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En la carretera

Compañía Ilimitada, grupo emblemático del rock en español colombiano, calienta motores para regresar con nuevo material discográfico.

16 de diciembre de 2002

Hace unos 15 años, cuando Shakira era una niña que cantaba en fiestas infantiles, Carlos Vives jugaba a ser como Charly García, Juanes soñaba con ser una especie de Ozzy Osbourne paisa y los futuros Aterciopelados salían del punk y de las escuelas de bellas artes para comenzar su aventura bajo el nombre de Delia y los Aminoácidos, los reyes de la escena del rock y del pop colombiano eran Juancho y Pyyo (o Piyo), las dos cabezas visibles de Compañía Ilimitada. Varias de sus canciones sonaban en la radio: Contacto, Siempre estaré, En la calle. Quienes conocían más de cerca la trayectoria de Camilo Jaramillo y Juan Manuel Pulido sabían que todo aquello había comenzado a mediados de los 70 en las aulas del Moderno y del Campestre al lado de Carlos Posada, Jorge Alberto Guerrero y Fernando Sáenz, cuando ganaban en todas las murgas que organizaban los colegios de Bogotá en las que ellos se presentaban. También tenían noticia de sus intentos varios por revivir la escena del pop colombiano, primero como grupo estable del programa de televisión Telediscoteca, que dirigía Manolo Bellon, y, ya en los primeros 80, como dúo, y con presentaciones en pequeños bares y el lanzamiento de El año del fuego (homenaje al cometa Halley que estaba próximo a llegar), un disco sencillo de siete pulgadas y 45 rpm con las canciones Siloé y María. Sus presentaciones en el Teatro Skandia en 1984 y 1985 les habían dado cierta relevancia en los medios de comunicación y poco después, cuando se aliaron con el productor Andrew Loog Oldham, comenzaron a darle una proyección internacional a su propuesta. Una nueva versión de Siloé y la canción Solos, cantada en italiano, son un par de ejemplos de esta etapa de la banda.

Así, cuando llegó a Colombia el boom del rock en español de la mano de Soda Stereo, los Prisioneros y Miguel Mateos, Compañía Ilimitada era uno de los pocos grupos colombianos listos para enfrentar la invasión argentina y chilena -y luego española y mucho más tarde mexicana- que se apoderó por unos pocos meses de las estaciones de radio de rock, balada y música tropical. Su álbum Contacto fue, sin duda, uno de los más representativos de la era del rock en español.

En esta nueva década, y luego de haber lanzado los álbumes Estado inmóvil, Máscaras, Crónica bajo el sol y Azul índigo, de los afros setenteños de Piyo y Juancho quedan muy pocas huellas, ambos transitan los 40, son padres de familia y le dedican su tiempo a diversas actividades. Piyo, arquitecto de profesión, sigue vinculado a Hypnosis Gráfica, su oficina de diseño, y produjo hace un par de meses el álbum Alba, de la agrupación barranquillera 69 Nombres. Juancho, por su parte, escribe música para televisión y es productor de nuevos grupos, que quiere mostrar en el exterior, pero ha sido víctima de la recesión económica y también de la piratería, un cáncer que les ha impedido despegar a muchos artistas.

Pero en 2002, después de un largo silencio discográfico, Compañía Ilimitada ha vuelto a retomar la senda. Además del lanzamiento de sus grandes éxitos, titulado Años en hi-fi, han vuelto a los escenarios. Pero no es solamente un ejercicio de nostalgia. En la mente de Juancho y Piyo está lanzar un álbum con nuevas canciones. "Queremos saber en qué estamos, señala Piyo. Desde agosto nos hemos presentado en diversos sitios para medirle el pulso al público, no sólo con nuestras canciones anteriores, que la gente conoce, sino también con material nuevo". Para ello se han apoyado en el baterista Jorge 'Coque' Arango, diversos bajistas que contratan para cada presentación y secuencias pregrabadas.

Han tenido que adaptarse a un público nuevo, que se crió a punta de hip-hop, música electrónica y una rumba frenética. "Ya no somos tan acústicos como antes, confiesa Juancho. Por eso hemos adaptado varios de nuestros temas a ámbitos más calientes". Pero muchos de los textos se mantienen vigentes y por ese motivo consideran que sus grandes éxitos también pueden interesarles a las nuevas generaciones. "Canciones como 'Himno a la nación' perduran en el tiempo pues su letra sigue siendo actual. 'Si usted supiera' parece escrita hace tres días", señala Juancho. "Una canción como 'La calle', que en su momento parecía muy simple, hoy día es como un pequeño documento de lo que fueron los años 80, cuando la gente andaba con su 'walkman' en el bolsillo y comenzaron a aparecer en Bogotá los cafés con mesas en el andén", agrega Piyo.

Volver: el reto no es fácil. Piyo y Juancho representan un pasado cargado de nostalgia, de guitarras acústicas y de peinados con copete Alf, cuando un músico colombiano no podía soñar en Grammys por la sencilla razón de que no se habían inventado los Grammy latinos. A su favor tienen la gran experiencia adquirida por dentro y por fuera de los escenarios y su contacto permanente con músicos de las nuevas generaciones.