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AL RITMO PAISA

A pesar de algunos altibajos, la exposición "Medellín 11 artistas" presenta agradables sorpresas.

3 de julio de 1989

Por un lado está la diversidad y por el otro un nivel disparejo.
La primera como ventaja y la segunda como punto en contra están presentes en la exposición "Medellín 11 Artistas", que desde el pasado jueves está abierta en la sala de la Galeria Diners.

En efecto, son once artistas con tendencias totalmente diferentes, diversos procesos creativos y, por lo tanto, con desarrollos propios. Hay esculturas en hierro, hierro con mármol, cuadros al óleo, acrílicos, acuarelas. Hay para todos los gustos.
Pero la mezcla de artistas consagrados con artistas jóvenes va en detrimento de estos últimos, en los que es posible apreciar buenas intenciones falta de recorrido.

Un edredón de María de la Paz Ja ramillo, la única obra de esta artista, es testigo fiel de su gran calidad y de un trabajo que ha llegado a la madurez. En el caso de Luis Alfonso Ramírez, sus tres cuadros demuestran un gran dominio de la técnica de la acuarela. La luz está dirigida a favorecer exclusivamente a las figuras en primer plano que, gracias al fondo oscuro, cobran gran importancia. En cambio, en el caso de artistas como Germán Londoño se nota una falta de elaboración de la idea a tratar.
"Mujer", la tela de Londoño, descubre a un pintor en plena búsqueda que no ha definido claramente su rumbo y que en cada trazo trata de plasmar varias cosas diferentes.

En el caso de la escultura, las cosas no son muy diferentes. Hugo Zapata con su "Serie de los óxidos", ensambles de hierro y mármol, muestra una nueva faceta en la que el trabajo de los materiales es sobrio y agradable. Las formas delicadas, que se alejan de las pizarras que llevó al Salón de Cartagena, son testimonio de un artista que busca nuevos modos de expresión y nuevos desarrollos. En lo que a escultura se refiere, la sorpresa corre a cargo de Rony Vayda. Muy lejos del nivel mostrado en anteriores exposiciones, sus aros en hierro y vidrio son demasiado fríos, poco trasmiten al espectador y dejan la sensación de un trabajo fugaz.

Volviendo a la pintura, Oscar Jaramillo participa con "El goce", un dibujo a lápiz y trementina sobre papel, en el que la fuerza de las figuras y los gestos insinuados crean toda una atmósfera de pasión. La pareja abrazada en la calle, el cuerpo un poco desproporcionado del hombre, las formas sensuales de la mujer que está de espaldas, cuentan toda una historia.

"Medellín 11 Artistas", a pesar de altibajos, vale la pena ser vista. Diversidad de técnicas, materiales e intenciones presentan un panorama de lo que se está haciendo en el arte paisa en la actualidad.-