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DOS CRIMENES

Esta comedia mexicana exhibe algunas de las características que marcan la idiosincrasia latinoamericana.

21 de octubre de 1996

Director: Roberto Sneider
Protagonistas: Damián Alcázar, José Carlos Ruiz, David Clennon, Pedro Armendáriz, Dolores Heredia, Margarita Isabel, Leticia Huijara
En realidad son más de dos crímenes y no se sabe con exactitud a cuáles son los que se refiere el título. Lo cierto es que en torno de ellos el director mexicano Roberto Sneider construye una comedia que bien puede gozar del respaldo masivo del público. La película, que acaba de ser galardonada con el Círculo Precolombino de Plata durante el Festival de Cine de Bogotá y obtuvo los premios al mejor actor y a la mejor actriz en el Festival de Cine de Cartagena de 1995, narra las aventuras de Marcos González, un fugitivo que huye de la justicia por un crimen que no cometió. Su mejor refugio es la finca de su tío, un terrateniente a punto de morir a quien no ve desde hace más de siete años y al que le hacen la venia los demás sobrinos que buscan una buena parte de la herencia. Marcos ha llegado para alterar el orden natural de la finca y alrededor de su estadía en el campo al lado de sus familiares, el director va delatando una por una, algunas de las características más sobresalientes de la idiosincrasia latinoamericana en general y mexicana en particular. Esta humorística visión sobre la manera de ser del latinoamericano, infiel casi por instinto, interesado y ambicioso sin importar las consecuencias, es quizás la virtud principal de la película. Los dos crímenes son, al fin y al cabo, el pretexto para desnudar ciertas peculiaridades latinas. Un buen ritmo, un atinado manejo de los personajes y un humor contagioso sin pretensiones ideológicas panfletarias hacen de Dos crímenes un filme con sobrados méritos para garantizar el entretenimiento del espectador.