ENFANT TERRIBLE
La muerte de Luciano Jaramillo crea un vacío en la pintura colombiana.
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La desaparición de Luciano Jaramillo a los 46 años de edad, crea un significativo vacío en la pintura de Colombia. Aunque últimamente se había dedicado más a lo publicitario, Luciano nunca había dejado de pintar y con una cierta periodicidad exponía individualmente o participaba en muestras colectivas. Había realizado lo más memorable de su obra en la década de los sesenta, cuando asumiendo el enfant terrible arremetió, pintando, contra personajes importantes del país e hizo comentarios afilados sobre hipocresías y privilegios. Su mejor producción se distinguió por un acendrado expresionismo, misma inclinación que ahora, cuando falta el artista, recupera plena vigencia en los escenarios internacionales al tiempo que da cabida a la creatividad de muchos entre nosotros. Cuando más inspirado, Luciano pintó con dramatismo evocando, quizás, de antemano, su intempestiva muerte.