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DEJAD A LOS NIÑOS...

Después de gatear durante años, la literatura infantil colombiana da los primeros pasos en firme.

13 de abril de 1987

No todo es puro cuento en la literatura infantil y juvenil colombiana. Desde las épocas de "Mirringa mirronga" de Rafael Pombo y de las de "Aserrín aserrán, los maderos de San Juan" de José Asunción Silva, el país había vivido un silencio de medio siglo en producción, edición y divulgación de esta modalidad. En los últimos diez años se viene despertando de dicho letargo, atestiguando que un mayor impulso ha sido dado a esta posibilidad literaria, y que empieza a consolidarse todo un movimiento que reúne a escritores, ilustradores, como también a varias casas editoriales.
Para lanzarse a gatear en el mundo editorial colombiano esta literatura, según expertos y observadores, necesitó de la creación del premio Enka. Esa empresa antioqueña decidió, en 1977, abrir un concurso al que llegaran participantes de todo el país los cuales, sin duda, estaban a la espera de la oportunidad de darle salida a sus obras. Jairo Aníbal Niño, Rubén Vélez, Celso Román, Leopoldo Bardella de la Espriella y este año el antioqueño Jaime Alberto Vélez, entre otros, merecieron el premio con títulos que hablaban de hipopótamos vagabundos, de Los amigos del hombre, de Las travesuras de Tío Conejo y de Zoro.
Con la aparición de esta "generación Enka" no sólo surgieron varios escritores de este tipo de literatura, sino que además, se advirtió la existencia de un mercado nacional para dichas producciones. Así, lento pero seguro, en las estanterías de bibliotecas y librerías empezaron a aparecer colecciones colombianas que se codeaban con aquellas que reinaban desde las épocas de Pombo: Salgari, los hermanos Grimm, Andersen, Clásicos Juveniles, Julio Verne, y, al lado de todos estos, los tradicionales cuentos de hadas, como también las historietas de Donald y Archi.

LAS LETRAS POR SANGRE NUEVA ENTRAN
Tras comprobar que sí había talento para la literatura infantil, Carlos Valencia Editores se lanzó a la selva de las publicaciones abriendo camino con varios libros recreativos que le fueran más próximos y más cómplices a nuestros niños. Con una visión innovadora los ilustradores, diseñadores y productores de esta casa editorial han echado a andar varios proyectos que no solamente ofrecen obras nuevas, sino que además, han dado vida nueva, a través de ilustraciones más divertidas y más coloridas a cuentos e historias infantiles de nuestra tradición.
Norma, empresa editorial de Carvajal, no se quedó atrás. Hace año y medio hizo sus primeros pinitos en la producción de materiales infantiles puramente para el divertimiento: pasó de fabricar cuadernos y cartillas para aprender, a editar libros para entretener. Esta nueva línea de producción plana (no-animada) saca libros ricos en imágenes "mudos" o "semi-mudos", y libros más equilibrados en términos de texto e ilustración.
Además de llenar un vacío editorial con libros hermosos y de calidad literaria, estas editoriales le ofrecen una alternativa al presupuesto de los padres colombianos.
En Bogotá hay un barrio, en el barrio esquinas, en las esquinas casas, en las casas... en dos de esas casas recientemente han comenzado a funcionar entidades que se dedican a fomentar el gusto por la lectura en niños y jóvenes.
La Fundación Rafael Pombo, cuya sede nacional fue inaugurada el año pasado en la casa donde nació el poeta, es un centro de utilidad comunitaria donde se desarrolla, con "mesada" estrecha, un programa de difusión literaria.
Por otro lado, ACLIJ (Asociación Colombiana para el Libro Infantil y Juvenil) fue fundada hace cuatro años con el interés de reunir a profesionales y agrupaciones preocupados por divulgar y apoyar la literatura para niños. La asociación funciona en la casa sede del Centro Experimental del Libro Infantil, encargándose de promover la lectura por medio de talleres y actividades múltiples, y de proporcionar valioso material recreativo y de consulta, dirigido este último a educadores, padres de familia, escritores e ilustradores.
Con el mismo criterio de dejar que los niños lleguen espontáneamente a la literatura, funciona en la Biblioteca Pública Piloto, de Medellín, un salón dedicado especialmente a atender los deseos de los nuevos lectores.
La "generación Enka" y otros escritores iniciados en eso de hacer cuentos no solamente irrumpen con su producción en estanterías, sino que también se han incorporado al "índice" de lo leido en escuelas y colegios.
Jairo Anibal Niño, uno de estos niños hechos y derechos, hace énfasis en que el niño colombiano ha estado permanentemente en una situación de despojo donde, entre otras cosas, se le han quitado las posibilidades de acceso a la literatura, de acceso a las formas destiladas de la emoción y de la vida: "Es que es importante contarle cuentos a los niños y poner la buena literatura en sus manos".
Por su parte, Celso Román, otro niño metido en camisa grande, ve en la literatura no solamente un medio por el cual el niño puede relacionarse con el mundo sino además como posibilidad de diversión, de juego, y de despliegue de la imaginación. Asi mismo, considera que en los escritores e ilustradores colombianos hay un afán creativo que procura ponerse al día con el ritmo de los tiempos y que dicha tendencia es fértil en nuevas obras: "El niño es un lector potencialmente abierto a la información, de suerte que, a través de un lenguaje que le sea accesible, pueden abrírsele las puertas al asombro, al conocimiento y a la creatividad".
Los cuentos de hadas y los clásicos juveniles son muy valiosos, pero no es determinante el castillo encantado, con todo y principe azul, para que el niño despliegue las alas de la imaginación. Tampoco piden la exclusividad de Bochica, de Bachué, del repertorio mitológico nacional. Lo anterior muestra que no solamente se han dejado atrás los pañales y la "media lengua", sino que también la fantasía ya no se reduce solamente a lo que pasa por arté de magia pues "el puente" entre el niño y la literatura "no está quebrado" .

