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‘El abrazo de la serpiente’, de Ciro Guerra, se rodó en las selvas del Guainía y del Putumayo.

PREMIOS

El Abrazo de la Serpiente: Colombia cruza los dedos

Hay gran expectativa en Colombia por la candidatura al Óscar de ‘El abrazo de la serpiente’, pero ganarlo no será fácil. Estos son los puntos a favor y en contra de esta película.

16 de enero de 2016

Ciro Guerra, director de El abrazo de la serpiente, la primera producción colombiana nominada al premio Óscar, dice que no ve a sus competidoras como caballos de carrera sino como lo que son: películas y, algunas de ellas, “grandes obras del cine”. Sin embargo, desde el jueves, cuando se conoció la noticia, fue imposible no adelantar pronósticos –como si se tratara de una competencia hípica–, sobre las cualidades de las cinco rivales que sobreviven en esta carrera, que comenzó con 81 contendientes y quedó en cinco.

¿Qué tiene a favor la película del director de cine nacido en Río de Oro, Cesar? La respuesta más evidente es su fotografía, su estética minuciosa, sus imágenes sublimes en blanco y negro (lo que le sumó puntos, coinciden varios expertos) pensadas y dirigidas por David Gallego.

El segundo argumento, en ese orden, es el exotismo y la belleza de la selva del Vaupés y el Guainía, donde durante siete semanas Guerra filmó la historia de dos expedicionarios europeos, Theodor Koch-Grunberg y Richard Evans Schultes, que llegaron a esas lejanías de Colombia a comienzos del siglo XX. Otra razón es su temática: el regreso a los orígenes, a los indígenas y a su naturaleza siempre amenazada. Como dicen Andrés Murillo, director de la revista Kinetoscopio, y el crítico de cine de SEMANA Manuel Kalmanovitz, El abrazo de la serpiente logra un cometido ambicioso: contar una historia local que refleja una preocupación universal: el hombre como principal amenaza de los recursos naturales.

A ese listado de cualidades se suma su originalidad: selva, indígenas y ciencia no son un coctel muy popular en el cine. Eso, sin embargo, no le garantiza nada. Su gran rival, El hijo de Saúl, aborda el tema del Holocausto judío, una fijación de la industria de Hollywood, lo que podría desequilibrar la balanza a favor de la producción húngara. La ópera prima del director László Nemes ha sido elogiada porque recrea esos días de horror, que han sido materia de tantas producciones con un enfoque atractivo y novedoso. “El Holocausto en el cine parecía un tema agotado. Parecía. Hasta que llegó Nemes” escribió Javier Ocaña, crítico de cine de El País de España.

Otra desventaja: la complejidad de su guion que, incluso, señala Augusto Bernal, director de la Escuela de Cine Blackmaría, ha sido criticado por su desorden. “A menudo la Academia premia películas con unas narrativas más fáciles de digerir, menos ambiguas. El año pasado premiaron a ‘Ida’, una película polaca con un ritmo muy pausado y en blanco y negro. De pronto, para balancear, este año quieran algo muy diferente”, complementa Kalmanovitz.

Otra de las debilidades de El abrazo de la serpiente es que la industria del cine en Colombia no tiene la madurez para llegar al último escalón de este tipo de disputas. Murillo señala que países como Brasil y Argentina (único suramericano en ganar la estatuilla con La historia oficial en 1986 y El secreto de sus ojos en 2010) sí tienen una extensa hoja de vida cinematográfica que los respalda.

Y hay algo más: el premio a mejor película extranjera depende en parte de la exposición y el recorrido internacional que han tenido las obras (El abrazo de la serpiente no se queda atrás, pues ha recibido ovaciones y premios en el Festival de Cannes, y en los de India, Lima, Mar del Plata y Ereván). Pero también tiene un gran peso la segunda parte del proceso, que consiste en hacer una gran campaña de promoción y de lobby en el mundo. El objetivo es que la película sea conocida por quienes dan el veredicto final: los miembros de la Academia, un grupo de cerca 6.000 personas que trabajan en la industria.

Lo que muchos se preguntan es si la producción de Guerra tendrá plata para tanto, ya que esta etapa –explica Jaime Manrique, director de laboratorios Black Velvet– implica un ejercicio de visibilidad de la película a través de publicidad en medios especializados, de lobistas expertos y reconocidos, e incluso de proyecciones privadas que pueden costar muchísimo.

El abrazo de la serpiente es el resultado de la suma de muchos apoyos: del Fondo de Desarrollo Cinematográfico (FDC), del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela (CNAC), del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina, de Ibermedia, del fondo Hubert Bals y de Caracol Televisión, compañía que se la jugó por el cine de autor, al que generalmente solo le apuestan las empresas estatales o mixtas.

En este punto de la competencia el mayor reto es la visibilidad. El hijo de Saúl, respaldada por Sony Pictures, el gran monstruo de la distribución del cine, ya tiene ese asunto asegurado y por eso Ciro Guerra reconoce que es difícil que no gane. En el caso de El abrazo de la serpiente, Jaime Manrique dice que deberían liderar la financiación de esa campaña el gobierno, sus productores y coproductores “y todos aquellos que se ven beneficiados por el ruido que esta nominación genera”.  O en otras palabras: “Debería ser una misión de país”.

Las otras competidoras


 Estas son las opciones de las otras películas nominadas al Óscar a mejor producción extranjera:

‘El hijo de Saúl’, de László Nemes (Hungría). El punto a favor de esta producción húngara, que narra la vida de un hombre y un niño en los campos de concentración de Auschwitz, es que esquiva los lugares comunes de una temática tan repetida en el cine y aporta una mirada diferente y de gran peso artístico. Sin embargo, esta fortaleza puede convertirse también en su mayor flaqueza. Demasiada guerra.

‘Mustang’, de Deniz Gamze Ergüven (Francia). El mayor punto a favor de esta película, que cuenta la vida de cinco hermanas en el norte de Turquía condenadas por el machismo en esa región musulmana, es su temática humanista e ideológica, que tiene grandes simpatizantes en Hollywood y en la Academia. En contra tiene que a veces es inconsistente en términos narrativos y da la sensación de ser fragmentada. Puede ser considerada poco original: se asemeja mucho a Las vírgenes suicidas de Sofía Coppola.

‘Theeb’, de Naji Abu Nowar (Jordania).
Su tema principal, la vida de dos hermanos beduinos, le da fuerza. Además, ha tenido éxito en festivales internacionales como el de Venecia. Su talón de Aquiles puede ser el mismo de El abrazo de la serpiente: proviene de un país -Jordania- que no tiene mucha experiencia ni proyección en la industria cinematográfica internacional y eso le afecta al momento de hacer la campaña a favor del filme. Otro punto que le podría favorecer –o perjudicar- es que aborda un tema bélico, en este caso, la Primera Guerra Mundial.

‘A War’, de Tobias Lindholm (Dinamarca). La vida de un militar danés acusado de crímenes de guerra cuando regresa de Afganistán recibe aplausos por la sensibilidad y el detalle con el que trata este conflicto. Su estética y su estilo documental también son un punto a favor. De todas, hasta ahora, es la que tiene más bajo perfil.