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¡BUENA ESA!

La obra de teatro de García Márquez es una deliciosa juagada conyugal.

MARIA MERCEDES CARRANZA
2 de mayo de 1994

DIATRIBA DE AMOR CONTRA
UN HOMBRE SENTADO
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
ARANGO EDITORES, BOGOTA,
1994
$ 1.800
LA VERDAD ES que no habrá esposoa, amante, compañeroa que no goce al leer la obra de teatro de García Márquez, la cual acaba de aparecer publicada y es presentada por estos días por el Teatro Libre de Bogotá, con el papel protagónico de Laura García.
Se trata de un monólogo extenso de una esposa que decide cantarle la tabla a su marido. Y para hacerlo escoge precisamente el día en que celebran sus bodas de plata matrimoniales. ¡Y qué vaciada! En 70 páginas, que deben dar para unas dos horas de actuación, la mujer revive 25 años de vida conyugal, sacando a relucir todas las mezquindades, engaños, desengaños y egoísmos que suelen darse en la convivencia de una pareja, y más aún cuando ésta se resigna a una relación convencional y bien avenida sólo de puertas para afuera.
Aquí García Márquez deja a un lado sus estructuras míticas, sus fantasías prodigiosas, sus alusiones simbólicas y cifradas, y su lenguaje poético, para descender a la realidad monda y lironda y, por boca de la mujer, llamar al pan, pan, y al vino, vino.
Esa realidad es la de una pareja burguesa, adinerada, que comenzó su aventura conyugal en la miseria y que, por artes de una herencia, accedió a la buena vida.
El marido tiene amantes, miente, haraganea, se emborracha y gasta dinero. La esposa aprende penosamente a ser una dama de sociedad, ilustrada y todo; desempeña su papel lo mejor que puede, se resigna al engaño, aguanta, es fiel y ama perdidamente a su marido. Hasta que un día explota y manda todo al diablo.
García Márquez aprovecha la oportunidad para hablar de la felicidad, la fidelidad, el amor. Y, claro, hay varias de esas frases felices que caracterizan la escritura garciamarquiana. Ejemplos: "¡Nada se parece tanto al infierno como un matrimonio feliz!"; o "...con amor, hasta morirse es bueno".
Y más allá, vale la pena anotar que esta obra recrea una vez más la visión que tiene García Márquez de la mujer, la cual ha sido ya señalada profusamente por sus críticos. Frente al marido badulaque, débil e insignificante, ella aparece como una mujer con personalidad, fuerte y terca, lúcida y decidida; si aguantó, lo hizo con los ojos abiertos y sabiendo lo que quería a cambio. Finalmente no se resigna al fracaso y tiene el coraje de precipitar el naufragio, antes que darse por vencida: "Si el matrimonio no puede darme más que honor y seguridad, a la mierda: ya habrá otros modos", concluye valerosamente en su diatriba la mujer. Diatriba que, por diversión o para reflexión, conviene leer a todos: chicos y grandes, solteros, casados y arrejuntados. Porque nadie sabe...


QUE TANTO ESCANDALO

MIENTRAS EN este país hay gran escándalo por un comercial de prevención del sida, en otras latitudes las preocupaciones son muy diferentes. Existen en Europa y Estados Unidos movimientos de aristas e intelectuales que trabajan para que se cree un arte comprometido con el tema del sida, pues consideran que la enfermedad tiene una profunda incidencia en los grandes problemas sociales, ideológicos y morales de nuestros años.
Le achacan, por ejemplo, el regreso al puritanismo victoriano en Estados Unidos.
Así, han comenzado a proliferar las obras de teatro, las películas, la poesía y la literatura confesional que tratan el tema con toda crudeza. Para no ir más lejos, en este momento se presentan en Londres 12 espectáculos que abordan el sida desde diferentes aspectos.
Al mismo tiempo, en Nueva York se exhiben otros 15. De estos, el más comentado y polémico, de seguro porque ha levantado tremenda roncha, es Angeles en América, de Tony Kushner, que se presenta en Broadway.


NOVEDAD

COMO UNA NOVELA
DANIEL PENNAC
TRADUCCION DE MOISÉ MELO
NORMA, BOGOTA, 1993
SE SUPONE que quien lee estas notas es alguien aficionado a la lectura, la practica y la ama. Pues bien: para ese alguien la obra de Daniel Pennac resultará una delicia, pues constituye un ameno, divertido y aleccionador tratado sobre el tema. Divaga Pennac en breves textos sobre el mundo del libro y sobre el vicio de leer, la forma como se hace y, sobre todo, la forma como debe hacerse, es decir, como un acto de placer, jamás obligatorio ni sujeto a normas inquebrantables y odiosas. Lo mejor: los derechos imprescriptibles del lector, sabios y hermosos. A saber: derechos a no leer, a saltarse, a no terminar, a releer, a leer cualquier cosa, al bovarismo, a leer en cualquier parte, a picotear, a leer en voz alta, a callarse. En esta era del televisor y la lectura rápida, libros como el de Pennac deberían de ser texto obligatorio en los planteles educativos.