Emas Pasto busca que el resto del país se anime a contribuir al planeta con conciencia a partir de la basura diaria. | Foto: Cortesía Emas

CULTURA

El relleno sanitario que favorece al medioambiente

Estos lugares también pueden ser lugares de aprendizaje y esparcimiento para la comunidad. Conozca cómo se logró en Pasto.

2 de octubre de 2017

A 13 kilómetros de San Juan de Pasto hay un lugar donde la naturaleza y los residuos coexisten. Un espacio pensado para cambiar el estigma que llevan encima los rellenos sanitarios desde hace años: que son desagradables y producen malos olores, que en ellos no hay vida o que simplemente no son sitios transitables. Para demostrar que la realidad puede ser diferente y con el ánimo de disponer los residuos de manera adecuada y reducir el impacto ambiental, la compañía Emas Pasto creó hace 16 años el Parque Tecnológico Ambiental Antanas (PTAA), uno de los primeros rellenos sanitarios de Colombia donde la basura prácticamente no se ve.

Como su nombre lo indica, el PTAA es un parque. Cuenta con 100 hectáreas en las que predominan el verde del césped y los árboles. Allí, los trabajadores juegan fútbol y los niños se divierten en un campo lleno de atracciones hechas con neumáticos, como una motocicleta y un gusano gigante. Al costado derecho de la entrada hay algunas oficinas y un aula ambiental donde los visitantes reciben clases de educación ecológica, y más abajo está un centro agroecológico, depósitos, una planta para tratar lixiviados, el relleno sanitario y varios senderos.

Desde 2001 el propósito de este “rincón mágico de biodiversidad”, como lo llama Sandra Gallego, coordinadora forestal, es brindar soluciones ambientales no solo a Pasto, sino a toda la comunidad. Se trata de un proyecto regional que impacta a 42 municipios nariñenses y otros tantos en el sur del Cauca y en el alto Putumayo. Su gerente, Ángela Paz, señala que por incluir a la comunidad y modificar un concepto ambiental, el parque, que no deja de ser un relleno sanitario, ha sido considerado uno de los mejores del país.

Emas Pasto hace parte del Grupo Sala, que también ha implementado este concepto en Cúcuta y Manizales. Ahora Mocoa sigue el ejemplo de la mano del equipo de Emas Pasto que busca, también, que el resto de Colombia se anime a contribuir al planeta generando conciencia ambiental a partir de la basura diaria.

Educación ambiental

Además de las zonas verdes, el Parque Tecnológico Ambiental Antanas cuenta con un aula ambiental dedicada a la educación ecológica. Foto: Cortesía Emas.

Al PTAA llegan mensualmente cerca de 12.000 toneladas de residuos sólidos, el doble de lo que recibe el relleno de Doña Juana, de Bogotá, en un solo día. De ahí la importancia de enseñar a botar menos y a reciclar más. Por eso las más de 6.000 personas que han visitado el parque en lo que va del año han aprendido sobre estos temas de educación ambiental, y la meta de los administradores es que para finales de diciembre esta cifra se duplique. Es decir, que más estudiantes de colegio, universitarios, especialistas y familias puedan realizar el recorrido que empieza con el relato de cómo se hace la disposición técnica de los residuos sólidos, peligrosos e industriales y termina en el centro agroecológico.

Este centro es el consentido de los trabajadores del PTAA. Entre los diferentes tipos de investigaciones adelantadas aquí, una de las más importantes ha sido entender cómo se puede aprovechar el biogás. Y es que el centro agroecológico cuenta con un gran ecosistema que incluye un orquidiario para preservar las orquídeas, ya en vías de extinción en varios países, un vivero con especies aromáticas y ornamentales, un lombricompuesto y una planta de compostaje. Cuando el parque ya no tenga más espacios para rellenar, este lugar va a seguir a disposición de la comunidad.

Mientras tanto, las familias de las seis veredas aledañas se siguen beneficiando del parque que ellas mismas ayudaron a consolidar, pues más del 80 por ciento de los trabajadores del PTAA pertenecen a la población vecina. Y a diferencia de lo que sucede en otras ciudades, para los vecinos su relleno sanitario no es motivo de vergüenza. Emas Pasto ha sembrado ese sentido de pertenencia al generar empleo y capacitar a la población, por medio de cursos que terminan con una fotografía en la que jóvenes y ancianos posan con un diploma que los certifica como vigías o líderes ambientales.

El objetivo a largo plazo es que en un futuro los mismos ciudadanos velen por el sector donde Emas Pasto ha sembrado más de 60.000 árboles desde 2005 y ha contribuido con más de 100.000 plántulas. El jefe del PTAA, Álvaro Botina, resume en pocas palabras lo que hace de este un proyecto único: “El reto está en llevar a cabo una labor de disposición de residuos y al mismo tiempo encontrar un equilibrio con el medioambiente. Eso nos hace diferentes”.