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América quiere fortalecer su cultura

Colombia fue la sede de la Primera Reunión Interamericana de Ministros y Altas Autoridades de Cultura, que se llevó a cabo el Cartagena.

"La cultura, por mínima y rudimentaria que sea, es anterior a las formas de la organización social, a la vez que las exige", así cita Germán Rey al escritor Carlos Fuentes en su ensayo presentado en Cartagena durante la primera reunión de ministros y altas autoridades de cultura que se llevó a cabo el 12 y 13 de julio pasados.

Y es por esa exigencia que surgió la idea de crear una agenda interamericana de cultura que tenga en cuenta las necesidades de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos, presentes en el encuentro, como la inclusión de la diversidad cultural dentro de las políticas públicas teniendo en cuenta aspectos como la globalización y la transformación de las sociedades y la relación entre cultura y equidad.

Los puntos de esa agenda fueron discutidos y planteados en La Declaración y Plan de Acción de Cartagena, documento final, que recoge los temas de la discusión que sostuvieron los ministros y delegados culturales y en la que también participaron organismos internacionales como El Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Cerlac, la CAF y el Convenio Andrés Bello, entre otros.

El debate sobre la necesidad de incluir la diversidad cultural como política pública delegó al Estado el respaldo mediante la inversión gubernamental y el contrarrestar "los efectos globalizadores contraproducentes tales como el acceso desigual a las tecnologías y a los intercambios de bienes y servicios culturales", como lo dice el documento. Se resaltó a su vez el papel de la sociedad civil no sólo como beneficiario del respeto y la diversidad cultural, sino como actor en el proceso de toma de decisiones, materialización de las políticas culturales y como permanentes creadores de cultura. También se resaltó la importancia de la inversión del sector privado y el reconocimiento de los pueblos indígenas así como su integración dentro de los imaginarios colectivos y la interculturalidad como necesidad de fomentar el diálogo entre culturas.

El tema de cultura y equidad giró en torno a tres perspectivas. La primera fue la búsqueda de condiciones equitativas en la producción cultural, con la que se busca fortalecer las industrias y las pequeñas empresas culturales a nivel nacional y local. El acceso democrático a los bienes y servicios culturales, que planteó la necesidad de desarrollar sistemas igualitarios a los recursos para el arte y la cultura, y la interculturalidad orientada hacia el respeto por las diferentes culturas.

El plan de acción comprometió a los asistentes a cooperar y participar en los asuntos culturales de mutuo interés como la creación de una Comisión Interamericana de Cultura, para la cual México se ofreció como sede para la primera reunión; la conservación del patrimonio cultural y la creación de un Observatorio Interamericano de Políticas Culturales, encargado de fomentar la investigación, recopilación de datos e intercambio de información sobre políticas y diversidad cultural en los Estados que participarán de éste.