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EL "CUENTO" DEL AMOR

En "La fuerza del cariño" se echa mano del traqueado recurso de la muerte, para hacer reaccionar a los personajes

7 de mayo de 1984

Son dos parejas, una de adultos --Aurora y Garret-- y otra de jóvenes --Emma y Flap--. La primera se construye durante la película, la segunda se destruye. Pero para que Aurora y Garret acepten dejar su soledad y su miedo a amar se necesita que Emma y Flap se engañen, se separen, se vuelvan a unir y que finalmente, Emma muera.
Estas fábulas modernas incluyen con mucha frecuencia la muerte como factor detonante de fuerzas internas que se consideran las más nobles, las naturales. En este caso es el cariño adormecido, oprimido por otras fuerzas, las negativas, como el egoismo. La proximidad de la muerte de Emma inicia el proceso, primero en Aurora, después en Garret, más tarde en Flap, y ya después de la muerte, en Tom, el hijo rebelde que nunca quiso aceptar que amaba a su madre.
¿Por qué el cine moderno tiene que recurrir a la muerte como último argumento para que los personajes reaccionen? He ahí un buen tema de análisis. A manera de hipótesis se puede enunciar que la muerte, o los accidentes graves (si es de un niño con mayor razón), tienen una eficacia casi asegurada ante el público. No suena absurdo que los padres enemistados se tomen la mano junto a la cuna del bebé con neumonía. Esto facilita mucho las cosas al cinematografista más preocupado por la eficacia inmediata que por los procesos. Porque un impacto de esos le economiza al mostrar un desarrollo paulatino, una evolución.
Esto es parte de la fábula en la cual todo está sometido a la claridad de la enseñanza que se quiere dar. En "La fuerza del cariño" es ese panegírico al amor que todos llevamos escondido, a la necesidad de la familia, así ésta no se identifique con el matrimonio.
Siempre he pensado que estas películas las vemos como el melómano que escucha por enésima vez su sinfonía predilecta. Ya sabe en qué momento entran los violines, cuándó el tema adquiere su máximo desarrollo. Ya se sabe "el cuento". Aquí lo mismo, la lección moral, el "mensaje humano" nos resbala. Lo que nos interesa es el juego, ver qué variaciones introduce esta vez el director para que la historia de siempre siga llamando la atención. Como el melómano que compara versiones de distintos directores.
En "La fuerza del cariño" hay un elemento que puede darle nuevos matices al cuento de los seres egoístas, o temerosos de amar, que reaccionan ante una experiencia como la muerte. Es una serie de aspectos de la realidad que se meten en la obra, quizás de contrabando: la situación de la mujer en provincia destinada al hogar, y la de la mujer en la gran ciudad donde el trabajo le genera una forma distinta de relacionarse y de ver los problemas de los otros. La situación del hombre que tiene una profesión que carece del status de otras reconocidas socialmente, situación que lo condena a sobrevivir con sueldos mediocres. La desubicación social de personas como la viuda o el astronauta que ya cumplió su función y ahora nadie lo llama.
Este tipo de elementos permite que la película pueda ser interpretada mirando a la realidad que se impone, lejos de la fábula y su moraleja. Los conflictos reales terminan carcomiendo el cuento del "impacto que hace reaccionar", le socavan su lógica.--
Hernando Martínez Pardo