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L I B R O S

Cómo y por qué leer

A través de obras de diversos géneros y autores, este libro pretende enseñarnos a leer.

Luis Fernando Afanador
23 de octubre de 2000

Harold Bloom
Como leer y por que
Norma, 2000
337 paginas
$ 29.800




Por que leer Hamlet Por muchas razones, pero quizá por la forma extraordinaria de su muerte. “Sea lo que fuere”, dice el príncipe de Dinamarca sintiéndose más cercano de la aniquilación que de la resurrección y angustiado por dejar a la posteridad un nombre execrable. De igual manera es probable que nosotros, cualquiera que sea nuestra opinión sobre la salvación o la muerte definitiva, también acabemos preocupados por nuestro nombre. Hamlet —cree Harold Bloom— prefigura esa esperanza de enfrentar el final común con valentía.

Sancho y don Quijote descubren una personalidad nueva escuchándose el uno al otro. En el curso de sus largas discusiones comienzan a incorporar cada uno los atributos del otro. La locura visionaria del caballero andante adquiere astucia y el estrecho sentido común del escudero entra en el insospechado terreno de la búsqueda. “De todos los esplendores de Cervantes, el más intenso es la presentación de dos grandes almas que se aman y se respetan mutuamente”. Oyéndolos, el lector puede llegar a conocer partes de sí mismo que ignoraba por completo.

La sabiduría de Proust muestra cómo nuestros celos son una búsqueda del tiempo perdido: nunca alcanzaremos del todo el goce completo de los otros. Los celos —y en especial los celos sexuales—, son una ilusión óptica que su novela ayuda a purgar: “Puede que leer la ficticia tortura de otros a manos de los celos no nos cure de personales tormentos paralelos, ni acaso nos enseñe nunca a aplicarnos una perspectiva humorística, pero, se diría, el placer empático que nos causa está muy cercano”. Su lectura, sin duda, tiene un poder balsámico enorme.

Si fortalecer la propia personalidad constituye para Harold Bloom el principal argumento para leer, Walt Whitman resulta entonces un poeta esencial. Whitman viene directamente de Ralph Waldo Emerson, el inventor de la religión norteamericana de la confianza en sí: no te busques fuera de ti mismo. Supera la limitación de pensar que la interioridad no se puede conocer. Hojas de hierba —que combina la hoja, metáfora de la brevedad de la vida, con la imagen de que la carne, como la hierba, dura muy poco—, logra convertirse en afirmación de algo que hay en nosotros y prevalece: ”Son innumerables las hojas erguidas o dobladas en los campos”. No sólo debemos leerlo por las perspectivas que nos abre sino porque sigue dándonos luces sobre los misterios de la conciencia norteamericana: “Y un mundo que se vuelve cada vez más norteamericano también necesita leerlo, no sólo para comprendernos sino para entender mejor en qué se está convirtiendo”.

El objetivo de este libro es enseñarnos a leer. Poemas largos y cortos, cuentos, novelas, dramas; diversos autores: no se trata de una lista de lo que ‘obligatoriamente’ hay que leer, sino como lo plantea Bloom, de una selección de obras que le permiten explicar mejor por qué hay que hacerlo. A diferencia de su conocida obra El canon occidental, en la que trazó una discutible línea divisoria entre lo que es y no es literatura, aquí empieza por reconocer que es un hombre de amores y odios, como cualquiera. Y, por fortuna, tuvo la feliz convicción de querer oír sólo a los primeros.

¿Por qué y cómo hay qué leer? Es posible que el único consejo válido sea el de no aceptar consejos. Pero en un mundo donde las universidades se han dedicado a alejarnos de la lectura con sus insoportables jergas, donde naufragamos en el oceáno de basura y confusión de la producción indiscriminada de libros, no sobra que ese lector brillante y experimentado que es Harold Bloom nos aclare cómo y por qué debemos leer.

Leer alivia la soledad y permite llegar a saber quienes somos, insiste Bloom a lo largo del libro. Son dos razones de peso. Sin embargo, hay otra mejor, irrefutable: leer agrega más vida a nuestras vidas.