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ATMOSFERAS EN CONTRASTE

La artista colombiana Ana María Rueda y el pintor francoamericano Daniel Kohn exponen por estos días sus obras recientes en la Galería Garcés Velásquez, de Bogotá.

13 de junio de 1994

EL AIRE COMO JUEgo y como presencia en la obra de Ana María Rueda, en contraste con la atmósfera encerrada y densa de Daniel Kohn, conforman la exposición que desde la semana pasada presenta la Galería Garcés Velásquez, de Bogotá.
Por supuesto, no se trata de una competencia pictórica sino de dos estilos diferentes de expresar su presencia en el mundo.
En el caso de la artista ibaguereña, los cuatro elementos constitutivos de la naturaleza -el aire, la tierra, el fuego y el agua-, con los que los presocráticos de la Grecia antigua explicaron el principio de las cosas, han servido de inspiración para tomarlos como tema recurrente en su obra. Así, las preguntas filosóficas de Tales, Demócrito y Anaxímenes acerca del principio de composiciòn de la naturaleza a partir de los cuatro elementos que conforman el todo, se ven de cierta forma aludidas en las telas de esta artista colombiana que se ha preocupado desde siempre por explorar las formas, los materiales y las técnicas en aras de encontrar nuevas expresiones.
Sus imágenes vegetales, sus insinuaciones de flores y de telarañas, flotan en una atmósfera donde el aire es el principal protagonista, el amo absoluto de los volúmenes; los amolda, los envuelve, los hace jugar con la luz en el espacio, por medio de una fina paleta cromática.
Daniel Kohn, pintor francoamericano nacido en India y quien por primera vez expone en Colombia, se somete al dominio del óleo sobre el lienzo, en una técnica que parece anacrónica pero que Kohn se encarga de darle vigencia por la fuerza que le imprime. Son cuadros intimistas, de color pronunciado, que retratan escenas de la vida cotidiana en salas cerradas, herméticas y solitarias. Rostros indefinidos comparten atmósferas donde sólo el poder de la luz, arrojada en rayos a través de ventanas es capaz de penetrarlas.
Ante todo, Kohn rescata en el dibujo la excelencia de la pintura como pintura, de la composiciòn como un ejercicio juicioso y certero del artista en la realización de una obra pulcra, estéticamente bella.
La naturaleza abierta al universo en la vegetación palpitante de Ana María Rueda, contra el ambiente clausurado de las construcciones humanas en las obras de Daniel Kohn. Dos expresiones del mundo bajo la misma lente: el arte.