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EL SALON DE NOMINADOS

Un certamen que ha encontrado un definido campo de acción.

21 de diciembre de 1998

LA Fundación Gilberto Alzate Avendaño celebra por estos días su ya tradicional Salón de Nominados, certamen que se ha venido superando estructural y conceptualmente hasta convertirse en uno de los más vitales escenarios para el arte de las nuevas generaciones. En el Salón participan artistas que no hace mucho tiempo egresaron de las facultades de arte y que por lo tanto comienzan apenas a afrontar el difícil compromiso que tienen consigo mismos y con el público.
El certamen reúne en esta ocasión 21 artistas, la mayoría de los cuales se expresa a través de instalaciones efímeras o variables, pero también de videos, fotografías y dibujos, lo que resulta elocuente sobre la permanencia de la imagen como medio de expresión y fuente de creatividad.
En general, el certamen ofrece un variado panorama acerca de los intereses plásticos de los jóvenes y de las verdades que buscan dejar establecidas con su arte, pero algunas obras ameritan una atención especial, entre ellas: el espléndido tapiz a base de alfileres de Juan Garzón, el cual atrae y amenaza simultáneamente; una instalación de Carolina Holguín, quien proyecta diapositivas de desnudos sobre talegas de plástico reminiscentes de las bolsas donde se introduce tanto la ropa de las lavanderías como los muertos; los retratos a tamaño natural ubicados entre bloques de hielo de Martín Roa, los cuales reiteran con humor la definición de fotografía como imagen congelada; y la obra de Alvaro Herrera, quien rescata plantas y arbustos de los intersticios de los andenes y desagües para sembrarlos en lugares más propicios para su sobrevivencia en lo que puede tomarse como una metáfora sobre la desubicación y la marginalidad.