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El arte se toma a Bogotá

Galerías y museos presentan en estos días exposiciones importantes y muy variadas. Hay para todos los gustos.

13 de agosto de 2001

En los ultimos años Bogotá se ha caracterizado por mantener una oferta cultural descomunal. Hay temporada de ópera, temporada de zarzuela, festival de cine y festival iberoamericano de teatro, encuentros de poesía en la Casa Silva, feria del libro, rock al parque, jazz al parque, hasta los cuenteros y los teatreros tienen su espacio. Las artes plásticas no podían quedarse atrás. Tras el boom de la donación Botero ya no es raro ver familias enteras recorriendo una exposición en el centro de la ciudad y luego verlos tomar una pausa en algún restaurante de La Macarena, en el del Museo de Arte Moderno o en el del Museo Nacional. El arte ha tomado un papel protagónico. Y esta es la mejor temporada del año: por una extraña casualidad, las galerías y los museos sacaron algo de lo mejor de su arsenal. Cinco de los mejores artistas colombianos del siglo XX están exponiendo al mismo tiempo. Cinco ‘artistas históricos’ a quienes nadie les discute su lugar: Alejandro Obregón, Juan Antonio Roda, Beatriz González, Omar Rayo y Juan Cárdenas.

Todos ellos están en el corazón de la capital. Beatriz González, con una muestra en la que explora pictóricamente las imágenes más aterradoras publicadas en la prensa, expone en el Fondo Nacional Cafetero. En esta exposición, que permanecerá abierta hasta diciembre, presenta algunas novedades en su obra. Una obra que puede seguirse considerando parte del pop art pero sin los colores alegres que caracterizaron sus primeras etapas y que, como en el caso de sus colegas estadounidenses, Warhol y Lichtechstein, venían de la publicidad. En este caso la artista santandereana utiliza colores fuertes y oscuros como el violeta, un violeta que, inevitablemente, remite a las bandas funerarias. Los temas registran masacres como la de los predicadores muertos por la guerrilla el año pasado y personajes tan extravagantes y demoledores como los recolectores de cadáveres en los ríos. Todos ellos con una característica especial: González, con unos cuantos trazos, los deja con la cara triste, “es lo más difícil, con un trazo tan simple, con unas cuantas líneas, una cara acongojada puede parecer una cara con una sonrisa”.

Es obvio que no son sonrisas. También es obvio que logra su objetivo de manera magistral. Pero no hay que quedarse con esa cara para siempre. Cerca de ahí, en la Biblioteca Luis-Angel Arango, se encuentra la retrospectiva de Juan Cárdenas, quien no ha expuesto mucho en Colombia. No es tan popular como el resto de artistas pero, luego de ver esta retrospectiva, cualquiera puede quedar satisfecho. Es más, luego de verla, todos pueden decir que conocen a Juan Cárdenas. Que lo conocen de perfil, de cuerpo entero, junto a una modelo, que lo conocen trabajando en su taller, sin bigote y con bigote, con el cuerpo desnudo convertido en una especie de saltamontes o junto a toda su familia. Una de las principales obsesiones de este artista es el autorretrato. Y la retrospectiva tiene más de una docena. También tiene paisajes que parecen sacados del siglo XIX o paisajes urbanos con autos estacionados, lotes vacíos y edificios en construcción, herederos del mejor hiperrealismo de los años 60. Hay caricaturas, retratos de personajes históricos como Simón Bolívar e incluso retratos de la violencia colombiana.

Cerca de ahí, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y en la recién inaugurada Galería Mundo, en las Torres del Parque, se encuentran dos exposiciones de Omar Rayo. En la primera hay una serie de intaglios, una obra sobre papel que, desafiando las leyes del grabado, logra que sus temas no estén impresos sobre el papel sino que literalmente broten de esa superficie. Hay objetos cotidianos como tijeras y bicicletas que, de acuerdo con los caprichos del artista, se doblan en algunas partes. En la Galería Mundo, Rayo presenta su nueva serie de pinturas, Criaturas abisales, en las que despliega toda su habilidad tridimensional en unas 20 obras que tienen el azul como color dominante. Para cerrar el ciclo de ‘los maestros’ están las muestras de Juan Antonio Roda, en el Museo de Arte Moderno, y la de Alejandro Obregón en el Museo Nacional, que ya fueron reseñadas en esta revista.

Sin embargo ahí no termina el despliegue de arte en Bogotá. En el norte de la ciudad hay mucho más. En la Galería El Museo se expone la más reciente serie de Carlos Jacanamijoy; en el Centro Venezolano de Cultura hay una colectiva que incluye artistas mexicanos, venezolanos y colombianos, entre ellos Santiago Cárdenas, Luis Luna, David Manzur y Bernardo Salcedo; en la Galería La Cometa expone Fernando Dávila con sus óleos más recientes y en la galería Diners exponen Teresa Sánchez, Margarita Gutiérrez e Iván Rickeman.

Total, todos estos días son para disfrutar de lo mejor del arte. Porque Bogotá, por pura casualidad, en estos momentos disfruta de otro festival.