FORMAS EN EL TIEMPO

En La Tertulia de Cali, una antología de la plástica colombiana desde los años 40 hasta hoy.

11 de febrero de 1985

El Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali, exhibe por estos meses una antología de obras colombianas producidas desde los años 40 hasta hoy, en donde las múltiples dimensiones son el elemento unificador. La muestra tiene trabajos realizados especialmente para ella, como el espacio de Miguel Angel Rojas, titulado "La boda", construído con base en tierras de colores, arena, pintura mural y collage, con el cual se ilustra la presencia del realismo y sus consecuencias. Así mismo, las propuestas de Alicia Barney, quien presenta tres construcciones con escaleras de acceso donde se pueden ver elementos como tierra, pintura derramándose o cáscaras de huevo, en un renovado intento por atraer al espectador mediante trabajos en primera instancia intrigantes y luego ironizadores de los presupuestos artísticos.
La exhibición recoge en su gran caudal obras producidas en distintos momentos por artistas de varias generaciones, ilustrando sobre la evolución de las formas y conceptos con que se han venido trabajando las diferentes modalidades. Así se escogió la documentación del performance de Alvaro Herazo, que toca sucesos de provocación en el arte del siglo XX, coincidiendo su acción con un acto fascístico a la vez que crítico e irónico, sin dejar de ser culto. Al tiempo, la instalación de Jonier Marín, los diseños de Santiago Uribe y los objetos rituales de Sara Modiano, quien ahora se vale del oro, los conos y cruces como figuras geométricas, y la grasa como sustancia ironizante y reflexiva. Pero estos nombres que señalan logros de las más recientes generaciones estan antecedidos por trabajos de otros artistas inmediatos que han abordado diversas vías como Jaun Camilo Uribe, reincorporando la iconografía popular religiosa y usando humorísticamente la composición y los accesorios; Ramiro Gómez, con trabajos derivados de su escultura informal y agresiva, ahora proyectada en ambientes paisajísticos, en otra dirección las propuestas de escultura de John Castles, Alberto Uribe y Ronny Vayda, quienes se valen del hierro, la madera y el cristal para afrontar problemas físicos, impuestos por las mismas sustancias elegidas.
Antonio Caro también preparó una obra especialmente para esta exhibicion titulada "Aspectos de lo tridimensional en el Arte Colombiano". Se trata de la intervención de un jardín, señalado por dibujos en alambre, cuyo motivo son sus insistentes matas de maíz que enmarcan el verde de la naturaleza. Además están célebres trabajos suyos como "El Imperialismo es un Tigre de Papel" y su obra "Sal".
Naturalmente el grupo de los pioneros artistas de los años 60, Bernardo González, Feliza Bursztyn, Beatriz González, Carlos Rojas, Alvaro Barrios, presentan sus cajas, camas, muebles, estructuras minimalistas y dibujos de varias dimensiones, hoy suficientemente ponderados en el arte nacional. Igualmente hay trabajos de María Thereza Negreiros, Hernando Tejada y Omar Rayo, quienes con objetos, pinturas y gráfica, recogieron varios de los problemas multidimensionales.
Están presentes en la exhibición cerámicas de Beatriz Daza y los textiles de Olga de Amaral. Igualmente obras de artistas dedicados íntegramente a la pintura o el grabado, pero que en los últimos años han insistido con obras escultóricas, diseños u objetos. Ellos son Enrique Grau, Fernando Botero, Jim Amaral y María de la Paz Jaramillo.
La exhibición que no pretende ser un inventario del arte colombiano que ha problematizado en torno a su existencia y proyección física, sino un juicio de valor señalador de aquellos autores cuyo estudio y aporte se ha destacado con mayor proyección, coloca las obras de Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar como pioneras de los conceptos observados a lo largo de los últimos años. La pieza más antigua de la exhibición es el trabajo figurativo de Negret titulado "Tritón", fechado en 1945, época en la cual el escultor comenzó a interesarse por los conceptos de lleno y vacío, como elementos de su lenguaje formal. Así mismo se muestran obras de los años 50 y trabajos posteriores. De Ramírez Villamizar, sus destacados relieves que ilustran su paso de pintor geométrico a escultor; además de estas obras en madera otras realizaciones en plexiglas y hierro pintado.
La exposición presenta dramáticos contrastes que enseñan como el poder de la imaginación ha hecho posible una producción variada, atenta para registrar diversas reflexiones en torno a las formas artísticas y a las disimiles ideas que la han animado.