"Quizá tenemos necesidad de reírnos cuando más tristes estamos" | Foto: Esteban Vega

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Del Guasón y otras sonrisas: un análisis de las redes sociales

Según Margarita Rojas, sonreír y mostrar felicidad es uno de los grandes afanes de las redes sociales... "pero bajo esas caretas se ocultan penas y pecados".

Margarita Rojas S. *
2 de noviembre de 2019

Nunca vimos sonreír tanto ni tan ampliamente en los registros visuales de la historia como en nuestros tiempos. No sonrieron Las Meninas de Velázquez, la Venus de Boticelli, las majas de Goya, Las señoritas de Avignon, de Picasso, ni los modelos de retratos célebres al posar para los maestros. Y es, precisamente, esa sonrisa tímida y ambigua que se atrevió a esbozar Lisa Gherardini en los inicios del Renacimiento, una de las causas de la celebridad de la Mona Lisa de Da Vinci.

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También sonríe sutil e inusualmente la llamada Mona Lisa holandesa: la joven de la perla, de Johannes Vermeer, que abre la boca y deja entrever, como muy pocas veces en el arte, algunos de sus dientes. Todo un desafío a los patrones. La gente con cierto rango no se reía en público. También es lógico pensar que las piezas dentales no fuesen muy dignas de ser exhibidas.

En la segunda mitad del siglo XX, gracias al cine, la televisión y sobre todo a la fotografía, entre muchos otros tabúes se fue perdiendo esa especie de ‘pudor’ a sonreír y a mostrar sin reservas la dentadura. Las sonrisas amplias y perfectas son una marca estética de nuestra época.

Ahora reímos siempre, incluso cuando no hay razones. Mostrar felicidad es uno de los grandes afanes de las redes sociales. A juzgar por los millones de fotos que se publican cada día, somos las generaciones más felices que han pasado por el planeta. O quizá tenemos necesidad de reír cuando más tristes estamos.

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“Mi mamá siempre me dice que sonría y ponga cara de felicidad”, narra Arthur Fleck en la inquietante reconstrucción de su infancia en la película El Guasón, una apología aterradora de la violencia que la sociedad gesta y padece. El pintor y grafitero bogotano Emerson Cáceres, que firma como Cacerolo, ha replicado la sonrisa siniestra del villano de Ciudad Gótica en los rostros de Uribe, Santos, Petro y Gabo, entre muchos personajes. “Es una forma de reflejar la maldad de todos”, explica en entrevistas sobre ese recurso recurrente en sus retratos.

Y sí: esta humanidad pródiga en sonrisas bastantes penas y pecados oculta bajo sus caretas. Mi esposo desconfía de las sonrisas agraciadas desde que le confesé que la mía era ayudada.

*Directora de información internacional de Caracol Televisión.