ELECTRA
Basado en las fuentes originales y en las versiones modernas, Bernardo Romero Pereiro lleva a la T.V. el drama griego.
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La difícil empresa de convertir un mito trágico antiguo en un tema dramático contemporáneo, se hace aún más arriesgada cuando se trata de crear una versión para una audiencia tan amplia como es la de la televisión. Entre las diversas expresiones del arte universal, ninguna tan difícil para que se adecúe a este medio, como la tragedia griega. El gusto del televidente común, y la disposición del televidente culto parecen poco propicios para convertirlos en satisfechos espectadores del drama ático. Los escenarios, los temas, los personajes, la presencia del destino y de los dioses, requieren una disposición estética especial.
Ahora bien, tomar el tema central de una tragedia griega y elaborar en torno a él un drama contemporáneo implica un esfuerzo aplicado e inteligente tanto sobre el conocimiento del medio, como sobre el asunto que el drama desarrolla. Bernardo Romero Pereiro, director de "En Escena" ha asumido semejante reto con verdadera capacidad y talento, al adaptar el mito clásico de "Electra". El resultado, hasta ahora, es verdaderamente excepcional: ha logrado imprimir fuerza a la tragedia, ejerce perfecto control sobre los actores y ha podido conjugar, dentro de un hábil sentido narrativo, un alto nivel artístico y técnico.
El primer gran escollo con que Romero Pereiro se encontró fue seguramente el de componer una versión que, conservando la fuerza instintiva de los personajes trágicos griegos, tuviera también los matices y los contrastes emocionales propios de los conflictos de los caracteres actuales. Cuando se inició la serie de 12 capitulos, Romero Pereiro explicó a la teleaudiencia cuál había sido su procedimiento para lograr revivir aquella tragedia de la venganza y del castigo sublime, del rapto de la pasión y de la desmesura de la locura. Investigar la historia de aquel antiguo mito a través de todas sus versiones y variaciones, y trasladar a escenas dramáticas el contenido psicológico y moral preservando el aliento vital de la tragedia, ha sido el procedimiento con que Romero Pereiro ha alcanzado tan valiosos resultados. Y parece que el camino tomado por el director no podía haberlo conducido a mejor lugar.
Como se sabe, el tema de "Electra" fue tratado por los tres grandes trágicos griegos, Esquilo, Sófocles y Eurípides. Romero Pereiro se documentó en las fuentes originales y luego estudió las adaptaciones más contemporáneas de Jean Giraldeaux y de Eugenio O'Neill. Con todo y esto, el libreto de Romero Pereiro parece estar mucho más cerca a la "Electra" de O'Neill que a cualquiera otra de las versiones consultadas. El mito de Electra relata el regreso de Agamenón a Troya y cómo su esposa Clitemnestra, que vive en unión ilícita con Egisto, lo asesina con la complicidad de su amante. Agamenón "vino a morir -como relata Eurípides- en su propia casa en una trampa que su mujer le puso". Pero dos hijos que velan por el honor del hogar, Orestes y Electra, vengarán la muerte de su padre. Electra ya veía con amargura la infidelidad de su madre y cuando se enfrenta al hecho atroz del crimen de su padre, entonces toma venganza y le da muerte a su madre con la ayuda de su hermano Orestes. Es ésta, en síntesis, la esencia de "Electra". Pero es más bien la versión de O'Neill la que sirve mayormente de base a Romero Pereiro para dar a la tragedia un lenguaje y una identidad más actual. La descripción que hace O'Neill del escenario sirvió, sin duda, de referencia inmediata para esta versión de T.V. Incluso los personajes están definidos por las descripciones que de ellos hace el dramaturgo norteamericano. Es el caso del jardinero (Kepa Amuchástegui), que describe O'Neill como "un viejo de setenta y cinco años, de cabello y barba blancos... Está cristalizado en una expresión sombría, pero sus ojos pequeños y penetrantes siguen atisbando a la vida con maliciosa e inquisitiva avidez", y que está fielmente interpretado por Amuchástegui, quien da prueba, una vez más, de su talento.
La situación que ha llevado a la pantalla Bernardo Romero Pereiro con un realismo psicológico pleno de vitalidad y con esa extraña atmósfera moral que se respira en el drama, le dan a esta obra un acento dramático perfectamente logrado. Por otra parte, los actores de "Electra" han al canzado un alto nivel interpretativo que hace más intensa e interesante la serie. Hay que anotar, sin embargo, que la actuación de Luis Eduardo Arango no está al nivel de la del resto de sus compañeros de escena, y que esta interpretación compromete el equilibrio y la integración del conjunto de la obra. Es éste, tal vez, el único punto débil de un drama tan exigente que está admirablemente resuelto por su libretista y director.