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La celebración por su décimo aniversario empezará este fin de año. | Foto: Cortesía: El Vulgar Teatro

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El Vulgar Teatro: 10 años sobre las tablas

La agrupación colombiana celebra su primera década a la luz del escenario. Surgió como una idea de algunos egresados de la ASAB y al día de hoy ha representado al país a nivel internacional en varias ocasiones. SEMANA habló con Adriana Romero, su directora.

27 de noviembre de 2018

Oscuridad  dada únicamente por una luz de un tono azul celeste que alumbra el lugar donde ocurre la magia, el sitio en el que los espectadores tendrán fijos sus ojos durante poco más de una hora, donde se encontrarán con una historia.

Música empieza a sonar. Poco a poco, con delicados pasos y sutiles movimientos 5 actores aparecen en escena al sonar de la suave melodía. Con uniformes de colegio, se posicionan en su lugar. Toman del suelo una especie de raquetas.

La luz se apaga de forma inesperada. El acompañamiento musical cambia, ahora es mucho más rápido. Junto con otro tipo de luz quienes están en escena se han convertido en padres de familia.

“Es un asunto de adolescentes”, “¡los adolescentes deben aprender a solucionar sus problemas ellos solos!”, “no nos parece tan grave, aquí en el colegio pensamos que los muchachos deben aprender a solucionar sus problemas ellos mismos”, afirman al compás de la canción mientras caminan en el escenario.

En menos de 2 minutos, la audiencia ha sido captada.


Fotografía de la obra "Bullying no es un juego de niños". Cortesía de El Vulgar Teatro

Así inicia la obra “Bullying no es un juego de niños”, un montaje original del grupo “El Vulgar Teatro”.

Esta agrupación ganadora de los premios y reconocimientos más importantes que existen en el teatro nacional, ha representado en el mercado de industrias teatrales con mucho orgullo el nombre de Colombia en países como Brasil y España.

Conformado por Rodrigo Candamil, director y productor del grupo; Viviana Sierra, actriz y productora y Adriana Romero, dramaturga, actriz y también directora, El vulgar (como Romero le dice en forma cariñosa) está ad portas de celebrar su décimo aniversario de haber estrenado por primera vez una obra bajo la luz de los reflectores.

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Tras bambalinas

Esta agrupación consagrada al arte tiene su sede en Chapinero Alto, en la calle 60 con carrera 3. “Es una casa donde compartimos el espacio con otros artistas y es nuestro lugar de ensayo, nuestro sitio de encuentro”, afirma Romero.

Cada año, este grupo juiciosamente cumple con su objetivo de realizar un montaje nuevo. “Una vez que decidimos cuál va a ser la obra que vamos a montar, cuáles personajes tiene y cuál es el casting, empezamos a perfilar quién puede ser parte de esos montajes; seguramente con actores con los que ya hemos trabajado”, explica la directora. Y posteriormente se realiza la invitación a los seleccionados.

Por lo general, trabajan de la mano de egresados de la Academia Superior de Artes de Bogotá (Asab), de donde los 3 actuales miembros fijos del grupo son egresados. “Confiamos mucho en sus actores porque hay allí un método de trabajo, una disciplina, que garantiza que se tienen ciertas maneras de comprender este oficio en las que sentimos que resonamos igual”, indica Romero.

Aunque han trabajado con actores de distintas escuelas. Su prioridad es encontrar artistas que vayan en su misma armonía, pues como cuenta la dramaturga “El Vulgar sí está muy centrado en crear un lenguaje y estilo propio que solamente se logra cuando uno empieza a trabajar con unos actores donde siente una comunicación muy cercana”.

Como parte de esa identidad, el nombre del grupo tiene toda una justificación. El adjetivo elegido tenía que generar curiosidad y tener un doble sentido que llevara a la gente a preguntarse sobre ellos. Y, como cuenta Romero, ha funcionado.

Vulgar viene del vocablo “vulgo”, que significa pueblo, el común. La finalidad de estos actores siempre ha sido que su teatro sea entendido por cualquiera, que lo único que su interlocutor necesite sea sentarse en una butaca de teatro y poner atención para que le llegue el mensaje, nada más.

