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CORTINAS DOCUMENTALES

Cortinas de baño pintadas al aerosol y al agua, propone el artista Oscar Muñoz

15 de diciembre de 1986


EL baño como tema en la pintura ha sido tratado siempre como un momento sensual, dentro de un espacio decorativo y un buen pretexto para el desnudo "al natural". Algo que la publicidad en nuestros días ha vuelto banal hasta matarlo. Pero el mismo baño tiene un envés muy poco tratado, tal vez sólo por Bonnard, pintor francés que después del impresionismo intentó meterle a través del claroscuro algo de profundidad. Ahora Oscar Muñoz (Cali, 1951) pinta en cortinas el trasluz de un momento existencial, la idea del paso del tiempo en la acción repetida y solitaria del baño que, mirada desde ese ángulo, es erotismo y muerte al mismo tiempo.

En 1970 fue invitado a la Casa Solar, una "casa de la cultura" particular formada por los cineastas y fotógrafos de Cali, como el hallazgo de un talento, pero muy pronto se descubrió su habilidad como dibujante para copiar la realidad con el resultado comercial que esto tiene. Por eso la propuesta de Oscar Muñoz para el 20 Salón Nacional de Artistas este año, produjo el natural revuelo de encontrar una cortina de baño pintada como si se tratara de un lienzo. Esto ahora ha sido desarrollado en la muestra que durante noviembre estará en la Galería Garcés Velásquez de Bogotá. Se trata de la evolución de algo que ha obsesionado a Muñoz: el paso del tiempo en los espacios y los objetos en los que la huella humana deja un testimonio vital. De allí a que busque la luz y la sombra y el desdibujo de figuras a través de la acción del agua en la pintura al aerosol sobre cortinas que son un sugestivo soporte para el tema.

"Sería la contraparte de los surrealistas que querían sobreimponer dos objetos que no tuvieran nada que ver: aquí se trata de la reincidencia de una cortina representada sobre una cortina real para hacer del espacio un documento; es un poco como hacer periodismo", dice el artista. Esto es especialmente cierto en su propuesta para la Quinta Bienal de Artes Gráficas abierta actualmente en Cali. La banalización de la muerte en la cotidiana fotografía de los diarios, con levantamientos de cadáveres en los cuales el lugar común es la sábana y el encuadre forzado para que la figura salga entera y de los vivos que lo miran salgan los zapatos. De allí ha extraído su propuesta de un gran pliego de papel, donde el piso dibujado al carboncillo sirva para reconstruir la situación alrededor, sólo con las sombras de los personajes, y la sábana con su relieve está hecha con el blanco del pliego volteado. Una curiosa variación del hiperrealismo, una versión documental de un hecho diario, que apenas comienza para Muñoz.

Se trata, pues, de dos caminos, las cortinas y los levantamientos, que conducen a distintas partes y mientras el segundo se cierra probablemente en un sólo buen cuadro, las cortinas contemplan variantes que puede experimentar para rato: la incidencia de la luz, los colores siempre pardos, nunca saturados, basados en sumas de complementarios que dan la idea del paso del tiempo; figuras desleídas en el agua, en unas dimensiones y soportes nada convencionales.

Este artista, que a los 35 años es citado entre los grandes dibujantes colombianos (Caballero o Santiago Cardenas) defiende un lenguaje personal y una búsqueda nada regida por las modas artísticas internacionales. Por eso llega a la enorme cortina en plástico y al pliego doblado después de que el arte conceptual ha pasado, dejando sus estragos como un intenso y breve vendaval. No trata Oscar Muñoz de innovar el medio por ponerse al día, sino de atender exigencias expresivas. De allí que él resida en Cali sin necesidad de firmar desde París o Nueva York sus obras "porque ese argumento sólo convence a cuatro señoras", y vaya a celebrar con una muestra antológica sus 15 años en el arte el año próximo en el Museo La Tertulia de Cali. Para sus compañeros de la Casa Solar, el talento descubierto ha logrado ganarle la batalla a la habilidad. -