CINCO DECADAS A PUNTA DE TIMBAL

Cuando se habla de Tito Puente se está haciendo alusión al más famoso de los percusionistas que haya tenido la música latina. Y cuando se celebran sus 50 años de vida artística es evidente que también se está mencionando a una de las más longevas figuras de esta música, dentro de una carrera que ha explorado de las más distintas formas, mambo, cha-cha-chá, son, be-bop, jazz latino y salsa, entre otros. Esos 50 años son los que han llevado a su casa discográfica, RMM, a recopilar en una colección de tres discos compactos 50 temas que dan un vistazo global sobre lo que ha sido la carrera y evolución del famoso timbalero. Y esta última es tal vez la característica más importante para un material que muestra esos inicios explosivos e inquietos de la música latina en el ámbito norteamericano, su diversificación a los ambientes del be-bop de comienzos de los años 50, la inclinación meramente latina hacia lo que después llamarían salsa, y la inevitable improvisación característica de los sonidos más jazzísticos. Pero además es la oportunidad de recordar voces legendarias como la de Vicentico y Miguelito Valdés, Santos Colón, Rolando La Serie, Bobby Capó, Celia Cruz y Héctor Lavoe y sentir de la misma manera la presencia de una serie de músicos importantes tanto en el ámbito latino como jazzístico y entre quienes están Mongo Santamaría, Cal Tjader, Charlie Palmieri, Cachao, George Shearing, Lionel Hampton, Ray Barreto y James Woody, entre otros, acompañando al 'rey del timbal'. Seis años atrás Tito Puente publicó su álbum número 100, The Mambo King, un ejemplo claro del vasto trabajo musical de este hombre que nació en abril de 1923 en Nueva York bajo el nombre de Ernesto Anthony Puente Jr. luego de que sus padres llegaran allí desde la isla de Puerto Rico. Tito se crió en East Harlem, una zona de alta influencia latina, que a muy temprana edad lo llevó a escuchar boleros, rumbas y el jazz que se hacía en la época. Con la inquietud por la música tomó lecciones de piano y luego de batería. Fue vocalista de un cuarteto de la localidad y después se dedicó al baile, lo que se convirtió en la base de su sentido del ritmo. Su primera experiencia profesional, y ya en una exploración dentro del sonido afrolatino, fue con una banda llamada Happy Boys. Durante la Segunda Guerra Mundial y cuando Machito, el baterista del grupo, debió enrolarse en el ejército, Tito tomó su lugar y empezó a desarrollar una habilidad y una técnica que llevó a los timbales a ocupar un primer plano dentro de la música latina. Desde entonces ha sido el número uno de este instrumento. Todo ello se aprecia en esta colección llamada Tito Puente 50 Years Of Swing, que se vende como disco triple al precio de dos, y en la que se realza la carrera de quien es una de las personalidades más queridas en el mundo de la música contemporánea.