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ABRIENDO TROCHA

Cincuenta artistas jóvenes buscan abrirse paso en la Primera Bienal de Arte de Bogotá.

26 de septiembre de 1988

La polemica quedará abierta definitivamente a partir del próximo 1° de septiembre. Ese día, el Museo de Arte Moderno de Bogotá abrirá al público la Primera Bienal de Arte de Bogotá, que viene a llenar un vacío que en este campo ha tenido la ciudad. A pesar de contar con museos de primera categoría y con un gran número de galerías, Bogotá no contaba con un evento de verdadera altura en las artes plásticas.
De todos modos, la Bienal de Arte de Bogotá ha estado acompañada por la polémica desde su nacimiento. La idea surgió, aprovechando la coyuntura de los 450 años de la capital, como un certamen que viene a rivalizar con el Salón de Artistas Nacionales que, como dijo a SEMANA el crítico Eduardo Serrano -encargado de la organización de la Bienal- "es un certamen en el que ha primado la cantidad sobre la calidad. Son muchos los que asisten y muy pocos los que sobresalen". Además, el Salón de Artistas acoge a un gran número de artistas de amplia trayectoria y deja por fuera a los más jóvenes, que son los encargados de mostrar los nuevos rumbos de la plástica colombiana.
Para salvar esos inconvenientes, los organizadores de la Bienal nombraron a un grupo de críticos y catedráticos universitarios, a los que se encargó la selección de los artistas que fueron invitados a participar. Este jurado compuesto por Luis Fernando Valencia -profesor de arte en la Universidad Nacional de Medellín-,Alvaro Barrios- artista costeño -, Miguel González -curador del Museo La Tertulia de Cali- José Hernán Aguilar -profesor de la Universidad Nacional-, y Eduardo Serrano -en representación del MAM-, escogió a 50 artistas de todo el país, que expondrán cerca de 200 obras. Según los organizadores, el criterio que primó en la selección de los invitados, aparte de la calidad de su trabajo, fue el de que los escogidos fueran artistas jóvenes pero con cierta trayectoria. Se busca darle la oportunidad de exponer sus obras a toda una franja de pintores y escultores que, a pesar de llevar algún tiempo trabajando de lleno en este campo, no son muy conocidos ni han tenido la oportunidad de difundir su obra. Hay que aclarar que dentro de los 50 escogidos se pueden encontrar nombres conocidos y de discreta calidad, lo que no deja de crear dudas sobre el criterio del jurado. Uno de los puntos positivos de este sistema es que, dado el número relativamente bajo de invitados, estos pueden participar con una buena cantidad de obras, que permitan al observador hacerse una imagen global del trabajo de cada artista.
Sin duda alguna, se trata de un proyecto ambicioso que pondrá en tela de juicio el desarrollo reciente del arte colombiano. La Bienal está dirigida más a observar el futuro de la plástica, que a hacer una evaluación de lo que ha sucedido en los últimos años. Gracias a que se realiza como una conmemoración del cumpleaños de la ciudad, la Alcaldía Distrital se encargó de sufragar los costos del certamen, entre los que se incluye el premio único de un millón y medio de pesos que será otorgado al ganador.
SEMANA pudo observar algunas de las obras que conformarán la Bienal,que desde ya se puede catalogar como bastante heterogénea. Es posible afirmar que no hay una línea definida que esté marcando a las nuevas figuras. En muchos casos se aprecia un regreso al expresionismo, obviamente con nuevas elaboraciones, y a los conceptos geométricos. El arte conceptual no podia estar ausente y cuenta con variadas muestras tanto en pintura y escultura, como en montajes que serán realizados por sus autores dentro del recinto del Museo. Tal vez sean las obras tridimensionales, que involucran pintura y escultura, las que más llamen la atención por ser poco comunes. Sin embargo, al igual que las técnicas. la calidad no es uniforme. En buena parte de los participantes es posible adivinar una tendencia a la improvisación que, en la ejecución de grandes volúmenes y fuertes contrastes, pretende ocultar una falta de elaboración, constante que ha marcado a muchos de los artistas jóvenes colombianos de los últimos tiempos. Posiblemente este es el carácter que inspiró la creación de la Bienal, que busca crear polémica y dar una acertada visión de lo que ocurre en el ambiente artístico colombiano. Es necesario tener en cuenta que, aunque se puede considerar como un honor el ser invitado a participar en este evento, el ganador será uno solo y las odiosas menciones especiales, que se inventaron para no quedar mal con nadie, no tendrán cabida a la hora de la premiación que será de todo o nada.