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Esculturas, pinturas, manuscritos, objetos de cerámica, entre otros, hacen parte del legado que se encuentra en los museos griegos.Muchas de estas instituciones tienen dificultades económicas y dependen más que nunca del turismo.

CRISIS

Cultura en Grecia: otra víctima de la crisis

La debacle económica afecta la cuna de la civilización europea. Esta es su lucha para no perder su espíritu.

29 de agosto de 2015

Hoy a los griegos se les aplica con justicia la famosa frase de cajón según la cual “todo tiempo pasado fue mejor”. Y es que el país de la democracia, el teatro, la filosofía, de Sócrates, Platón, Aristóteles, Sófocles y Homero, entre otros, vive una de las peores crisis de los últimos tiempos: una crisis económica que condena a los griegos a llevar sobre sus espaldas una deuda externa que no para de crecer. Las medidas de austeridad arrasan con la educación, la salud, las pensiones, los bancos, generan desempleo, pobreza, y ni siquiera la cultura se salva del huracán. Es más, es uno de los sectores más perjudicados.

Lo que es peor, si algo está claro en estos tiempos de crisis es que, como dijo a SEMANA Anja Ulbrich del Ashmolean Museum of Art and Archaeology de Oxford, “el primer sector en sufrir los recortes y la falta de presupuesto es el cultural, pues no se le considera importante a la hora de garantizar la supervivencia de un país”.

Ante esto, instituciones culturales como los museos ven que cada día sus ingresos caen de forma alarmante, y que en el peor de los casos les toca cerrar temporalmente, pues a veces escasean los recursos para pagar la jardinería o la seguridad. El panorama es desolador: según señala Le Monde, hay museos cuyos subsidios cayeron hasta el 63 por ciento, mientras otros aún no saben si van a tener el presupuesto para abrir el próximo año. Otro problema de la crisis es que “existe la amenaza de que se genere un nuevo éxodo de arte griego, ya no por el pillaje, las guerras y el expolio de diplomáticos, sino por la necesidad económica”, señala el crítico de arte Halim Badawi.

En todo caso, varios museos buscan nuevas alternativas de financiación. Una de ellas es la constitución de sociedades de amigos en el exterior, otra el apoyo de algunos países de la Unión Europea, y otra más tratar de mantener y aumentar sus ingresos por las tarifas que cobran a los turistas: “Algunos ya abren 12 horas y se mantienen repletos”, contó a SEMANA Kelly Bourni de la asociación de guías turísticos de Grecia. Los expertos tienen claro que estas instituciones deben reinventarse para defender el legado de pinturas, esculturas, estatuas y manuscritos que forman parte del patrimonio de la humanidad.

Pero los efectos colaterales de la crisis no solo se reflejan en la difícil situación de los museos. En los últimos años se ha alertado sobre algo no menos preocupante: cada vez hay más casos de personas que, en medio de la desesperación, buscan antigüedades en sitios arqueológicos o en el mar Egeo, para luego venderlas. Roban monedas, joyas, estatuillas, vasijas, manuscritos bizantinos, objetos de bronce y cerámica que muchas veces fragmentan para venderlos por partes. Como si esto fuera poco, el sitio web del National Geographic señala que la fuerza pública no tiene personal suficiente para prevenir el saqueo.

Explosión creativa

Sin embargo, “aunque todos los aspectos de la cultura griega han sufrido por la falta de financiación y recursos, también se ha visto en los últimos cinco años una explosión de creatividad en distintas manifestaciones”, según le dijo a SEMANA Dimitris Tziovas del centro de estudios griegos, bizantinos y otomanos de la Universidad de Birmingham. Con él coinciden varias voces: la crisis ha hecho que los artistas griegos despierten, se hagan más solidarios, se vuelvan más recursivos, valoren el legado del pasado y generen arte que, más allá del consumo, pretende reflexionar sobre las causas que arrastraron a su país a esta difícil situación.

Es el caso del teatro, por ejemplo. Varios grupos se las arreglan con poco material y con pocos actores para llevar a cabo obras que, sin embargo, no dejan de ser punzantes con la situación actual. A veces estos grupos no cobran o aceptan retribuciones voluntarias del público. Mientras tanto, en lo que se refiere a la música han saltado a la escena grupos de hip hop con un fuerte mensaje político que refleja la desazón y, a veces, la ira de los griegos frente a la crisis. El mensaje musical se complementa con videos en los que se muestran abusos de la Policía o la pobreza.

La literatura tampoco se queda atrás. Aunque el mercado editorial colapsó, también es cierto que en los últimos años surgió una serie de obras no menos interesantes que tratan temas como la soledad, la tristeza, la decepción ante grandes pérdidas, así como una honda reflexión sobre por qué estas se dan, para partir de cero y recuperar de a poco el antiguo esplendor. Uno de los autores más destacados de los últimos años es Petros Márkaris, quien ha ambientado sus obras policiacas en el contexto de la catástrofe económica.

Además, algo que sorprende a los medios internacionales es el despertar de los grafiteros y los artistas callejeros que día a día publican todo tipo de mensajes políticos. Uno de los eslóganes que ha ganado mayor fuerza es “estoy atormentado”, que por sí solo es suficiente para ilustrar la situación actual. También se ven parodias y burlas a la canciller alemana Angela Merkel, así como a la Unión Europea. Tampoco se quedan atrás los mensajes satíricos como “antes nos atacaban con tanques y ahora con bancos” o “Europa sin Grecia es como una fiesta sin drogas”.

Y si algo ha generado la crisis actual es una amplia y ardua discusión entre los filósofos. Unos insisten en que Grecia no se puede arrodillar ante el mundo, que sucumbió por la corrupción de sus políticos, por aceptar el capitalismo salvaje y a la Unión Europea. Otras voces creen que políticas antieuropeas como las del partido de izquierda Syriza son demagogas y que reflejan la pérdida del espíritu combativo de Ulises. Mientras tanto, otros creen que el pueblo griego, a diferencia del pasado, ya no se apasiona por el razonamiento, por las preguntas, sino que es cerrado, se ancla en su esplendor del pasado y ahora no hace nada por tener su propio legado.

En lo que sí coinciden los filósofos, intelectuales y expertos en el tema es en que, definitivamente, Europa no se puede entender sin Grecia, a la que muchos consideran la cuna de la cultura occidental. Tanto así que la palabra ‘Europa’ viene de un mito griego. Otra palabra que se ha destacado en los últimos días, ‘Crisis’, también tiene un significado especial en griego: se relaciona con el hecho de juzgar las cosas, volverlas a poner al lugar al que pertenecen. ¿Logrará eso la cultura? Al parecer, la pregunta apenas comienza a surgir en el horizonte del Partenón.