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A GALOPE POR LA INFANCIA

"El Regreso del Corcel Negro", de Robert Dalva, es una aventura para niños llena de fantasía

8 de agosto de 1983

"El regreso del Corcel Negro" es una de esas películas para ser proyectadas con bastanle éxito los domingos por las mañanas en un teatro de barrio repleto de niños La historia no podía ser más sencilla a un muchacho le roban un caballo al que quiere mucho y se va a buscarlo, atravesando medio mundo, hasta que lo recobra Es una película destinada al público infantil despojado de los ritos de los cinéfilos de más edad A esta película no se va a buscar ningún mensaje trascendente, ni a profundizar en la complejidad sicológica de los personajes, ni a extasiarse con los movimientos de la cámara, en fin, no se asume la pose solemne de las personas que comienzan a interesarse seriamente por el cine como arte.
Los matinales dominicales tienen la ventaja de que su público no asume una postura rígida; todo es más laxo Cuando todavía no se han apagado las luces, muchos se paran sobre los asientos, saltan sobre ellos, otros apuestan carreras en los pasillos, mientras los más pequeños lanzan gritos, acallados a medias por sus padres, quienes los acompañan con no poca complicidad. Y durante la proyección, una reacción bien directa que no escatima el aplauso o las exclamaciones de apoyo cuando el protagonista se aproxima al triunfo, los ata fuertemente a la pantalla. "El Regreso del Corcel Negro" llena todos los requisitos para ejercer este poder de fascinación dominical: un leve suspenso, paisajes exóticos, un protagonista con el cual se pueden identificar fácilmente, escenas de riesgo y mucha acción.
Quizá el único punto de contacto entre los cinéfilos y esta película sea el hecho de que su productor es Francis Ford Coppola, personaje importante del cine norteamericano de los últimos años, ya que el nombre de su director Robert Dalva, no produce la más mínima asociación referencial con respecto a la producción cinematográfica mundial. Coppola, quien ha sufrido varios descalabros económicos debido a la poca acogida, tanto entre el público como entre la crítica, que han tenido las últimas películas que ha dirigido, parece haber asegurado buenas ganancias con la producción de esta cinta. Ya en 1979, cuando también produjo la primera parte del "Corcel Negro", había obtenido buen éxito en la taquilla.
Para realizar esta película, Robert Dalva se basó en la novela homónima que Walter Farley, un escritor de obras juveniles que nos hace recordar al popular Emilio Salgari. Farley, durante la Segunda Guerra Mundial, estando prestando su servicio militar en Alaska, sobrellevaba las noches árticas escribiendo aventuras que tenían lugar en tierras que nunca había visitado: los desiertos de Africa del Norte. Con la historia del "Corcel Negro" completó una serie de 16 libros.
La película, tratando de lograr mucha más fidelidad con la realidad que la que se encuentra en los libros de Farley, imprime cierta credibilidad a la historia mediante la utilización de escenarios reales de Marruecos y Argelia, aunque sin abandonar la veta de fantasía. Inclusive, se toman el trabajo de reconstruir un "Pan Am Cliper", el famoso avión anfibio precursor de los vuelos de servicio transoceánico, para las escenas en que el protagonista viaja desde Nueva York a través del Atlántico. En fin, "El Regreso del Corcel Negro" pertenece al grupo de esas películas que nos acompañaron durante los años de infancia, que eran contempladas con la exigencia voraz de una entrega esencial y que todavía mantenemos confundidas entre los recuerdos: "Perdidos en el desierto" o "El niño y el toro" fueron algunas de ellas.