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Buika asegura que utiliza el dolor para cantar, sacarse las espinas clavadas y expresarse. ‘Las palabras sucias limpian el alma y si canto sucio es para que eso salga de adentro’, dice.

ENTREVISTA

El oscuro brillo de Buika

Con respuestas brillantes, esta española de origen africano, habló con SEMANA. Canta todos los géneros. Sin aspavientos, gusta y sorprende.

7 de junio de 2008

Tiene apenas 35 años. Pero habla y responde como si fuera una anciana de una tribu africana, un tótem, o un oráculo. El círculo de la música la conoce como una artista que canta con sentimiento y desgarro. Lo que sospechan pocos es que desde niña, criada con las tradiciones africanas y vecina de una comunidad gitana, aprendió de su madre a escuchar jazz. Que luego mezcló el flamenco de su tierra natal con la música de su infancia y cantó en clubes nocturnos. Sin embargo, la vida la llevó a cantar house, a vivir en Las Vegas y actuar como doble de Tina Turner, a cantar con la dama del jazz Rachelle Ferrell y a tener que frenar a cuatro productores que quisieron imponerle un estilo definido. Ella los controvirtió para dejarles claro que cantaba lo que ella quería. Con su estilo. Y les ganó el pulso.

Ahora acaba de sacar su tercer disco, Niña de fuego, luego del éxito que obtuvo con Mi niña Lola. Con ranchera, coplas, flamencos y temas inéditos, y siempre con la voz desgarrada, ofrece un trabajo íntimo que se queda en la piel. El álbum fue lanzado el 6 de mayo y se encuentra entre los más vendidos de Tower Records.

SEMANA: Creció cerca de una comunidad gitana. ¿Eso cambió su visión del mundo?
Buika: No crecí con la condición de gitana pero sí en un barrio que colindaba con el de los gitanos y con ellos aprendí el cante jondo, el desarraigo y los versos, a pesar de que había tenido una educación africana en casa. Si he sido nómada lo he hecho con la intención de volver a casa.

SEMANA: En Colombia se dice que para triunfar en el mundo hay que cantar en inglés...
B: Viajé a Estados Unidos y canté en inglés, pero no me quedé en ese idioma. Nací en Palma y para mí el español es mucho más que un idioma: es algo que se siente y yo lo siento profundamente. Como me gusta cantar, canto en el idioma que me permite sentir. No pienso que para triunfar sea necesario cantar en otro idioma sino ser uno mismo y expresarlo como mejor pueda. Se canta para ser sincero con uno mismo. Canto lo que no me atrevo a decir. No lo que otros me dicen.

SEMANA: ¿Le duele cantar y hacerlo es un alivio?
B: Algunas veces sí, porque las canciones remueven sentimientos que no fueron agradables. Pero no importa. He venido a este mundo a sentir la verdad. El dolor solo duele, nada más. Y está bien que duela porque enseña. El amor es herida de animal: puede doler, pero no ofende. La ofensa es la que causa el mal o la muerte. Además, me muevo entre el desamor y el amor, y el primero es necesario para el segundo porque es el primer paso en el amor hacia uno mismo. El dolor solo duele. Y enseña.

SEMANA: 'Mi niña Lola', 'Niña de fuego'. Dos discos con la misma palabra. ¿Qué niña la inspira?
B: Siempre he pensado que las mujeres no deberíamos matar a la niña que lleva dentro. Los hombres sí deberían matar al niño repelente que llevan en sus entrañas porque es violento y agresivo. He visto más niños llorando por tonterías que niñas haciéndolo. Las niñas construyen, son fuertes, creativas, son seres maravillosos, que sueñan, pero que cuando se vuelven mujeres se vuelven estúpidas. Siempre llamaré a la niña para que se le cuide y no se le abandone.

SEMANA: En este álbum predomina el sentimiento ¿Quiso dar un mensaje con su música?
B: Yo no estoy para darle un sentido a la vida o la música. No siento que sea un ser que necesite una filosofía de la vida. Estoy tan a gusto de estar acá que soy lo que sea, lo que me ha tocado. No reconozco el miedo como animal de compañía. No estoy para buscar paraísos sino para enfrentar la vida. Es verdad: no tengo filosofías de la vida. No las necesito. Ya estoy agradecida de vivir y eso hago: vivir.

SEMANA: Igual, apeló a la ranchera...
B: Utilizo el dolor para cantar. Aprendí de José Alfredo Jiménez a sacarme las espinas clavadas a golpe de guitarra y palabras sucias, porque las palabras sucias limpian el alma. Cuando cantas sucio lo único que intentas es que la suciedad salga de adentro.

SEMANA: Es evidente que le gusta saltar de género y no quedarse con ninguno...
B: Con todos los géneros me siento a gusto. No reconozco en las puertas seguridad alguna. Me encuentro a gusto en todos porque soy una música integral. Y por lo tanto no puedo sentirme incómoda. El pescador no reniega de ningún tipo de pescado. Le gusta el mar con todo lo que tiene: piedras, algas, peces de todo tipo. Y a mí me gusta todo lo que ofrece la música. Todo.

SEMANA:¿Tiene algo en sus letras de África?
B: Mi melodía viene de África y de un tiempo anterior al mío. Cuando yo comencé a cantar me di cuenta que las melodías estaban antes que yo. Que venían de adentro.

SEMANA:¿Es coincidencial que sea tan natural y tenga tanto éxito?
B: Triunfar es mirar la cara de tu hijo y verle sonreír. Es mirar a tu marido y verlo 'empingado' o es ver a tu madre feliz. Depende de la persona, también, o de lo que sea su sentido de triunfar. En mi caso, eso no es importante.