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"EL DRAMATISMO DOMINA A LA IRONIA"

BEATRIZ GONZALEZ

9 de julio de 1990

Para muchos, se trata de la mejor pintora colombiana del momento. Siempre polémica, inquieta, Beatriz González expone desde esta semana su obra reciente en la Galería García Velásquez, de Bogotá. Son cuadros embolados en los meses recientes, en cuyos lienzo, como siempre, está presente la actualidad del país. SEMANA habló con ella sobre su trabajo, sus temas, los colores que utiliza y la función que cumple el artista en este medio.

SEMANA. Al ver sus obras es imposible no pensar en las fotos de los periódicos. ¿Qué papel juegan en su trabajo los medios de comunicación?
Beatriz González. La fuente de mi trabajo son los reporteros gráficos.
Lo han sido desde los tiempos de los suicidas del Sisga.
Pero las cosas han cambiado porque antes podía partir de una sola foto y ahora combino distintas fotos en un mismo cuadro, hasta el punto de que ya no se puede identificar la fuente.
S. ¿ Por que aborda la realidad desde la época de los medios de comunicación?
B.G. No es abordar la realidad. Trato de expresar lo que tengo adentro. Es ir de adentro hacia fuera y no lo contrario. La realidad le deja a uno una cantidad de expresiones que es lo que trato de expresar. El artista debe expresar su mundo particular.
Hay una elaboración muy interna.
Yo no cojo cualquier foto. Parto de fotos en blanco y negro -pocas veces las escojo en color que se relacionan con lo que estoy expresando.
S. Uno de los temas constantes en su trabajo es la política. ¿Cómo explica que en Colombia haya pocos artistas comprometidos con este tema?
B.G. La temática de la política quedó descartada con los muralistas mexicanos. Pero esto que yo hago es diferente. Me interesa la denuncia, pero no es una denuncia diciendo cosas concretas, sino situaciones un tanto abstractas como el fascismo, la frivolidad, la violencia originada por el poder. Son grandes ideas y no denuncias en el sentido de que subió la leche o el arroz. Son situaciones que se dan casi que en en terreno de las ideas.

S. En sus trabajos anteriores el sarcasmo y la ironía jugaban un papel muy importante. En esta exposición, se pierden. ¿Qué hay ahora?
B.G. Yo pienso que en mi pintura el dramatismo está dominando a la ironía. Ahora el dramatismo prima. Las vigas, los venados que pensaba como un elemento sarcástico al ponerlos en el cuadro se convierten en un elemento dramático, en una alegoría de la muerte. Si hay sarcasmo en el drama, no lo sé.

S. Puede ser también que las cosas han cambiado...

B.G. Han cambiado muchas cosas en el país. La manera de hablar es otra, se ha cambiado el lenguaje.

S. En sus obras todo está en primer plano. ¿Qué significa esa negación de la profundidad?
B.G. Yo intento crear, con el color, el espacio ahora los cuadros están más abigarrados. Hubo algo determinante que fue mirar las obras coloniales del Cuzco y de Bolivia, como la "Coronación de la Virgen", con figuras de distinto tamaño, todas en primer plano, y que se diferencian por los colores. Me sentí identificada con eso ya que ese era el camino que yo ya había tomado.

S. Hablando del color, ¿cuál es el papel que juega en su obra? ¿Con qué criterio los escoge?
B.G. Toda mi vida he usado colores fuertes. Nunca he buscado una paleta refinada. Hay un gusto provinciano por el color. Es una actitud natural de la gente de provincia. Mientras en la ciudad los colores son muy medidos, discretos, en los pueblos pequeños o en el campo ocurre todo lo contrario.
S. ¿Se puede decir entonces que en su obra el color está dirigido a expresar estados de ánimo ?
B.G. El color no es sólo estados de ánimo. Cuando es estados de ánimo produce un arte muy expresionista y lo mío no va para allá.

S. Antes, los críticos encasillaron su arte dentro de la corriente pop.
¿Cómo califica ahora usted su pintura?
B.G. Es muy difícil encajonar a las personas. Ahora mismo hay discusiones sobre si Degas era tal o cual cosa.
Mi pintura es muy mental, a base de elaboraciones. Así no sea abstracta, todo en mí es mental pero a la vez muy sensible hacia ciertos tópicos como el del color.

S. Pasando a otro punto, los deportes también han sido una constante en su obra. Antes fue "Lucho" Herrera y ahora hay un fultbolista, ¿por qué ese tópico?
B.G. Lo que me llama la atención son esos ídolos especiales. No es el deporte en sí. En "Lucho" Herrera sentí admiración por ese hermetismo que él tiene y busqué la traducción plástica de "Lucho". No es el deporte, sino el personaje, el ídolo. En el caso del futbolista, lo que me llamó la atención es que está llorando. Ese ha sido uno de los temas más difíciles en la pintura: mostrar el llanto de uná persona. Es tan complicado como pintar a una persona tiritando de frío. ¿Cómo se hace eso?
S. Finalmente, ¿cuál cree usted que es el papel que debe jugar el arte en las actuales condiciones del país?
B.G. Yo creo que hoy en día está tan confuso todo, que la situación del país solamente genera confusión e inmoralidad. Pienso que en Colombia el artista tiene un papel en la sociedad, pero sin ser deliberante, sin decir "me voy a proponer cambiar la situación". Si el arte es bueno, no sólo refleja la situación, lo que está pasando, sino que hace pensar.-