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Hace 25 años no se tocaban en Colombia las 32 sonatas de Beethoven completas

MÚSICA

8 x 4 = 32 sonatas

El Teatro Colsubsidio abre la temporada musical de Bogotá con una propuesta importante y original.

Emilio Sanmiguel
28 de enero de 2012

El proyecto más importante y ambicioso de la historia del piano son las 32 sonatas de Ludwig van Beethoven. Tan importante y ambicioso que entre los expertos se lo conoce como 'El Nuevo Testamento', del teclado; el 'Antiguo' es el Clave bien temperado de Johann Sebastian Bach.

Como es tan difícil encontrar un pianista que de manera individual se le mida a un reto de semejante dificultad -de hecho, la última vez que se escucharon las Sonatas en Colombia fue hace 25 años, cuando Blanca Uribe las interpretó en la sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango- el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez ha resuelto dedicar por completo su tradicional Serie internacional de grandes pianistas de este año precisamente a la presentación del ciclo beethoveniano en una fórmula francamente original: siete pianistas y ocho conciertos, a partir del 29 de enero y hasta el 18 de marzo, en las mañanas de los domingos.

Lo interesante de la fórmula es la evidente garantía de calidad, porque se sabe que, salvo el caso de grandísimas luminarias del piano, la interpretación de las sonatas con un solo intérprete suele resultar desigual: unas excelentes, otras rutinarias y una que otra insatisfactoria.

Los nombres de los invitados son: Ian Parker (enero 29), Gottlieb Wallisch (febrero 5), Alexandre Moutouzkine (12 de febrero), Cédric Pescia (19 y 26 de febrero), Gilles Vonsattel (marzo 4), Amir Tebenikhin (marzo 11) y Per Tengstrand (marzo 18).

Lo interesante, además de la importancia que de por sí reviste, es el hecho de que se haya trabajado una compleja urdimbre para lograr que en cada uno de los ocho recitales se toquen obras de juventud, obras de la época intermedia conocida como el 'Segundo estilo' y de la absoluta madurez o 'Tercer estilo'. Porque las 32 sonatas son en buena medida el mejor resumen y perfecta síntesis de la vida del compositor: las 11 primeras pertenecen a sus primeros años en Viena, cuando era relativamente feliz y su obra aún permitía vislumbrar la influencia de Mozart y de Haydn, pero con señales ine-quívocas de un temperamento apasionado.

Las sonatas de la n.° 12 a la n.° 26 pertenecen a la época de lucha contra la enfermedad que finalmente le llevó a la sordera absoluta y de sus grandes cuestionamientos éticos y morales; es el período que mayor cantidad de sonatas populares produjo.

Las sonatas de la n.° 27 a la n.° 32 son unas de las más profundas reflexiones pianísticas alrededor de la esencia misma de la música, son creaciones visionarias por un lado y con miradas hacia el pasado de los grandes maestros del Barroco; el mismo Beethoven era consciente de que las escribía para los pianistas del futuro.

Cada uno de los conciertos incluye al menos una de las sonatas 'populares', porque entre las 32 sonatas, naturalmente, hay unas más populares que otras; es decir, la sonata de la Marcha fúnebre está en el primero, A Thérèse y la Waldstein en el segundo, la Appassionata en el tercero, en el cuarto la más popular de todas que es la Claro de luna, en el quinto están La tempestad y la Patética, Los adioses en el sexto, la Hammerklavier en el séptimo y para el octavo la sonata Pastoral y la Op. 111, que es la última de las 32.

Como el Teatro a lo largo de cinco años de su Serie Internacional ha presentado los mejores y más interesantes pianistas que haya visto Bogotá en los últimos años, desde ya se puede augurar que la realización del ciclo de las 32 sonatas de Beethoven será todo un éxito.