En el primer semestre de este año 2.467 personas se han inscrito a los programas de La Barquereña. | Foto: Jonny García

CULTURA

Municipio de danza, música y arte

La Casa de la Cultura de Sabaneta invirtió 7.583 millones de pesos en proyectos para hacer de la cultura una vitamina para la vida.

24 de abril de 2019

Dos veces por semana, desde hace 34 años, Bernarda Agudelo de Murillo se levanta temprano, bebe un vaso de agua en ayunas, se pone su sudadera deportiva y va hasta la Casa de la Cultura La Barquereña. Allí baila de nueve a doce del medio día. Bernarda tiene 91 años y a sus compañeras de 50, las más jóvenes del grupo de danza, les dice “las muchachas”. Asegura que sus únicas medicinas son el vaso de agua en ayunas y el baile; estas la han mantenido alejada de los medicamentos y cercana a la felicidad.

“Yo estoy entera a mis 91 años. Voy sola hasta la Casa de la Cultura, bailo, me presento con el grupo en pueblos y estoy perfecta de salud. Lo único que ya no hago es saltar como antes en las coreografías, porque de pronto sí me aporreo”, cuenta Bernarda Agudelo, quien desde los 57 años pertenece al grupo de danza de la tercera edad La alegría de vivir, del municipio de Sabaneta.

Antes de que existiera la Casa de la Cultura, los grupos artísticos del municipio estaban dispersos en los barrios y las veredas. Cuando se inauguró La Barquereña, en 1991, se creó un espacio para agrupar a los artistas de la ciudad y ofrecer formación en artes para los niños, jóvenes y adultos. “Nosotras bailábamos en el salón comunal del barrio, pero desde que construyeron la casa nos organizamos como grupo y hemos representado a Sabaneta en las fiestas municipales, en otras ciudades y en varios pueblos del país”, cuenta Bernarda.

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La Barquereña atiende los procesos de formación, capacitación y proyección artística de los sabaneteños desde los 3 años de edad en adelante. Así como el grupo La alegría de vivir, en el que participa Bernarda, existen otros 22 que representan la ciudad en actividades regionales, nacionales e internacionales en danzas, coros, instrumentos musicales, fotografía, pintura, dibujo, teatro, escritura y economías creativas.

Por ejemplo, la Orquesta Sinfónica Juan David Castaño, conformada por 72 músicos, y que hace parte de la casa, fue premiada con el segundo lugar en el Concurso Nacional de Bandas Musicales, de 2018, en la categoría de Orquestas Especiales. Ese mismo año recibieron el premio a Mejor Director, Mejor Instrumentista de Madera y a la Mejor Interpretación del maestro Jairo Varela, fundador y director del Grupo Niche, en el Concurso Nacional de Bambuco Inédito.

Ha sido tanto el éxito de este espacio de la cultura, que cada vez acceden más personas a los cursos. Para el primer semestre de 2019 se matricularon 2.467 estudiantes entre niños, jóvenes y adultos: a medida que crece la oferta de arte y cultura, aumenta la demanda de la ciudadanía. “En septiembre de 2018 realizamos el Festival de Teatro y fue un éxito. Asistieron 4.000 personas a las obras montadas por los tres grupos de teatro de La Barquereña, en compañía de los grupos musicales”, afirma Jhon Freddy Flórez, director de la Casa de la Cultura.

De la misma forma, se han creado exposiciones de arte en la sala Roberto Jairo Arango. Allí se han hecho muestras internacionales y varios artistas de las diez Casas de la Cultura del Área Metropolitana del Valle de Aburrá han exhibido sus obras. La Barquereña es pionera en la realización de los salones metropolitanos de arte.

El compromiso con la cultura ha llegado hasta los colegios y veredas de Sabaneta, descentralizando la oferta educativa hacia los territorios más alejados del casco urbano. “En las instituciones educativas acompañamos programas como Caminar en secundaria, que apoya, a través del arte, el ingreso a la vida estudiantil de jóvenes que han estado durante años desescolarizados por situaciones familiares o por consumo de sustancias psicoactivas”, explica Jhon Freddy Flórez.

El amor y el sentido de pertenencia que los sabaneteños tienen por la Casa de la Cultura y sus programas se hace evidente en la demanda masiva por la formación artística y los eventos culturales de la ciudadanía, pues, como insiste Bernarda, “para mí, para mis compañeros de la Casa de la Cultura y para muchos sabaneteños el arte y la cultura son nuestra principal vitamina. Yo dejaré la danza el día que Dios me llame para el cielo”.