canciones tomaron el tono de la guerra. “Atentado terrorista/que apoyas la crueldad/sangre, violencia y miseria/nos aumentan la maldad/La desgracia nos persigue/todo es culpa de la guerra”, dicen algunos apartes de Atentado terrorista, canción de I.R.A., una agrupación que lleva 30 años contando la ciudad en esa forma tan propia del punk. La banda sonora de la película Rodrigo D No Futuro, que hoy es una especie de ícono, ayudó en ese entonces a contar una faceta de la ciudad que resultaba nueva para muchos y llamó la atención sobre los sentimientos que guardaban los jóvenes.

Hoy en día, el puesto del punk lo tomó el hip-hop. Ahora son los raperos quienes más reflejan la calle en sus crónicas urbanas: “La Operación Orión fue narrada por ellos, como no lo hicieron los periodistas”, asegura Londoño. Jeihhco, integrante de la agrupación C15, activista hip-hop en la Comuna 13 y líder de la iniciativa “Revolución sin muertos”, dice que empezaron a hablar de historias que nadie se atrevía a contar. Nombra al grupo Sociedad FB7, una banda referente de las nuevas generaciones. También al grupo NODUDA, que en estos versos de la canción Amargos recuerdos escenifica las operaciones Mariscal y Orión: “Sobreviviendo en el barrio/donde se escuchan disparos/donde se muere la gente/por culpa de algunos cuantos/el terror en mi comuna hizo parte del pasado”.

Las letras también hablan de las luchas diarias por ganarse la vida, sobre la discriminación o la desigualdad. “Pero señor agente si yo soy un buen tipo/mejor por qué no persigue a los maleantes/más bien míreme/tengo pinta de cantante”, dice la canción Señor agente de la agrupación Esk- Lones.

Un lugar de contrastes como Medellín siempre le dará material a los cantantes. A la Secretaría de Cultura a menudo llegan cantautores a ofrecer a la Alcaldía temas que escribieron solo para la ciudad, como si fuera una novia. Y, año a año, la Feria de las Flores tiene un tema musical que funciona como un himno que evoca lo más bonito y valioso de la ciudad, y logra reunir a músicos de géneros distintos.

Una ciudad definitivamente más tranquila es protagonista en otros géneros, como los tropicales, que prefieren cantarle al valle, al clima y a las mujeres. O el ska-reggae, por lo general sereno. Los Coffee Makers le cantan a la urbe en la hora en que se vuelve propicia para el amor, el encuentro entre amigos y la libertad del espíritu: “La canción Sábado en la noche habla de la realidad de los músicos que durante la semana tienen que dedicarse a otros oficios para sobrevivir”, dice Andrés Arango, ‘Pupilo’, baterista y compositor del grupo.

Medellín, para sus cantantes, puede ser al mismo tiempo vida y muerte, amor y belleza, o desigualdad. A pesar de que la violencia ha sido un triste eslabón en esta historia, Jeihhco cree que la Comuna 13 está llena de esperanza. Por esa razón compusieron una canción titulada Aquí sí hay amor. “Aquí sí hay amor/ilusiones, pon una mano en tu corazón/amores, corazones/hay un mundo mejor posible/se siente en mi gente/otro ambiente/camina por mis calles”.