Home

Cultura

Artículo

Antonio Banderas participó en el filme ‘Los 33’.Esta película grabó varias escenas en Nemocón y Zipaquirá. | Foto: Crédito fox Colomb

PRODUCCIÓN

Colombiawood: grandes producciones se están filmando en el país

Gracias a la Ley del cine, Colombia se está convirtiendo en uno de los escenarios más apetecidos del mundo para hacer películas. Al país llegan grandes estrellas.

22 de agosto de 2015

A los diferentes premios y reconocimientos que había obtenido el cine colombiano le faltaba un empujón: convertir al país, por su diversidad geográfica, étnica y cultural, en un importante escenario de producción de películas no solo nacionales sino internacionales que atrajeran a las grandes ligas de Hollywood y de Europa.

Y fue necesaria una ley para lograrlo. Animar a los extranjeros no era fácil, pues el país no era visto como una locación ideal por sus costos y por la situación de orden público.

Hasta que alguien se lanzó al agua. Y desde el pasado jueves se ven los resultados, cuando se estrenó Los 33, una coproducción estadounidense y chilena sobre el rescate de los 33 mineros que hace cinco años se quedaron atrapados en una mina en Chile, y que rodó varias de sus escenas en las minas de Nemocón y Zipaquirá. No se trata de un filme cualquiera: es el primero que se benefició de la Ley 1556 de 2012, promulgada para vender a Colombia como escenario para el rodaje de películas extranjeras y nacionales, con el fin de generar mayor actividad cinematográfica, turística y promover una imagen diferente del país.

La Ley de Filmación Colombia –como también se le conoce– es seductora para los realizadores extranjeros por las contraprestaciones que ofrece a las productoras que inviertan más de 1.800 salarios mínimos vigentes y que contraten productoras nacionales. Ofrece los incentivos en dos frentes: un 40 por ciento del total de los gastos en preproducción, producción, posproducción, servicios artísticos, técnicos, y un 20 por ciento en gastos logísticos como hotelería, alimentación y transporte. Estos recursos se pagan a través del Fondo Fílmico Colombia (FFC), creado por la ley en 2012 con recursos del presupuesto general de la Nación.

Hasta la fecha se aprobaron 15 proyectos cinematográficos de los cuales tres se encuentran en etapa de preproducción. Se calcula que estas películas le dejarán a la economía del país 72.302 millones de pesos y que recibirán aproximadamente 22.800 millones. Además, de acuerdo con cifras de Proimágenes Colombia, se generarán 4.673 empleos, de los cuales 1.823 corresponden a personal técnico y artístico, 101 a actores y 2.749 a extras.

Se espera que sigan llegando productoras interesadas en rodar en Colombia, pues es el único país de Suramérica que ofrece dinero para proyectos audiovisuales, con lo que se ahorran entre un 30 y un 35 por ciento del costo total de la película.

En el caso de Los 33, protagonizada por Antonio Banderas, se tenía pensado grabar dos meses en Colombia y se alargó uno más, pues “estaban muy felices de cómo funcionaban todas las cosas acá”, recuerda Andrés Calderón, director ejecutivo de Dynamo Producciones, la empresa que ofreció los servicios de producción para Colombia.

Con esta ley se han hecho varios filmes en el país. El thriller The Boy incluye algunas escenas rodadas en Santa Fe de Antioquia con el actor y productor estadounidense Elijah Wood, recordado por su papel de Frodo en El señor de los anillos. También en algunos lugares de Bogotá, Choachí y La Calera se hizo la cinta de acción Blunt Force Trauma con Mickey Rourke, protagonista de El luchador, Sin City y Nueve semanas y media, entre otras.

Valledupar, Santa Marta y Bahía Solano sirvieron de escenario de la película española Palmeras en la nieve, que trata sobre el colonialismo en África. Y la producción francesa En el nombre del hijo se rodó en Santa Marta y Cartagena. Películas argentinas como Corazón de león y Tiempo muerto, además de Bogotá, estuvieron en Boyacá. Anapoima y Guasca también fueron escenario de otras cintas.

Las series tampoco se quedan atrás. Narcos, de Netflix, una de las que más ha generado expectativas para la próxima temporada, tiene escenas en Bogotá, Medellín y Villavicencio. Esta serie sobre Pablo Escobar es dirigida por José Padilha y protagonizada por Wagner Moura, artífices de la exitosa película brasileña Tropa de elite.

Muchas ciudades del país ven en esta ley una oportunidad para mostrar su mejor cara. Así lo asumió Medellín, que creó una comisión fílmica que ofrece estímulos adicionales a los de la Ley de Filmación Colombia. Francisco Pulgarín, su director, resalta que en esa ciudad se apoyan filmes que hagan una inversión mínima de 465 salarios mínimos con contraprestaciones del 10 por ciento para las productoras de otros lugares del país y de un 15 por ciento para las locales. Y aunque aclara que no se destinan recursos locales para temas que se refieran a Pablo Escobar, tampoco se boicotean.

Otras voces reconocen los beneficios de la Ley 1556 de 2012 para el país: el sector cinematográfico no deja de profesionalizarse y cualificarse, pues está en permanente contacto con producciones internacionales; se dan a conocer talentos y se da un intercambio importante de conocimientos. Además, se generan en la economía nacional nuevos ingresos.

Pero también hay aspectos que no se pueden descuidar y que inquietan a diferentes miembros del sector audiovisual. Uno de ellos lo señala el director y productor chocoano Jhonny Hendrix Hinestroza, quien resalta que si los realizadores colombianos no le dan un buen manejo a la ley, existe el riesgo de que “solo hagamos las historias de productores extranjeros, convirtiéndonos en una industria de producción y no de realización, con lo cual se nos puede olvidar nuestra identidad, nuestras historias, nuestra manera de hacer cine”.

El actor Ernesto Benjumea, vocero de la Asociación Colom-biana de Actores, ACA, señala un riesgo más: dice que ha recibido quejas de colegas por prácticas de tercerización en las que algunas veces les llega una mínima parte de lo que debería llegar. Otro temor es que al haber más rodajes se demanda más mano de obra barata. Frente a esto, Adelfa Martínez, la directora de cinematografía del Ministerio de Cultura, comenta que “estamos trabajando junto a los ministerios de Comercio, Industria y Turismo y Trabajo y con la nueva agremiación de los actores para asegurar que los negocios se hagan de la mejor manera, sin correr estos riesgos”.

Y otra preocupación es que si se quiere vender una imagen positiva del país esto puede provocar limitaciones creativas. Al respecto, Martínez señala que “no se busca que necesariamente las películas vengan a hablar del país. El solo hecho de venir a producir a Colombia implica una inversión importante”.

El estreno de la película Los 33 puede marcar el derrotero de la Ley Filmación Colombia, que espera la llegada de proyectos más grandes y que también espera ajustar temas como la agilización de los permisos de grabación en las distintas ciudades, la capacitación del sector audiovisual colombiano, la ampliación de la infraestructura disponible y el bilingüismo. Por ahora, las grandes productoras se dan cuenta de que Colombia existe, que se puede hacer cine de calidad y que lo mejor de esta película aún está por contarse.