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El recorrido para llegar hasta aquí

Fue en febrero de 2008 que en papeles esta agrupación surgió a la vida jurídica. Para ese entonces, además de Candamil, Sierra y Romero hacían parte de El Vulgar el director Epifanio Arévalo, la actriz Ángela Peña y el director Rafael Sánchez.

“Los 5 decidimos crear el grupo básicamente para llevar a cabo montajes en donde pudiéramos encontrar un lenguaje común y un estilo en el que pudiéramos expresar artísticamente nuestro sentir”, comenta Romero.

Sin embargo, fue en el 2009 cuando hicieron su primer montaje: VIP La felicidad se vende. Desde la primera obra y hasta hoy en día los actores han interpretado dramaturgía creada por Romero. Y la comedia ha sido uno de sus géneros favoritos para trabajar. Como señala la directora, “la comedia es tal vez uno de los géneros menos entendidos porque se piensa que solamente está allí para divertir, pero una buena comedia tiene una capacidad tan importante de transformar al público, de dejar un mensaje que ha sido siempre nuestro caballito de batalla en El Vulgar”.

Premios como el de equipamientos técnicos en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán en el 2013, apoyo para desarrollar su espacio teatral y demostrar su talento en distintos escenarios del mundo son tan solo algunos de los reconocimientos que en estos 10 años el grupo ha alcanzado.

Ello sin contar los galardones que su directora ha obtenido. Los textos de Adriana Romero han sido publicados en 3 oportunidades y además fue la ganadora de los premios de Desarrollo de guión para animación en largometraje en el 2016 y de Desarrollo de guión de ficción para largometraje hace poco más de un mes, otorgados por el Fondo de Desarrollo Cinematográfico.

Fotografía de la obra "Noche de perros". Cortesía de El Vulgar Teatro

El Vulgar es “un grupo que ya dejó atrás la etapa tanto del nacimiento como de la infancia. Acaba de terminar la adolescencia y siento que finalmente estamos entrando en la etapa de la madurez”, afirma convencida Romero, aclarando que la madurez no se ha alcanzado por el tiempo, sino por la intensidad de la labor del grupo. “Creo que lo mejor está por venir”, agrega.

A finales de este año iniciarán una gran celebración: nuevo montaje, fiesta y exposición fotográfica son algunos de los planes. Y el 2019 “se perfila como un año muy lleno de posibilidades”, según Romero.

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Saber de qué se trata ser un ser humano: la importancia de ir a teatro

En palabras de Romero, el teatro, y en específico El Vulgar, “me ha salvado varias veces la vida”. El agradecimiento que siente por este arte es eterno. La pasión que por él profesa se siente en cada una de las palabras que pronuncia.

“El teatro es como mi casa. Es ese lugar donde uno puede tanto estar bien como estar mal, donde puede ser uno mismo. Es el lugar además donde puedo ser capaz de ser y de decir todo lo que probablemente no soy capaz de ser ni de decir en la vida real”, expresa la dramaturga.

Fotografía de la obra "El Crucigramista". Cortesía de El Vulgar Teatro

Para ella, este lugar mágico y único es sagrado, porque resguarda lo que significa ser persona y sentir al otro.

“En un mundo como el de hoy en día en donde las relaciones personales se han limitado a lo mínimo, el teatro sigue siendo el único lugar en donde nos seguimos encontrando como seres humanos en vivo para vernos y contarnos historias”, afirma contundente.

“El teatro no va a morir nunca porque el ser humano siempre va a necesitar conectarse con el otro, escuchar sus historias, mirarse a los ojos. Y si no es capaz de hacerlo en su vida personal siempre va a existir ese lugar oscuro en donde te metes a una sala y te dejas llevar por una historia que un actor en el escenario se para y te cuenta con toda su honestidad. Si quieres recuperar o no olvidar de qué se trata ser humano no dejes de ir a teatro”, finaliza.