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CANAL PIRATA

En Medellín un experto en ondas hertzianas llevó señal satélite de los Estados Unidos a los televisores paisas

27 de septiembre de 1982

Los paisas, regionalistas de primera línea en Colombia, decidieron tener una cadena de televisión regional: la WGN de Chicago. Una antena ubicada en el barrrio alto de San Javier retransmitió durante dos meses señales que podían competir en calidad de color y de sonido con las señales de la televisión nacional. El "canal nueve", como se llamó entonces, produjo una aguda polémica que acabó con la intervención del Ministerio de Comunicaciones, que ordenó el cierre de la cadena de Aburrá.
Todos los días entre abril y junio de este año se daba una señal de prueba en la que aparecía la gobernación de Antioquia y una panorámica de la ciudad de Medellín.
Inmediatamente después aparecía un señor diciendo: "We are in seven o'clok news. This is WGN TV from Chicago, Illinois".
Todo comenzó cuando un paisa instaló la antena repetidora. Mario Yepes Gómez, con una pequeña industria de fabricación de lámparas de petróleo y de hornos eléctricos de alta temperatura, mantenía un hobby bien caro: el de las ondas hertzianas enviadas por satélites.
UNA PEQUEÑA SORPRESA
Como conocedor de esta ciencia, se le ocurrió un día, bajar la señal de un satélite gringo y le dio una sorpresa a Medellín.
Desde hace bastante tiempo se está hablando de una descentralización de la televisión en Colombia. Que cada una de las ciudades tenga su canal local para presentar su propia programación. Así, cuando la gente de Medellín encontraba al cambiarlos canales a un señor hablando en inglés, se preguntaba si este era el tan deseado "canal regional".
Presionados por los televidentes extrañados, los órganos periodísticos de Medellín comenzaron a hacerle eco al suceso. Sólo "El Mundo" sacó más de siete notas al respecto. La periodista Adelaida María el Corral redactora de este periódico se aficionó mucho al tema y organizó discusiones y mesas redondas al respecto. Hablaban los radioaficionados y los técnicos, los lectores mandaban cartas, y todo se centró en la siguiente afirmación: "En la mayoría de los países libres la televisión es como la radio. La gente puede sintonizar las estaciones cumpliendo con los requisitos. Aquí no hay leyes que permitan ver otros canales diferentes a los del estado"
Pero no solo tomaron los periódicos cartas en el asunto. Esto llego a Inravisión, como un secreto a voces.
Alejandro Montejo, entonces director de esta entidad, se trasladó a Medellín para ver con sus propios ojos qué estaba sucediendo. Después de desempolvar unas leyes relativas a la televisión, dispuso que se cerrara el canal.
En este momento hay más de ocho grupos regados por todo el país que quieren implantar este medio de ver la televisión extranjera. Todos ellos abogan por la total privatización de la televisión y por el permiso de establecer la televisión por cables, donde la gente se suscribe a una cadena como lo hacen con cualquier periódico o revista. Este tipo de televisión podría llegar a ser regional. Mario Yepes argumenta que una ciudad de 30.000 personas puede mantener su canal propio de televisión con su propia publicidad o su propio número de suscriptores.
Esto afectaría algunos intereses comerciales y estatales, pero crearía otros diferentes. De todas maneras, la provincia está todavia sin voz. -