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ENIGMA VARGASLLOSIANO

9 de junio de 1997

Belisario Betancur ofreció un almuerzo en la Fundación Santillana a Mario Vargas Llosa. Se vieron embajadores, periodistas, escritores y editores. El peruano lució de tiempo completo su sonrisa pepsodent, contestó cuanta pregunta quisieron hacerle y habló sobre don Rigoberto y sus cuadernos. Dos cosas llamaron la atención: que no probó ni un sorbo de vino, a pesar de tener la copa llena y de hacerse el que tomaba cuando el ex presidente brindó con mucha emotividad en su honor. La otra: se refirió en términos muy amables y elogiosos a García Márquez. Todos se preguntaban intrigados por qué ese cambio tan repentino e inesperado.