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EPIDEMIA

Aunque el tema del ataque mortal de los virus es novedoso, no lo es la manera como lo trata esta previsible película.

15 de mayo de 1995

DIRECTOR: WOLFGANG PETERSEN
PROTAGONISTAS: DUSTIN HOFFMAN Y RENE RUSSO
EN LOS TIEMPOS del sida y de la amenaza de guerras biológicas, los miedos colectivos se han transformado. Ya no se trata sólo del temor atávico a los tiburones, los ratones o los desastres. El enemigo es otro. Y viene con la apariencia de microorganismos sutiles, fatales e incontrolables.
Este es el tema que explota Epidemia, una pesadilla de horror basada en posibilidades reales, acerca de los estragos que la mutación de un simple virus puede ocasionar en cuestión de días sobre la raza humana.
Pero si el enemigo es otro, la manera de fantasear sobre él no parece presentar mayores novedades. Al menos en la industria del espectáculo estadounidense, pues aunque el tema cambia, la historia da la impresión de haberse repetido muchas veces, tal vez demasiadas.
Un virus llegado del Africa, capaz de matar a los seres humanos en 24 horas y tan contagioso como la gripa, se ha posado sobre un pequeño poblado de Estados Unidos y amenaza con arrasar al país entero en una semana. Este interesante conflicto dramático, basado en un hecho de la vida real, sucumbe, no obstante, a las más obvias soluciones del guión y la realización, repetidas incansablemente en películas como Tiburón, Incendio en la torre, Aeropuerto, etc.
Finalmente, el típico héroe norteamericano (el coronel virólogo que representa Hoffman) que actúa solo contra el establecimiento, es el único que puede lograr restaurar el equilibrio y de la manera más inverosímil, en los últimos minutos de la película.
El director alemán Wolfgang Petersen (el otrora excelente realizador de El Bote) demuestra en esta producción hasta qué punto se ha dejado dominar por los códigos gastados del cine americano. Sin embargo, es una película que vale la pena ver y de la que se rescata el interesante tema que pone sobre el tapete: la vulnerabilidad humana del siglo XX, llamada virus, y el peligro latente de su manipulación política.

DE HOLLYWOOD A MEDELLIN
AITANA SANCHEZ-GUIJON ES una de las divas del cine español. Y fue la escogida para representar a la pareja del actor Keanu Reeves en A walk in the clouds. Se trata de la primera película que Alonso Arau, el célebre director mexicano de Como agua para chocolate filma en Hollywood.
Después de este trabajo, la actriz española viajará a Medellín, donde protagonizará Todo está oscuro, una película sobre sicarios coproducida por España, Portugal y Colombia. Aitana representará a Martha, una mujer ejecutiva que debe viajar a Colombia a buscar el cadáver de su hermano asesinado.
La filmación, que tendrá como productor a Angel Amigo, el mismo socio español de La Gente de La Universal comenzará en junio.

AMANTE INMORTAL
La almibarada fotografía de esta película no salva la debilidad de la dirección ni la falta de sicología de sus personajes.
DIRECTOR: BERNARD ROSE
PROTAGONISTAS: GARY OLDMAN, ISABELLA ROSELLINI Y VALERIA GOLINO
LA TORMENTOSA vida del genio siempre será una tentación para los biógrafos de todo tipo. Después de Tchaikovsky y de Mozart, le toca ahora el turno al monstruo de todos los tiempos: el apasionado Ludwig van Beethoven. Pero si algún personaje necesitaba de todos los recursos dramáticos y una implacable pesquisa sicológica, lo era este portento musical, torpe en sus relaciones humanas y desdichado en el amor. Sin embargo, esta producción grandilocuente, de fotografía de postal y actores de primera fila, se quedó en la historia obvia, sin lograr en ningún momento arañar el conflicto existencial y social del maestro.
Partiendo del recurso dramático de buscar la destinataria de una carta, el verdadero amor del misógino artista, la película se desenvuelve convencionalmente, haciendo revista de sus relaciones más tormentosas. Pero no está aquí la falla. Lo que realmente se echa de menos es la credibilidad de sus personajes, empezando por el propio Beethoven, a causa de la débil interpretación de un actor, paradójicamente de los más importantes del momento: Gary Oldman. Sin hablar de Isabella Rosellini y Valeria Golino, al borde del melodrama.
Más que interiorización en los tormentos del músico, lo que se evidencia es una manipulación sin matices del cliché del 'genio'. Y una reducción de su vida, su rebeldía, su conflicto social y los sufrimientos de la creación, a un pequeño pasquín con visos de telenovela.
A pesar de algunos arrebatos líricos de la imagen, de la adecuada reconstrucción de época, de la presencia de la gran música del maestro, de su preciosista fotografía, esta versión no se salva, por su desacertada dirección, por la debilidad actoral y por la falta de consistencia de los caracteres de sus personajes. -