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EL JOROBADO DE CALI

Tres funciones de "Rigoletto" en Cali son lo único que queda de la Opera de Colombia.

28 de noviembre de 1988

Con entierro de tercera, Colcultura sepultó once años de temporadas operáticas y, no obstante el interés de muchos por continuar el espectáculo, la realidad se impuso: sin un apoyo sustantivo del gobierno, realizar tal empresa era un suicidio económico para sus organizadores.

En Bogotá, Medellín y Cali se barajaron toda suerte de proyectos, se estudiaron las más variadas fórmulas para intentar medírsele en este 1988 siquiera a un solo título, pero a la hora de nona sólo Cali fue capaz de enfrentarse al reto. Así del 1° al 3 de noviembre los privilegiados caleños, amantes del género lírico, verán en el Teatro Municipal una nueva versión de la ópera "Rigoletto" de Giuseppe Verdi, con el siguiente reparto: Zorayda Salazar, soprano colombiana, como "Gilda"; el barítono italiano Franco Giovine como "Rigoletto"; el tenor italiano Carlo Tuand como " Duque de Mantua" la mezzo soprano también italiana Caludia Clarich, como "Magdalena" y el bajo peruano Christian Mantilla como "Sparafucile". El resto de papeles estará. a cargo de cantantes colombianos acompañados de la Orquesta Sinfónica del Valle y el Coro Polifónico de Cali, bajo la dirección musical del maestro Jaime León. Escenografia y dirección escénica estarán a cargo del tenor Luigi Alva.

Para sacar a flote esta empresa hubo varios factores decisivos. Por sobre todos, el dinamismo de la soprano caleña Zorayda Salazar, presidenta de la fundación que pretende dotar a Cali de una ópera estable; el apoyo económico de la empresa privada; la ayuda que suministró Colcultura de lo que habia dejado la ópera de Colombia, como equipo y personal técnico de teatro y televisión, parte del vestuario, utilería, y una suma cercana a los cinco millones de pesos, y la presencia y empuje del tenor peruano Luigi Alva, quien desde hace años insiste en la idea de crear una "Opera bolivariana", la cual podría estar tomando forma con la ayuda que ha prestado a las óperas de Ecuador, Perú y ahora de Cali.

La idea de Alva se fundamenta en presentar en varios países del área temporadas que abarquen tres o cuatro títulos, realizados en forma escalonada, a fin de aprovechar escenografías, vestuarios, personal técnico y artístico, lo cual reduciría los costos de manera considerable. Bien es sabido que los directivos de los grandes teatros europeos, conscientes de los altísimos costos que alcanza una producción operática con artistas de primera línea, han decidido compartir gastos y realizar coproducciones entre 2 ó 3 países. Son montajes que luego se pasean por varios escenarios, posteriormente se alquilan a otros teatros y de cada titulo sale una filmación para televisión, que luego es comercializada al resto del mundo. Obviamente para llegar a poner en práctica este sistema se requieren producciones presentadas con altísima calificación técnica y artística, pero toda idea es susceptible de ser adaptada a las condiciones que se tienen.

Por lo pronto, el proyecto de Cali de hacer ópera se cumplió, así sea con un solo titulo. Es de esperar que el resto del programa diseñado por Zorayda Salazar de formar un coro estable y crear una escuela de canto con asesoría de profesionales extranjeros, también cristalice. Falta por ver si el balance económico de este primer intento permite visualizar algún futuro para la ópera en Colombia, pues para nadie resulta un misterio que este género, visto con carácter profesional, es un espectáculo costoso, que requiere mucho más que buena voluntad. --