Home

Cultura

Artículo

Bill Graziadei vocalista de la banda Biohazard se entrega a sus fans. | Foto: Edwin Tamayo Rueda

CRÓNICA

Altavoz 2014: Se repasaron pasos pero no se creció

En su décima primera edición, el Festival convocó a más de 25 mil personas que disfrutaron de 56 bandas nacionales e internacionales.

Edwin Tamayo Rueda, colaborador de Semana.com
8 de noviembre de 2014

Este año, el sol por fin decidió acompañar al Festival en sus tres días. “El clima ha estado muy bueno pero las ventas muy malucas“, replicaban Francy, Ramón, Wilson, Juan David y Don Evaristo, vendedores de cerveza a las afueras del Estadio Cincuentenario. Era predecible, la curaduría presentada para este Altavoz no era lo suficientemente convocante. El escenario principal en la mayoría de los conciertos a media asta o menos, no da lugar a discusión.

Desde España, los Vetusta Morla sí que conquistaron a sus adeptos en su primera visita a Medellín. El aforo alcanzó su ideal concurrencia y los unísonos se escucharon con frecuencia. Una Maldita Dulzura empalagó la brisa, aquella que de a poco logró cerrar con vehemencia, miles de ojos que cantaron al cielo con todas las fuerzas de un soñador logrando utopías realidad. El tiempo de las canciones se fue entre los dedos y las sonrisas no querían desaparecer.

"Esto está muy chimba", saluda con acento gringo Bill Graziadei, líder de Biohazard, a la eterna primavera. Los neoyorquinos demostraron su buen estado físico corriendo y saltando hasta donde le daban sus piernas. A una parte de sus fans les permitieron estar con ellos en la tarima, mientras que en las tablas los 'pogos' no tenían descanso. Intentaron pronunciar más frases amistosas en castellano, pero al final su hardcore habló mejor por ellos.

Después de 30 años, los escoceses de The Exploited, por fin visitana  Colombia. Uno de los iconos del punk Wattie Buchan, con su perfecta cresta roja y su inocultable barriga, deja más locos que de costumbre a sus adeptos en Medellín con su presencia. La guerra efectivamente empieza y todo el crisol de espectadores se mezclan con los punkeros radicales en una danza agreste pero fraternal.  

Excelentes presentaciones en vivo, pero no muy acompañadas por el público, fueron los finales de cartel como Masacre y Reel Big Fish, grandes bandas pero no lo suficiente para terminar el día con la cancha llena y una explosión de euforia que plasmara en la memoria el momento por siempre.

Otra banda destacada fue Nepentes, siempre con un buen show y la sorpresa de tener a Ana María Mira de ocho años tocando el bajo en una de sus canciones, enviando un mensaje de la importancia de la educación en nuestros niños; Das EFX, con gran trayectoria pero un pobre performance; Tan Tan Morgan, mostrando una forma divertida y muy personal de hacer rock y Puerto Candelaria, confirmando en su tierra el gran despliegue musical y escénico que poseen en vivo.

El lema este año del Altavoz fue 'La Música es Vida', loable iniciativa para reforzar nuestro valor fundamental, pero jamás debemos olvidar que la música en la actualidad también es espectáculo, grandes bandas, visibilidad nacional e internacional, diversión, negocios, entre muchos otros recursos más capitales que institucionales. Sin carteles robustos y atractivos, el público que al final de toda evaluación es lo más importante, no va a responder.

Las bandas locales y nacionales por supuesto no deben dejar de ser un pilar de los Festivales públicos, pero después de más de una década de hacer crecer la marca Altavoz de la mano de Medellín, no se puede actuar con timidez y decidir no crecer a nombre de políticas institucionales y desgastados discursos.

Altavoz, de lejos, le aporta más a Medellín que los conciertos de Madonna, Beyoncé o los Rolling Stones si vienen, pero toda la ciudad no se moviliza en torno al evento. Eleven el Festival a categoría de espectáculo mundial, incluyan dentro de su concepto el parque de diversiones que tienen al lado, que el escenario norte sea más generoso y que existan otras tarimas para sonidos más específicos.  

Ojalá en la próxima edición Francy, Ramón, Wilson, Juan David y Don Evaristo vendan muchas más ´Pilsen, que los hoteles no den abasto y que todos los amantes de la música en Medellín vean un cambio del Altavoz hacia arriba y adelante, que no se repasen de nuevo las pasos.