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DE AYER Y DE HOY

El peruano de Szyszlo en la Galería Quintero de Barranquilla

25 de noviembre de 1985

Lo reciente y lo viejo, lo abstracto y lo figurativo, lo internacional y lo local, se combinan significativamente en la pintura de Fernando de Szyszlo, según se evidencia en la actual exposición de su obra en la Galería Quintero de Barranquilla.
Es, en efecto, este creador peruano, figura por demás conocida internacionalmente, un singular combinador de elementos contradictorios con los cuales crear tensiones estéticas que han dado tanto interés a su trabajo. Portador de un mensaje de formas libres, flotantes, que se iluminan al surgir de profundidades cromáticas, logra que pertenezcan al vocabulario de la pintura abstracta tanto como al de la figurativa. Sólo que ninguna de las dos categorías es verdaderamente aplicable a su trabajo, el cual se libra de caer en clasificaciones que siguen siendo de importancia para muchos artistas latinoamericanos e internacionales.
Así también, el sentido de novedad, de estética reciente que normalmente acompaña cualquier propuesta plástica contemporánea, tiene que ser cuidadosamente distinguido aquí. Pues si bien es cierto que ésta no deja de ser una pintura nueva en el sentido histórico de la palabra, ella también viene cargada de un arcano sabor que analogiza, en el contexto de su modernidad, al mismo Perú, o a otros tantos paises de nuestro hemisferio, donde coexisten lo occidental y lo prehispánico, lo de hoy y lo que sigue siendo de la primigenia época del despertar de la civilización.
Debido a las razones recién aducidas, el trabajo de este pintor logra traducir a un lenguaje internacionalmente comprensible el bagaje de experiencias peculiares de su patria y de su doble ancestro: occidental europeo e inmemorial peruano. Y es por ello también que la experiencia elegante y decantada de su pintura sigue sirviendo de guía para los posibles derroteros de tantos creadores de nuestros países, quienes en distintas disciplinas tratan de encontrar el justo medio que les permita profesar su especificidad sin caer en lo pintoresco, todo ello con un lenguaje que no por internacionalmente comprensible tiene que consentir lo servilmente imitativo de las tendencias que se generan en los centros hegemónicos del arte.
La exposición de Szyszlo en Barranquilla, hace parte de una serie de muestras a nivel mundial con las que se celebran los sesenta años de vida del pintor, y que se llevan a cabo en sitios tan distantes entre sí como son la India y los Estados Unidos. Así, y gracias a los buenos oficios de la Galería Quintero, Colombia quedó incluida en este significativo circuito.--
De la cama al muro
A partir de tradiciones que se remontan a la época de la colonización, las colchas como expresión de la creatividad doméstica siempre han sido parte de la escenografía hogareña de los Estados Unidos. Sólo que ahora, inutilizadas por la producción industrial de artículos de consumo, ellas se han convertido en obras de arte y han pasado de la cama al muro para competir con la pintura.
La presente exposición, organizada por el Centro Colombo Americano de Medellín, y que será circulada posteriormente en las sedes de dicha institución en Bogotá y Bucaramanga respectivamente, reúne 24 espléndidas piezas de la producción reciente de colchas del país del norte. Ellas, fabricadas por artistas de formación profesional, agremiados como colcheros, y francamente pictóricas en sus implicaciones plásticas y espaciales, son ejemplares de lo que puede hacerse con el reciclaje del material textil, organizándolo con técnicas de costura y acolchadura, dentro de los parámetros dados por consideraciones de diseño pictórico, y sobre todo de acuerdo con los dictámenes de considerables creatividades. Pues es la creación, más que la tradición o la simple curiosidad, la que justifica la localización de estos especímenes en el espacio de la sala de exposición, normalmente reservado para las "obras de arte" en el sentido más convencional de la palabra.
El interés por recuperar estas forrnas de expresión se despertó en los Estados Unidos a partir de la celebración de su bicentenario en 1976. Fue entonces cuando los norteamericanos comprendieron que muchas de las manifestaciones más tradicionales estaban a punto de desaparecer y con ellas una parte considerable de los elementos reconocibles de la cultura de su país. Es significativo anotar que aunque en primera instancia estas colchas cumplieron un cometido fundamentalmente funcional, siempre constituyeron, además, una manera de crear imágenes visuales con implicaciones significativas, altamente asociativas con un cierto estado de desarrollo de la sensibilidad local. Es por ello que ahora, cuando se consolida el esfuerzo por utilizarlas como arte, el aspecto más sobresaliente de las mismas sigue siendo su referencialidad al origen de lo nacional.
En esos mismos términos que se acaban de enunciar, seria interesante preguntarnos, ¿qué hemos hecho en Colombia por recuperar para el arte toda una serie de herramientas, arquitecturas, técnicas, utensilios e implementos, de antaño utilitarios, todavía usados en muchos sectores, hoy en día en vías de extinción, y sin embargo ligados íntimamente a los procesos de formación de la cultura colombiana? Esta y otras preguntas de interés surgen de la visita a la muestra; asimismo, surge el reconocimiento a la labor que estas entidades extranjeras llevan a cabo y con las que vitalizan el panorama de reflexiones sobre la identidad de lo nuestro.--
Galaor Carbonell