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| Foto: Cortesía Delirio

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Delirio, el chachachá del diluvio que eclipsa a Cali

Con 200 bailarines sobre las tablas, el espectáculo más grande de salsa y circo le da vida a una obra literaria sobre el advenimiento de un segundo diluvio al que solo sobrevivirán quienes hayan protegido a la naturaleza. Una puesta en escena apoteósica al ritmo de una orquesta en vivo de lujo.

11 de diciembre de 2018

“Sobre la tierra volverá a llover otra vez; serán 40 días y 40 noches; alista tu barca porque tú y tus amigos serán el prototipo de la nueva especie”. Ese el mensaje que recibe un poeta de parte de un ángel que le anuncia la llegada de un segundo diluvio. La humanidad será castigada y esta vez el pecado ha sido haber destruido a la naturaleza.

Aquel poeta, un Ángel, un bailarín errante - interpretado por Carlos Paz, el ‘resorte colombiano‘-, una mujer rastafari, una mujer de los años 70, un piruncho, y una novicia, le dan vida al espectáculo más grande de música, circo y orquesta de Colombia. En las tablas, 200 bailarines seducen a cerca de 1.800 asistentes de una obra musical magistral.

Los siete personajes se hacen a la mar en una noche de diciembre. Altavoz incorporado, navegan mientras suena All you need is love de Los Beatles. Los escogidos bailan sobre una gigantesca arca construida por artesanos del Pacífico que navega sobre las embravecidas olas del mar.

El trabajo en escena está atravesado por la santería cubana, el Elegua -la deidad africana que abre los caminos-, los mitos y el deseo por mantener a la naturaleza. Estos héroes de la naturaleza, que han logrado salvarse del diluvio gracias a los valores éticos, luchan contra los hacheros.

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Qué cosa tiene ese palo

Que no lo puedo tumbar

Tal vez será quebra hacha

Quizás será guayacán

Bajo el ritmo de esta melodía de la Sonora Ponceña bailan los hacheros de Delirio. Su propósito en la obra es claro: deforestar y acabar con todos los árboles. Son los antagonistas de una puesta en escena que recorre desde Con Te Partiro de Andrea Bocelli hasta una interpretación salsera de Mi Gente de J Balvin.

Por algo el espectáculo se ha convertido en uno de los eventos más representativos de Cali. Es un show de pasión y alegría que en su primer día eclipsó bajo una carpa la noche vallecaucana. Delirio para guacharachear, para bailar y para gozar. La orquesta en vivo es el valor agregado a una presentación en la que participaron 14 coréografos, un equipo que elaboró las 300 prendas de vestuarios que utilizaron los bailarines y tres diseñadores de Delirio.  

La antesala del evento es un prólogo de la obra. Desde la entrada, los asistentes entienden la alegoría a la naturaleza. Es la entraba a un bosque húmedo que resalta la riqueza natural del Valle del Cauca. Los bailarines no solo están sobre las tablas. Se mueven alrededor de las mesas del público acercando su ADN salsero a los asistentes que imitan sus pasos sin el más mínimo temor.

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Digo yo, el santo que no me quiera

que no me preste favores

que mala cara me ponga

tampoco yo le prendo velas

Los bailarines en escena se dejan abrazar por esta melodía del Grupo Niche, una de las creaciones más bellas de Jairo Valera según Medardo Arias, el escritor de la novela en la que está basada la puesta en escena de Delirio. “Yo diría que es una apoteosis lo que hicieron con la obra”, dice.  

Arias escribió la novela en 1994 pero la dejó engavetada hasta marzo de este año. Después de una metaforfosis literaria, El chachachá del diluvio vio la luz en Madrid y se convirtió en la ganadora de un premio internacional en España. “Esta novela yo me la llevé a Estados Unidos y la mantuve sin publicar hasta que me di cuenta que tenía en mis manos, lo que diríamos, un diamante en bruto. Pensé que sería necesario revisarla y mejorarla” dice Arias.

La novela en realidad tenía sus inicios en el bosque húmedo colombiano. Allí el poeta, que se había convertido en un eremita, una especie de hombre que regresaba al punto cero de la humanidad, salvaje, gritaba desde el fondo de la selva. Una especie de Zaratrusta tropical.

Y ese es uno de los cambios más importantes que sufre la obra en estos 24 años. En la historia de Arias, el emerita es reemplazado por una monja liberal que se deja seducir por el entonces presidente de Haití. La salsa que la cautivó hasta convertirse en su perdición, la libera y es rescatada por el arca en una escena de figuras literarias traducida en unos cuidados y precisos pasos salseros.

Las flores más bonitas son las del desierto

pues pintan de colores su soledad

Lo que no se olvida nunca se muere y

el que no perdona nunca amará

Mar abierto, Jiri son bali de Rubén Blades, los siete elegidos bailan mientras sus pies cuentan la historia de cómo se convirtieron en el prototipo de la nueva humanidad. Durante cinco horas, el público de Delirio disfruta de un espectáculo hecho con sello caleño que espera convertirse en destino turístico patrimonial.

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"Esperamos que la gente que venga al Valle del Cauca tenga como pretexto a Delirio para visitarnos. Delirio nació con el propósito firme de reinvindicar nuestra cultura popular, la de nuestra región. Esa ha sido nuestra doctrina durante estos 12 años. Todos los montajes artísticos que hacemos están inspirados siempre en nuestra cultura local", comentó Andrea Buenaventura, su fundadora. Hoy, Delirio es una presentación internacional con cuyo 64 % de asistentes son turistas. 

El cierre de la noche es un montaje al ritmo de Michael Jackson, Village People, Gloria Gaynor, Ben E King y Earth, Wind & Fire. Los brillantes y coloridos vestidos de los 200 bailarines cautivan al público que parece haberse trasladado a una fista Disco mientras la humanidad sobrevive a los designios divinos de la naturaleza. 

Este año, durante la Feria de Cali, Delirio seguirá siendo un pretexto para visitar la capital del Valle del Cauca mientras se mueve el cuerpo al ritmo de la pasión y el sabor de la salsa.