Ginger Blonde nació con la idea de proponer variedad y singularidad en la imagen. | Foto: Ginger Blonde

RAÍCES COLOMBIANAS

Ningún garabato, estampar es todo un arte

¿Qué es el ‘rapport’? ¿Por qué los estampados originales son bellas artesanías? ¿Por qué en Colombia está labor no recibe el valor que merece? Encuentre las respuestas aquí.

Mónica Suárez y Daniela Rubio*
23 de julio de 2017

Hoy, el arte de diseñar estampados es poco reconocido. El comprador que ve algo atractivo en la vitrina de un almacén y luego sale con varias bolsas en la mano suele ignorar el enorme trabajo que hay detrás de esas prendas que compró y cuál es, en realidad, el fundamento de un diseño coherente. Por un lado está la labor de investigación para conceptualizar la colección, que incluye indagar acerca de las tendencias; seguida de la ilustración de los artes y, finalmente, la composición del rapport o repite, nombre que lleva el módulo mínimo necesario para crear una repetición potencialmente infinita.

Es inquietante ver cómo se ha perdido la especialización en el oficio. En Colombia, las grandes empresas de moda y las textileras pocas veces cuentan con diseñadores expertos en estampados que articulen nociones sobre el diseño gráfico, de modas y textil. Así mismo, el tema económico en esta industria es complejo. No hay una conciencia del valor de los estampados. En Europa y Estados Unidos sí existe la cultura de comprar ilustraciones o estampados en ferias textiles a estudios especializados. Cada ‘arte’ puede costar entre 300 y 600 euros (entre 1 millón y 2 millones de pesos). Las grandes empresas viajan con su equipo de diseño en busca de ilustraciones únicas y especiales.

Hace falta también que los directores de diseño y los clientes, que algunas veces no están al tanto de las repercusiones, entiendan las implicaciones morales de ‘fusilar’ elementos o incluso, muchas veces, estampados completos de internet. Así mismo, en la mayoría de los casos las empresas de moda utilizan bancos de imágenes para sus estampados, por eso es común que varias marcas compartan los mismos elementos en sus telas.

Esa compleja realidad nos animó a fundar Ginger Blonde, con la idea de proponer variedad y singularidad en la imagen, lejos del uso de plataformas como shutterstock. Es difícil competir con los precios chinos, pues los artes se redibujan por 10 dólares. Por eso creemos que es momento de que la industria colombiana reflexione en relación con qué tanto se está valorando el arte de estampar.

Y es que el proceso de ilustración permite desarrollar elementos originales y coherentes con el universo que se quiere diseñar para los clientes. La composición tiene también una relación importante, puede potencializar o debilitar las imágenes. Nos encanta experimentar con diferentes ritmos al componer el rapport haciendo que los elementos iguales no se repitan tan seguido; de lo contrario comienzan a marcar caminos horizontales y verticales, especialmente en superficies grandes. Lo bonito de un estampado es que el rapport pase inadvertido, que se sienta como una configuración coherente de elementos dentro de una composición y no una simple repetición.

Una vez está listo hay que adaptarlo según el método de estampación que el cliente decida usar. Puede elegir el digital, que es más costoso que la rotativa o plana pero permite estampar pocos metros de tela. Otra ventaja es que no tiene límite de colores, ya que primero se imprime el estampado en papel para luego fusionarlo con la tela mediante sublimación.

La estampación plana o rotativa es más económica y se utiliza en grandes cantidades de tela. Este método sí tiene un límite de colores. El máximo es generalmente de 12 a 16. Nosotras queremos darles un valor especial a los estampados entendiendo el desarrollo no como simples diseños continuos, sino ornamentos que enriquecen cualquier superficie con una narrativa que explora los imaginarios de nuestros clientes e, incluso, de nosotras mismas.

Este proceso comenzó con la búsqueda de un concepto de diseño que combina nuestra visión artística con las necesidades de los clientes, si se tiene en cuenta un estudio previo de tendencias. Procuramos que los estampados sean casi como ‘artesanías’ (visto desde un ángulo de alta calidad y de trazo manual), proyectando un equilibrio entre una visión estética y lo que pide el mercado actual. Esta perspectiva es un agente diferenciador, contrario a lo que se vive actualmente en la moda con la incidencia del fast fashion y la manufactura china.

*Fundadoras del estudio de superficies Ginger Blonde.