EL INFIERNO DE LAS CONCIENCIAS
"¿Quién le teme a Virginia Woolf?" de Edward Albee, un exitoso montaje del Teatro Nacional, bajo la dirección de César Campodónico.
Parece como si el mismo Teatro Nacional estuviera diseñado especialmente para esta obra. La silletería está mirando desde arriba a la pequeña sala donde transcurre la obra.
Todo está pensado para que parezca el infierno. Un infierno que nadie imagina que existe. Una sala burguesa común y corriente y cuatro personajes aparentemente anodinos son los ingredientes de ¿"Quién le teme a Virginia Woolf?" del dramaturgo norteamericano Edward Albee.
Esta obra fue escrita cuando se iniciaban los turbulentos años 60 en los Estados Unidos. La guerra fría continuaba, ahora matizada con la invasión de Bahía Cochinos en Cuba y la guerra del Vietnam, los jóvenes comenzaban a dejarse crecer el cabello y las drogas reemplazaban el alcohol como recurso de evasión. Parecía como si una atmósfera pesimista amenazara con envolver a toda la sociedad norteamericana, razón por la cual dramaturgos como Albee o el recientemente fallecido Tenessee Williams, asumieran una postura crítica frente a la asfixiante vida cotidiana, transfiriendo a escena la violenta problematica social del momento. Allí representaron preferentemente las neurosis y frustraciones de los ciudadanos comunes y corrientes.
Todo el dramatismo de esos años queda reflejado en una de las conversaciones más tensas y profundas de ¿"Quién le teme a Virginia Woolf?".
En esta obra todo comienza con una visita, casi que de rigor, que un cientifico recién graduado y su esposa hacen a la hija del rector de una universidad norteamericana (Fanny Mikey) a su esposo, un profesor de historia. (Kepa Amuchástegui).
El científico (Luis Eduardo Arango) acaba de llegar de otra ciudad y ha sido contratado para ejercer la docencia.
Al llegar, se encuentran con que van a tener una agradable velada, una pequeña fiesta intima. El científico y Connie, su esposa (Consuelo Luzardo), comienzan a participar de las agresivas discusiones que nacen de Jorge, el historiador y de Martha, su esposa. El licor empieza a hacer sus estragos; los anfitriones dejan filtrar sus frustraciones, sus amarguras e ironizan entre si. Paulatinamente van enredando a los dos invadidos hasta hacerlos participes de la reunión y a veces juguetes de sus ironias, comienzan a aflorar las debilidades de unos y de otros y sobre todo, su poder de destrucción. Jorge, con una conciencia más allá de todo freno y sentido de culpa, hace sufrir a todos hasta que Martha le dice: "Esto reventó, porfn reventó". Inmediatamente sigue su venganza--parte de ella sexual--con el invitado. Mientras Connie duerme la borrachera sobre las baldosas del baño.
Todo sigue a un ritmo ascendente en el cual la tensión se va agudizando por pedazos, hasta que el espectador reconoce los hondos motivos de la neurosis de estas parejas de intelectuales norteamericanos.
La frase que da el titulo a la obra de Albee, "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" es pronunciada al final, entre un mar de frases que resumen tranquilamente el drama que se ha vivido esa noche.
Esta obra ha necesitado un meticuloso trabajo de dirección. César Campodónico (ver recuadro) vino de México a trabajar estos meses con el Teatro Nacional. Cuando se vaya a una gira que tiene pensando realizar el el grupo el Galpón, quedará con la batuta Carlos Duplat. La obra, Centrada en 4 protagonistas, requiere un serio trabajo de modulación y tonalidad de las voces, de medición de los desplazamientos y, sobre todo, de cálculo de los tiempos en esa conversación de locura. Cada matiz, cada grito, cada pose está prevista con cuidado.
Con "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" el Teatro Nacional trae una nueva posibilidad de teatro a Bogotá.
Los dramas psicológicos habian estado ausentes de nuestra cartelera por mucho tiempo. En estos momentos, cuando está volviendo el teatro universal a las tablas colombianas, se puede ver que los dramaturgos estadounidenses tienen su cabida. Aparte de los montajes de Arthur Miller ya realizados por el Teatro Libre y el Teatro Popular se montan este año "Un tranvia llamado deseo" de Tennessse Williams (TPB), y "La balada del café triste" de Edward Albee, (TLB). Con "¿Quién le teme a Virginia Woolf?", el Teatro Nacional presenta una función que no tolera el desgano. -
Pedro Cote -
HABLA EL DIRECTOR
Los últimos 34 años de su vida los ha pasado trabajando como actor y director de El Galpón, uno de los grupos de teatro más importantes de América Latina. Se trata de César Campodónico quien ha venido a Colombia para cumplir una promesa que le hizo a Fanny Mikey de dirigir una obra en el Teatro Nacional.
SEMANA: ¿Qué opinión le merece el teatro colombiano?
CESAR CAMPODONICO: Tengo un concepto muy elevado de las experiencias del teatro colombiano.
Conozco el trabajo de Enrique Buenaventura yme parece que es interesante en cuanto que se refiere al estudio de una realidad y de una manera de contarla. También conozco La Candelaria, el Teatro Popular de Bogotá y el Teatro Libre.
Su última obra, Los Andariegos, es muy interesante para el teatro colombiano por la utilización de elementos musicales. Por otro lado, es muy positivo que ellos frecuenten los grandes textos.
S: ¿Cómo decidió v¡ajar a Colombia para montar la obra de Albee? C.C.: En 1982 hicimos una temporada en Bogotá. Hablamos con Fanny sobre la posibilidad de dirigir una obra. Luego, durante una escala que hice en un viaje, concretamos el proyecto con Fanny. Teníamos una lista de obras en las que figuraban nombres como los de Gorki y Chejov.
También nos planteamos la posibilidad de montar Virginia Woolf. Pero había un cierto "resquemor porque era una de esas obras".
puestas en escena en Broadway. Analizando, vimos que en Albee hay, Broadway, pero también hay detrás realmente un gran autor. Hay riqueza en la interrelación de los personajes, hay varios planos y es sumamente original. Es un gran texto. Por otro lado, hay aquí gente que tiene un nivel profesional alto, que trabaja con mucha seriedad. Gente con larga experiencia en TV y muchos años en teatro. Yo me vine aquí de intercambio. Después queremos que un colombiano vaya a México a dirigir una obra con el grupo de El Galpón.
S.: Existe una película sobre la misma obra filamada con Richard Burton y Elizábeth Taylor. ¿Qué opina de ella?
C C: La película es muy fiel al texto.
La ví hace poco. Es la vida de todos los días de Elizabeth Taylor. En la película es una obra muy bien agotada. No es la Biblia pero es una guía muy interesante sóbre la forma como Albee ve su obra. -