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La batalla de las Termópilas, en el 480 antes de Cristo, es el tema principal de este espectáculo que deja sin aire

300

Otra asombrosa adaptación de una popular novela gráfica ideada por el maestro norteamericano Frank Miller

7 de abril de 2007

Título original: 300.

Año de estreno: 2007.

Dirección: Zack Snyder.

Actores: Gerard Butler, Lena Headey, Dominic West, David Wenham, Vincent Regan, Rodrigo Santoro.

Son 300 los soldados espartanos dirigidos por Leonidas I, que se enfrentan, en la Batalla de las Termópilas, en el 480 antes de Cristo, a los cientos de miles de soldados del ejército persa comandado por el rey Jerjes I. Así que la película que nos interesa en este momento, 300, realizada por un Zack Snyder que había filmado antes una nueva versión de Amanecer de los muertos, pretende ser una gigantesca oda al heroísmo. Habría que decir, para no ser injustos, que no sólo lo pretende, sino que lo consigue. Pero entonces sería bueno advertir que por el camino, en medio de sus encuadres brillantes, estereotipa a los espartanos como una raza democrática que no le teme a nada, y a los persas como una multitud de salvajes que carecen de compasión. Se podría equiparar el largometraje, que ha recaudado ya 300 millones de dólares en el mundo, con un video institucional que respalda la escalofriante filosofía de guerra de los norteamericanos de este nuevo siglo. Pero lo mejor, tal vez, sea dar un paso atrás. Y decir que este espectáculo impresionante es, más que todo, otra respetuosísima adaptación de una novela gráfica de Frank Miller.

Que, como la adaptación de aquel cómic titulado Sin City -que el propio Miller, su autor, supervisó-, no se limita a poner en escena lo narrado en la historieta, sino que se empeña en montar una novela gráfica que se mueve en la pantalla como si estuviéramos asistiendo a la consolidación de un nuevo género. Ojalá que este entretenimiento tan bien hecho no sea, como creen los más suspicaces, publicidad política pagada. Ojalá.