ALEMANIA AÑO 40
Brevedad y condición son las caracteristicas de los relatos de Heinrich Boll. Sus historias y descripciones de guerra dan su particular visión sobre la misma.
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LA AVENTURA Y OTROS RELATOS, de Heinrich BolL, Ed. Bruguera, 1981.
Reconocido mundialmente por el éxito de su novela "Opiniones de un Payaso", el escritor alemán Heinrich Boll es prácticamente desconocido por sus otros escritos que comprenden numerosos artículos, críticas y una buena cantidad de novelas y narraciones cortas, estas últimas reunidas bajo el título de La aventura y otros relatos.
Por tratarse de un seguimiento en la producción cuentística del escritor, que abarca un período de siete años con un total de treinta cuentos, en "La aventura y otros relatos" es fácil corroborar las dilerentes líneas tematicas trazadas por el escritor, que conmuven de manera reiterativa en su preocupación por los estragos ocasionados por la segunda guerra mundial. la cual vivió padeció al igual que otros muchos escritores de su generación.
A excepciónde "no sólo navídad" y "la colección de silencios del Doctor Murke" que se pueden catalogar como cuentos largos, los relatos de Heinrich Boll se caracterizan por su brevedad y concisión: exentos de adornos en el lenguaje y justificaciones sicológica en la, actitudes de los personajes.
Sus historias y descripciones de guerra dan una particular visión sobre la misma. Ellas están moldeadas por los recuerdos infantiles y los espacios cotidianos, donde los personajes sufren por consecuencias familiares y afectivas inmediatas y no por repercusiones de índole social más general, como lo demuestra la mayoría de sus narraciones cortas.
Es el caso del cuento "La Tarjeta Postal" donde un soldado relata con minuciosidad el anuncio sorpresivo de su inmediata convocatoria y traslado a otra ciudad, desde la llegada del correo hasta el momento de la dolorosa despedida entre madre e hijo.
Otro tanto ocurre con el relato titulado "Ana la pálida" como una historia de amor platónico entre un soldado y una mujer desconocida y a quien después de su regreso de la guerra encuentra de manera coincidencial, completamente desfigurada por los efectos de una explosión y sin rastros de su antigua belleza.
La guerra, es, pues, un ineludible punto de referencia en la anécdota de los cuentos. Ella recrea las historias personales de los soldados vencidos con su morral a cuestas atiborradó de retratos familiares, sellos de correo, fetiches y supercherías donde no podría faltar la figura de la madre (y de la mujer en general), con toda su carga y mitificación. Al lado de los cuentos alusivos a la guerra, están otros relatos suspicaces e ironicos haciendole constantemente guiños al lector con sus ingeniosas historias concernientes a oficios "inútiles" tales como "El Reidor". "El Desechador". "Confesión de un Perrero" y "Algo Pasara".
"El Reidor". por ejemplo, es la historia de un personaje cuyo trabajo consiste en producir hilaridad en la gente. El grado de risa depende del carácter de la ocasión y, más que todo, de la eficacia de su representacion. Debido a las especiales condiciones de su trabajo, el personaje jamás ríe en su vida particular y es calificado por sus allegados de poco comunicativo.
En "Algo pasará", sucede algo semejante con la historia del protagonista, cuya única vocación en la vida es el ocio y la reflexión, y quien logra finalmente encontrar un trabajo adecuado a la particularidad de sus gustos como acompañamiento de entierros. Allí puede ejercitar su imaginación mientras no hace nada y recibir un salario por sus naturales dotes histriónicas.
El trabajo se concibe, en general, como una permanente capacidad de representación donde a cada uno se le asigna un "papel" que se desempeña de acuerdo al carácter y a los requerimientos de las circunstancias, como idea que el escritor retoma y amplía más tarde en "Opiniones de Un Payaso".