HABIA UNA VEZ
En las librerias colombianas hay una gran variedad de libros para niños y jóvenes. Para los más chiquiticos, niños de uno o dos años de edad, en quienes la imagen es muy importante, Editorial Norma publica la colección "Mira, ¿qué es esto?", donde la palabra está acompañada por una ilustración. Ediciones Generales Anaya (España) también publica libros donde la imagen se encarga de la narración. Dirigidos a niños más grandes, se encuentran en el mercado colecciones como "Sopa de letras", conformada por tres libros: "Arrume de rimas", "Adivina adivinador", "Traba la lengua la traba", publicada por Editorial Kapelusz Colombiana, la cual también distribuye los libros de la editorial española El Barco de Papel. En esta misma línea está la inmensa colección de libros animados (sencillos por el texto), producida por Norma; la colección "Libros para jugar" publicada por Ediciones Altea (España), y cuentos como "Caperucita Roja", "El gato con botas" y otros de la tradición fantástica mundial. De los cuentos de Rafael Pombo se han hecho varias publicaciones por distintas casas editoriales, las cuales ofrecen posibilidades distintas en ilustración, diseño y selección de cuentos. Las ediciones más recientes de la obra de Pombo son la de Carlos Valencia Editores (ilustrada por el pintor Lorenzo Jaramillo), la del Circulo de Lectores (ilustrada por Alfredo Lleras), y la de Editorial Colina, donde el niño se encarga de colorear los personajes. Otro artista colombiano que ha publicado un libro para niños es Antonio Grass: "Pajaros quimbaya liberados", libro editado por el mismo autor. Para aquellos niños que ya no se interesan tanto por un libro donde prime la imagen, pero que todavía no se pueden embarcar en la lectura de un libro muy largo Editorial Miñon (España) ofrece una colección de cincuenta y cuatro libros de cuentos escritos por autores de todo el mundo. El público juvenil tiene a su disposición una inmensa cantidad de libros: en Colombia, Carlos Valencia Editores les ofrece no solamente los cuentos ganadores del concurso ENKA, sino otros escritos por autores colombianos: "Las aventuras de Tio Conejo", "Juan Sábalo", "El hombre con cola de león", "Los amigos del hombre", "Las cosas de la casa", "Zoro", "La alegria de querer" (libro de poemas de amor escritos especialmente para niños y jóvenes). Editorial Norma tiene libros documentales animados, como también libros que ayudan a fabricar juguetes y que instruyen sobre diferentes cosas.
Las editoriales españolas Debate Labor (colección "Bolsillo juvenil"), Gaviota, y Alfredo Ortells, ofrecen colecciones literarias, dirigidas a un público mayor de doce años, en las cuales se presentan todas las historias que han conformado por muchos años lo que se denomina como "clásicos juveniles" y también otras escritas por autores consagrados dentro del repertorio literario para adultos: Graham Greene, Aldous Huxley León Tolstoi, Emilio Salgari, Herman Melville, Julio Verne, y títulos como "Corazón" de Edmundo de Amicis, "Los viajes de Gulliver" de Jonathan Swift, "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll, y muchas obras más.