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CUENTO VIEJO

En la nueva versión del Cuento del Domingo, nadie es quien era

18 de mayo de 1987

Cuando cambiaron a la actriz que representaba a Fallon en "Dinastía", millones de televidentes, en especial sus muchos admiradores, no pudieron acostumbrarse a la metamorfosis sufrida por el personaje y este debió ser suprimido a la carrera. Y qué decir de Carlos de la Fuente, el nuevo Juan Ramón de "Dejémonos de Vainas", quien, a pesar de ser un gran actor, no ha podido liberarse del fantasma de Víctor Hugo Morant.
Pero lo que ha sucedido con "El Cuento del Domingo", tal vez no tiene antecedentes en la televisión mundial. Los seguidores del espacio de R.T.I. se encontraron atónitos el 12 de abril cuando les volvieron a contar el mismo cuento, pero con actores nuevos. La serie, que había llegado a su cuarto capítulo, comenzó otra vez por el principio y dejó a más de un televidente frotándose los ojos con incredulidad.
Para quienes habian seguido de cerca la renuncia de Pepe Sánchez y el posterior retiro masivo de todos los artistas del elenco original, excepción hecha de uno, la sorpresa no debió ser por ver nuevos actores en personajes ya bien caracterizados, sino por la decisión misma de la programadora de seguir adelante con la serie. La explicación, sinembargo, es simple, y se concreta a la existencia de compromisos comerciales preexistentes y obligantes.
Para enfrentar el reto de contar lo ya contado de tal manera que los espectadores sintieran el golpe lo menos posible, se encargó al joven director y galán retirado Víctor Mallarino.
"Conformar el elenco fue lo más difícil", cuenta a SEMANA, "ya que la mayoría de los actores disponibles estaban comprometidos hasta el final de la licitación, por lo que hubo que cuadrar horarios teniendo en cuenta compromisos anteriores. Además, no es fácil producir una serie en tan corto tiempo. El enfoque es obviamente diferente, así la historia sea la misma, porque los trabajos de dirección nunca son iguales".
Pero el problema no es del enfoque, aseguran muchos televidentes. Además de tener que "borrar" de la mente de los espectadores a los anteriores personajes, con su personalidad, apariencia, simpatía o antipatía ya bien delimitadas en cada uno de los televidentes, algunos de los actuales miembros del elenco no parecen "casar" con sus personajes. Por ejemplo, una actriz como María Cecilia Botero, que ha tenido papeles recientes de femme fatale y ha aparecido en comerciales promoviendo, como madre experimentada, los beneficios de la leche materna, resulta difícil de digerir como una niña de dieciocho años recién casada, inocente e ingenua. María Angélica Mallarino, directora de programas infantiles, debe pasar por la dificultad de convencer como una mujer liberada aunque vergonzante. Y si la historia de Manoel Carlos quiere mostrar a una mujer que llega ya a los cuarenta y cinco años, y que ha perdido todo su encanto frente a su marido, nadie peor que Gloria Gómez, quien resulta demasiado joven y atractiva para convencer en ese papel.
Nadie puede, entre tanto, dudar de que las dificultades que deben vencer director y actores, quienes de alguna manera se encuentran entre la espada y la pared, le da mucho más mérito a su trabajo. Algunos observadores anotan, además, que el anterior elenco estaba conformado por figuras nuevas, recién sacadas del medio teatral y que le daban a la producción la frescura que precisamente es el toque característico de los libretos de Manoel Carlos, bien conocido de los televidentes por obras como "Vivir la Vida" y "Brillo". Los nuevos responsables deberán "metérsela toda" para que la espontaneidad de esas historias cotidianas no termine reemplazada por el clásico acartonamiento de tantos dramatizados que hacen parte de la programación actual.