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EL LEON VIKINGO

A propósito de los cien años del nacimiento de Leon de Greiff, María Mercedes Carranza describe facetas poco conocidas del poeta sobre sus ancestros de las tierras nórdicas.

31 de julio de 1995

LEON DE GREKF NO SE CONTENTO con ser solo León de Greiff sino que pobló su poesía de personajes solitarios, escépticos, sarcásticos, juglarescos y andariegos, que son otras maneras de ser, de vivir y de cantar del gran poeta. Así, desfilan 'el trovero de antaño', Matías Aldecoa; el taciturno Diego de Estúñiga; Guillaume de Lorges, el acontista; ese pícaro de Lope de Aguinaga; el erudito aventurero Beremundo el Lelo. Y tantos más que recorren la exótica y planetaria geografía greiffiana.
Entre ellos hay varios de estirpe nórdica, vikingos -"cansados epígonos de su raza soberbia" -que pescan arenques, atraviesan glaciares y estepas, dialogan con pinguinos, cruzan ríos y mares de nombres ininteligibles e ilegibles" para nosotros. Se llaman Gaspar von de Nacht, quien desapareció en la Laponia sueca; el poeta desencantado Erik Fjorsson y Sergio Stepansky y Gunnar Tromhott y Hárald el Obscuro. Todos viven en el paraíso perdido que, para su uso personal, se inventó De Greiff: las tierras nórdicas y, más concretamente, Suecia.

FAMILIA DE GUERREROS
Y no se trata de un capricho porque, como sabemos, De Greiff tiene sus ancestros paternos allí. Con motivo del centenario de su nacimiento, que se celebra el próximo 22 de julio, Clemencia Forero, embajadora en Suecia, tuvo la iniciativa de promover su poesía en ese país y organizó algunos eventos, con la colaboración de Colcultura y el Minrelaciones. Entre éstos se destacó un estupendo recital de Marta Senn quien, acompañada al piano por el maestro Pablo Arévalo, interpretó cinco poemas de De Greiff en el mismo escenario donde se entrega todos los años en Estocolmo el Premio Nobel.
Este reencuentro póstumo con su tierra ancestral ha revivido el interés por escarbar tales raíces, que tan profundamente se extendieron por todo lo largo de su poesía. Vale la pena anotar que el de de su apellido es la forma colombianizada, pues originariamente llevaba un sonoro von. Como el propio poeta lo explicó en alguna oportunidad, la familia Von Greiff es originaria de Suavia y Austria. El primero que llegó a Suecia, hacia 1630, se llamaba Ernst Bogislav von Greiff y lo hizo como Capitán de Caballería del Mariscal Conde Koenigsmarch.
Es una familia de intrépidos militares y de nobles: coroneles, capitanes, alféreces y tenientes que combatieron en las grandes batallas de su época e incluso murieron en el frente o fueron hechos prisioneros, como el mencionado Ernst Bogislav que combatió en Leipzig y en Lutzen en 1623 y murió en el asedio a Praga en 1648, o como Bogislav Johan von Greiff, naturalizado sueco en 1717 e introducido en el registro de la nobleza de ese país en 1719, quien cayó prisionero en la batalla de Holofzin y logró escapar.

DE LA ESTEPA a BOLOMBOLO
El bisabuelo del poeta, Carl Sigismund Fromhold von Greiff Pomp, fue quien cruzó el mar rumbo a Colombia. Sobre ese personaje explicó el bisnieto que llegó a teniente y combatió en las campañas de 1812, 1813, 1814 y 1815, en Alemania, Bélgica, Francia, Dinamarca y Noruega. Estaba casado con Lovisa Petronella Faxe, señora de rancia estirpe pues era hija del obispo de Lund, quien ostentaba los pomposos títulos de Canciller de la Universidad, Comendador de la Estrella Polar y Caballero de la Orden de Carlos XIII. Estos bisabuelos, que murieron en Medellín, llegaron a Santa Marta en 1826; don Carl venía como ingeniero de la empresa B. A. Goldsmith.
El apellido se extinguió en Suecia, aunque posteriormente se radicó allí Axel, hijo del poeta. Según cuentas de De Greiff, hechas cuando él desentrañó su genealogía, "de los dos suecos llegados a Colombia en 1826, estamos vivos algo más de 315 bisnietos, tataranietos, choznos y vicechoznos". Y agrega: "el de estos versos es bisnieto de los vikingos Carlos y Luisa y se llama Luis León Bogislav de Greiff Haues Per". Tal es, pues el nombre completo de ese personaje tan singular que resultó del exótico cruce de vikingo con antioqueña y que escribió una de las obras más originales y valiosas de nuestra poesía.
El homenaje que se le rindió en Estocolmo fue pretexto también para una interesante y curiosa peregrinación, encabezada por Axel de Greiff, a los lugares de sus antepasados. A una hora de Estocolmo por carretera hay una mansión campestre, grande y muy bien cuidada, construida a mediados del siglo XVIII. Allí vivió y murió Johan Ludvig, abuelo chozno del poeta y padre de don Carl Sigismund, el primero de ellos que puso pie en tierra colombiana. Sus actuales propietarios, Gunille y Hernric Johansson, son unos campesinos acomodados que tienen una cría de cerdos con la más moderna y sofisticada tecnología.
Conocen la historia de la casa y la muestran orgullosos como si fuera un museo; han leído la poesía de De Greiff y están al tanto de la prosapia genealógica de sus dueños originales.

EL AGUILA DESPEINADA
No lejos de allí está la iglesia de Dingtuna, una pequeña y encantadora construcción de finales del siglo XIV. En medio de los frescos medievales de ángeles y serafines, cuelga el escudo de armas de los Von Greiff: un águila negra con las alas y las patas desplegadas, que muestra con fiereza su roja lengua; a su lado, una estrella de color azul claro. Aguila y estrella están enmarcadas por hojas de acanto de colores negro, plata y oro. En la parte de abajo figura una leyenda que, en castellano, dice así: "El fiel servidor del Rey y coronel del Regimiento de Upland, el señor de la Nobleza Bogislaus Johan Greiff, nacido en Pomerania el 6 de septiembre de 1677 y fallecido como buen cristiano en Estocolmo el 18 de noviembre de 1719". Allí está enterrado y por eso fue colocado su escudo de armas.
Su descendiente, el nieto chozno Luis León Bogislav de Greiff Haues Per, nunca conoció estos lugares, ni esa casa, ni el escudo, pues cuando vivió en Suecia como diplomático en los años 50, aún no se sabía de ellos. Fue un fotógrafo curioso, el sueco Stig Unge, quien dio hace poco con la iglesia, descifró la leyenda del escudo y así desenredó la madeja. Axel de Greiff Bernal fue el primer peregrino de la familia colombiana a esos lugares entrañables, Laus Leo.