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EN SU CUARTO DE HORA

Los tres festivales simultáneos que se presentaron en Bogotá, Cali y Barranquilla dan para pensar que la danza y el ballet en Colombia están en su mejor época.

19 de junio de 1995

QUE DE MANERA simultánea tres ciudades colombianas, Cali, Bogotá y Barranquilla, acaben de clausurar tres festivales internacionales de danza, es un hecho sin precedentes en el país. El ballet, tradicionalmente, ha sido de las artes escénicas la que menos apoyo y protección ha recibido del Estado. Apenas durante la administración de Amparo de Carvajal en Colcultura -1983-1986- tuvo impulso y protección. Sin embargo, fue el primer proyecto cultural que se desmontó ese año con el cambio de gobierno.
Paradójicamente es difícil encontrar un solo rincón del país donde espontáneamente no se produzca algún tipo de expresión alrededor de la danza. Desde las escuelas de ballet clásico en Cali, Medellín y Bogotá, pasando por compañías experimentales de danza-teatro, hasta los grupos de preservación de la tradición folclórica de todos los matices. Este último es un tema particularmente polémico, basta recordar las enconadas controversias que periódicamente se desatan alrededor de fenómenos como el Ballet de Colombia que dirige Sonia Osorio. Pero todo esto ocurre al margen de una acción sistemática del Estado.
Proartes de Cali abrió fuegos con la inauguración de su Festival Internacional de Arte que dedicó uno de sus capítulos más significativos al romanticismo en la danza, primero con la presentación de la compañía norteamericana Galaxy que dirige Cynthia Gregory, llamada por Nureyev "Prima ballerina assoluta de Estados Unidos". Incolballet de Cali, un par de días más tarde, hizo el estreno mundial de su ballet sobre la María de Jorge Isaacs y cerraron con el ballet contemporáneo de Caracas. Esto sin contar los grupos folclóricos que permanentemente se presentaron en los escenarios al aire libre de Cali y 26 municipios del Valle del Cauca.
Barranquilla también acaba de clausurar su Festival Internacional de Danza. Un evento que acaparó la atención del mundo cultural de la capital del Atlántico y logró trascender hasta convertirse en noticia de orden nacional por la importancia de los planteamientos dancísticos allí vistos: danza-teatro, jazz-ballet y danza contemporánea.
En Bogotá la Muestra de Danza 95 cubrió dos semanas de espectáculo ininterrumpido en el Teatro Colón. Parcialmente trabajaron en coordinación con el Festival de Cali. Ocho compañías, provenientes de España, Venezuela, Brasil, Estados Unidos y naturalmente Colombia, cubrieron desde el rigor del ballet clásico de Galaxy, las innovaciones neoclásicas del Ballet Contemporáneo de Caracas, hasta las audacias de grupos como Sol Pico de España y Tran-Chan de Brasil. El hecho de los tres festivales podría ser interpretado como una casualidad. Sin embargo no es así: sencillamente viene a revelar que la danza empieza a ocupar un sorprendente lugar protagónico en el país. A punto de que Medellín, Cali y Bogotá, cada ciudad independientemente, viene ya trabajando para presentar en diciembre Cascanueces, el ballet clásico que en las grandes capitales de Europa y Estados Unidos es espectáculo obligado de la época de Navidad. Otro fenómeno sin precedentes.

Novedades
QUEEN OF COLORATURA
EDITA GRUBEROVA, SOPRANO
ARIAS DE MOZART, DONIZETTI,
VERDI Y STRAUSS
TELDEC
ESTA GRABACION viene a corroborar lo que de sobra se sabe: que Edita Gruberova es una de las más extraordinarias sopranos de agilidad de la actualidad. Con un ingrediente adicional: las grabaciones fueron realizadas en 1988 y son ya el testimonio de una voz con más cuerpo y presencia, lo que repercute en la intensidad de las interpretaciones del aria de la Reina de la noche de la flauta mágica y de las de Donna Ana de Don Juan de Mozart. En el 'delirio' de Lucía de Donizetti Gruberova alcanza casi la dimensión trágica de Callas en sus registros de los 50, lo que son palabras mayores.

RACHMANINOV
CONCERTOS 1 & 3
JEAN-PHILIPPE COLLARD, PLANO
ORCH. DU CAPITOLE, TOULOUSE.
PLASSON
EMI
AUNQUE EL prestigio de Collard se ha cimentado sobre su interpretación, ya legendaria, de los impresionistas franceses, como Ravel y Fauré, esta grabación de los conciertos impares de Rachmaninov para piano y orquesta lo revela como un virtuosa de alto bordo. En el temible concierto No. 3 las exigencias técnicas de la partitura no parecen ofrecerle ningún problema, en cambio logra dotarlo de un tono poético que otros ilustres colegas suyos no han conseguido, quizá por limitarse a atender el problema puramente virtuoso. Plasson y su orquesta del Capitolio logran un clima intenso, de limpieza y transparencia, sin desaprovechar las oportunidades de lucimiento. Las cuerdas en el Intermezzo del No. 3 son de lujo.

A. THOMAS
HAMLET
HAMPSON, ANDERSON,
GRAVES, PEAMEY
LONDON PHIL. DE ALMEIDA
EMI
AL BARITONO Thomas Hampson habrá que abonarle en lo sucesivo el haber de nuevo puesto en el repertorio de la ópera francesa el Hamlet de Thomas, una obra injustamente olvidada. El mismo logra darle al protagonista toda la dimensión dramática y escénica, entre otras por su voz de vigorosa presencia y timbre justamente lírico, acorde con el joven Hamlet. La escena del 'delirio' de ofelia de June Anderson es uno de los momentos cumbres de esta grabación. Denyce Graves es una Gertrudis avasalladora, la voz tiene la riqueza colorística y la intensidad sutil del personaje. Quizá lo único que se añora sea una dirección de mayor carácter, Antonio de Almeida, al frente de la Filarmónica de Londres, está impecable, sin excesos ni arrebatos, pero también sin la suficiente necesidad de decir algo más propio y personal.