3,6 millones de TEU moviliza hoy el Puerto de Cartagena. | Foto: Héctor Rico

SOCIAL

El Grupo Puerto de Cartagena: un detonante del desarrollo social, económico y ambiental

Su Fundación atiende cerca de 60.000 personas de forma indirecta y la Terminal de Cruceros inyecta en la economía cartagenera 60 millones de dólares al año. Aquí un panorama 360 grados.

1 de noviembre de 2019

La bahía de Cartagena es un lugar ideal para el desarrollo portuario. Y no solo por sus profundas aguas, ni por encontrarse en una zona industrial y turística del país. También por su ubicación en el Caribe, convirtiéndose en un punto de conexión entre los centros de producción asiáticos y los centros de consumo en Europa y Norteamérica.

Detlef Trefzger, CEO de Kuehne + Nagel, una compañía global de transporte y logística, lo dijo alguna vez: “Creo que Cartagena puede ser la Singapur del Caribe”. Y sí. Su excelencia operativa, su personal, tecnología, infraestructura, sus tarifas competitivas y los servicios que presta, hechos a la medida de cada cliente, hacen que sobresalga de otros puertos de la región.

Esto no solo ha impulsado el desarrollo económico de Cartagena, también, en general, el del país. El puerto, cuando comenzó a operar en 1993, movilizaba menos de 100.000 TEU al año. Hoy son 3,6 millones y se prepara para llegar a los 5,2. Y no solo eso: genera cerca de 1.000 empleos directos, 10.000 indirectos y ha fomentado el progreso en la bahía, que actualmente cuenta con más de 50 empresas e industrias. El puerto se convirtió en un clúster económico para Colombia y el Caribe.

Por ejemplo, la Terminal de Cruceros Cartagena de Indias, que recibe al 97 por ciento de los visitantes que llegan a Colombia por vía marítima y atiende 34 líneas de cruceros, le inyecta a la economía cartagenera más de 60 millones de dólares al año.

Giovanni Benedetti, director comercial de la organización Puerto de Cartagena, asegura que estos logros son el resultado de un esfuerzo mancomunado entre los diferentes agentes del ecosistema, entre compañías de remolcadores, agencias de aduanas y otros. “Este es un trabajo colaborativo: si alguien lo hace mal la cadena deja de funcionar. Actuamos como un todo. Y el puerto ha hecho su parte: nuestra mentalidad ha sido clave, pues para nosotros eres tan bueno como la última vez que operaste”, dice Benedetti.

La fundación

Los impactos de la organización van más allá de lo económico. Por eso nació en 2005 la Fundación Puerto de Cartagena: para empoderar a las comunidades con alta vulnerabilidad social, mejorar su calidad de vida y para convertirlas en gestoras de su propio desarrollo.

La fundación atiende de manera indirecta a cerca de 60.000 habitantes de siete barrios de Cartagena a través de programas de innovación social dirigidos a la primera y segunda infancia, adolescentes, jóvenes y adultos. La iniciativa ‘Saberes’, por ejemplo, enfoca sus esfuerzos en la primera infancia y trabaja con 35 madres comunitarias que atienden a 480 niños en hogares del ICBF. El objetivo es entregar herramientas pedagógicas que mejoren la atención a los niños.

En ‘Ecoguardianes’, por su parte, se desarrollan proyectos de educación ambiental para 175 niños de la segunda infancia (de 6 a 12 años). Además, está el Centro de Formación Orquestal que cuenta con 200 estudiantes de música y un programa para la formación de los menores a través del deporte.

Otro programa es ‘Juventud Líder’, para jóvenes desescolarizados. Junto con Fundación Cimientos, de Argentina, el puerto busca que estos puedan generar ingresos a través de sus profesiones y estudios. En 2019 entraron al proyecto 67 jóvenes y el 98 por ciento está estudiando.

De acuerdo con Libia García Loaiza, directora de la fundación, “le apostamos a formar líderes en todo los niveles de las comunidades. Queremos ampliar la cobertura de nuestros programas a otros barrios de la ciudad para que en unos años trabajemos en toda Cartagena y logremos una transformación social”.

¿Y el ambiente?

La organización realiza varias acciones para mitigar el impacto ambiental. Por un lado, se esfuerza para que sus equipos estén a la vanguardia tecnológica y permitan una combustión más limpia, reducir el consumo de combustible y generar bajos niveles de emisión. El programa de electrificación de grúas RTG, por ejemplo, espera omitir el uso de diésel para su funcionamiento.

Además, ha sembrado 15 hectáreas de mangle en el Canal del Dique, cinco en la Ciénaga de la Virgen, y más de 3.000 árboles frutales en Cartagena. El puerto también desarrolla labores para la protección de especies que se encuentran dentro de sus instalaciones (pelícanos, iguanas, flamencos, papagayos). Es más, cuentan con un sistema de recolección de lluvias, usa luces LED, aprovecha la ventilación natural y espera implementar un sistema solar fotovoltaico para 2020.

Sí. El ambiente está en el desarrollo económico, social y ecológico. Y lo mejor, en equilibrio con los intereses del país.