ECHEVERRI, EL ESENCIAL

Rafael Echeverri el artista fallecido prematuramente la semana anterior fue uno de los últimos y más logrados representantes de la modernidad pictórica en Colombia. Su obra se apoyó en cimientos racionales y en desarrollos y estructuras coherentes, desenvolviéndose con la lógica de los pigmentos y de la geometría, y revelando por lo tanto una irreducible fe en el hombre y sus designios. Pocos pintores del país han conseguido un lenguaje tan definido y propio dentro de la abstracción. Su obra es monocromática (blanca, negra o de colores primarios), y acusa cierta tridimensionalidad como consecuencia de la acumulación de capas de pigmento y de un doble bastidor que produce intrigantes protuberancias en el lienzo.. Pero su pintura no es de fácil comprensión. Por el contrario, demanda del observador un acto de humildad y la firme voluntad de penetrar en sus argumentos refinados y sutiles, para ser recompensado con su serenidad y contundencia. Su trabajo siguió siempre una orientación reduccionista y conceptualizadora, siendo su simplicidad producto de profundas reflexiones sobre el concepto 'arte'. Es decir, su pintura no versa sobre la cotidianidad sino sobre la esencialidad, y por lo mismo no intenta reproducir el mundo sino tener injerencia en su destino a través de las reflexiones que suscita sobre todo aquello que _como el arte y la vida_ implica espacios, proporciones, altibajos, diagonales, aperturas, veladuras y dobleces. Su obra es una respuesta lúcida y singular a los principales argumentos creativos de este siglo, y una clara muestra de los excelentes resultados que pueden esperarse cuando se combinan en similares proporciones, imaginación, seguridad y vigor. n