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GOL OLIMPICO

La improvisación y los enredos administrativos iban dejando por fuera a los televidentes colombianos de la fiesta deportiva de Atlanta.

26 de agosto de 1996

Las Olimpíadas son las fiestas deportivas por excelencia. Mucho más que el mundial de fútbol,son el gran festín internacional de disciplina, esfuerzo y destreza en el que hasta los países subdesarrollados tienen derecho a participar. Sin embargo Colombia este año casi se queda 'olímpicamente' fuera del banquete por cuenta de su provinciana televisión. Y de una exclusividad de la OTI sobre los derechos de transmisión para Colombia de este certamen, que por no explotarla ni compartirla por poco deja a los televidentes sin el pan y sin el queso. Mientras en Perú y Venezuela, por hablar de países cercanos, transmitieron desde el primer momento 12 horas diarias en directo , en Colombia no se vio en directo la majestuosa inauguración de los juegos y la semana pasada sólo se transmitieron pocas horas en directo y algunos pobres resúmenes en pésimos horarios. Uno de los argumentos esgrimidos por la OTI, como dice Marta Herrera, encargada de la dirección y coordinación de las transmisiones de los Juegos Olímpicos, era que la situación colombiana no podía compararse con las de las televisiones por cable de América Latina, que disponen de un canal entero para hacer sus transmisiones. "Aquí según Herrera, había que entrar a negociar a precios altísimos con los espacios de 24 programadoras que no siempre están dispuestas a ceder sus horarios". Sin embargo la Señal Colombia desde un principio estuvo dispuesta a transmitir todo el día los especiales de Atlanta, pero las programadoras socias de OTI Colombia (Caracol, JES, Datos y Mensajes, Punch, RCN y RTI) tardaron toda una semana para ponerse de acuerdo. De otro lado, se dio el despropósito de impedirle a las televisiones de cable de Colombia emitir aquello que la OTI no estaba interesada en mostrarle a los colombianos. El resultado fue una de las peores 'chiviadas' de la televisión nacional. En pleno siglo de la aldea global, cuando el mundo está unido en vivo y en directo por vía satélite, las transmisiones colombianas se vieron en diferido en un pésimo formato que dejó decepcionados a los aficionados. Aunque supuestamente la OTI venía trabajando hace seis meses en la preparación del evento, los presentadores sólo fueron contratados 20 días antes de su iniciación y su papel ha sido hasta el momento bastante deslucido, sin información, con comentarios obvios e imágenes que ya se habían visto durante todo el día en los noticieros. Es decir, por un contrato de exclusividad se decidió que las olimpíadas "no eran de dominio público" y que la OTI tenía todo el derecho no tanto a transmitirlas sino a no hacerlo si era su voluntad. Al cierre de esta edición, todo indicaba que la OTI había aceptado la oferta de Señal Colombia para transmitir los juegos a partir del viernes pasado. Pero aún así, los damnificados fueron los televidentes, que en pleno siglo de las telecomunicaciones ratificaron la condición de provincia en la que los tiene sumidos la televisión de su país, con sus lentas y desacertadas políticas tomadas siempre a la carrera y sin ningún tipo de planificación.