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EN LA CIMA

Sheryl Crow fue una de las artistas más destacadas entre 1994 y 1995. Su nuevo álbum la muestra como compositora, intérprete y productora.

16 de diciembre de 1996

Jazz ALEMAN Con una formación poco convencional para un grupo de jazz: saxo, clarinete, guitarra percusión y tuba, el cuarteto Linear Ensemble de Berlín dará a conocer su arte este miércoles 20 de noviembre, a partir de las ocho de la noche, en la sala del Teatro Libre de Chapinero de Bogotá. La agrupación, que conjuga los elementos tradicionales del jazz con algo de música contemporánea y ritmos étnicos, está integrada por Tina Wrase, Frank Schimmelpfennig, Johannes Bockholdt-Dams y Leo Bachman y se conformó en 1990 bajo un concepto en el que la música permite liberar las vivencias y experiencias musicales de cada uno de sus integrantes. Las mujeres se han tomado el mundo de la música. En los últimos años la música pop ha visto cómo el género femenino se ha ganado un espacio bastante amplio. No resulta raro encontrar agrupaciones cuyo liderazgo corre por su cuenta o tener que destacarlas como lo más importante dentro de esa categoría. Tony Braxton, Mariah Carey, Annie Lennox,Joan Osborne y Tracy Bonham, pero ante todo, Alanis Morissette y Sheryl Crow, son ejemplo de ello. Esta última, rescató con las canciones de su álbum Tuesday Night Music Club cierta naturalidad que había perdido el rock femenino y se estableció como la intérprete más destacada entre 1994 y 1995. El reto asumido por Sheryl Crow se ha corroborado en su segundo álbum, autotitulado Sheryl Crow, y en el que la artista ha decidido hacerlo todo: componer, interpretar diversos instrumentos, grabar y producir con un resultado que en verdad es satisfactorio. Sheryl Crow decidió plasmar en este nuevo disco sus experiencias de los últimos dos o tres años y eso ha hecho que en una onda musical que conjuga el rhythm and blues, el country y el rock como tal se mezclen temas que hablan de amor, de tristezas, de Bosnia, de personajes que se han cruzado por su vida y que finalmente le dan un aspecto humano, crudo y natural a esta producción. "Siempre he sentido la necesidad de escribir sobre las cosas que me incomodan. Lo que hace una buena canción es la habilidad que uno pueda tener para sobrellevar la vida y el conocimiento de lo que sucede alrededor". Con ese pensamiento y con el aire especial que le dio a la grabación el ambiente de Nueva Orleans, donde fue realizada, esta producción habla de una artista que ha sabido afrontar las lides del rock ajena a cualquier formulismo y comprometida con un estilo nada artificial, por el contrario, absolutamente vivencial y que deja en claro que su éxito no es casualidad.