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Danza con copos

Cascanueces celebra su primer siglo con nuevas versiones para cine y televisión.

15 de febrero de 1993

DESPUES DE 100 años en los grandes escenarios mundiales, el ballet Cascanueces continúa siendo el espectáculo por excelencia de la temporada invernal. Y como un homenaje al centenario de esta gran obra, los directores han planeado toda suerte de interpretaciones acerca de ese mundo de sueños y ansiedades infantiles que le han dado forma al célebre cuento de hadas. También decidieron modificar la coreografía e imprimirle algunos cambios a la historia original.
No obstante, el ballet conserva la magia de sus primeros años: la música compuesta por Chaikowski por encargo del Ballet Imperial de San Petersburgo; los niños en escena como parte esencial de la fantasía; y la magia de una vieja, más no muerta, leyenda de la danza clásica.
Pero los homenajes aún no terminan. La versión de Baulanchine, para el New York City Ballet, ha sido llevada al cine y su estreno será en las próximas semanas. Macaulay Culkin, el protagonista de Mi pobre angelito, es el en cargado de hacer las veces de príncipe en la danza de los copos de nieve.
Bastante menos convencional es la coreografía de Mark Morris. Reemplazó a las muchachas que hacen los copos de nieve por corpulentos bailarines de color. Este cambio fue motivo para que la crítica especializada calificará el episodio como "Travestis copos de nieve".
Cien años de vigencia han permitido que todos los grandes fijen su mirada en Cascanueces. Tanto así que durante la actual temporada, sólo en Estados Unidos se están presentando 232 diferentes producciones de este ballet.