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Haga clic, sea famoso

Flickr se convirtió esta semana en la página de fotografía más usada, al alcanzar 2.000 millones de fotos. Sus usuarios la usan como un medio de expresión artística hecho en casa.

17 de noviembre de 2007

D e la curiosidad a la creación hay tres etapas. Los recién llegados a Flickr entran por recomendación de los amigos, suben una foto como para no dejar el espacio vacío y ponen sus datos básicos. Cuando gente de todo el mundo entra a sus páginas a mirar el trabajo propio, a recomendar y a opinar, viene la fiebre. Entonces sobreviene la tercera etapa y nace el artista, rudimentario o casual, profesional confeso o en vías de convertirse en uno: como todo el mundo ve su ventana de imágenes, la gente se arriesga a expresarse y comienza a crear.

Stewart Butterfield, creador de Flickr, anda de plácemes. Esta semana su portal se convirtió en el álbum fotográfico más importante del mundo, al superar las 2.000 millones de fotos. La imagen que se llevó el crédito fue una foto de un árbol ubicado en el mercado de Chinatown, en Sydney. Pero Flickr contiene más que fotos caseras y familiares y expresa mucho más que el ego de cada uno.

Según Butterfield, Flickr se convirtió en una posibilidad de expresión total. Incluso política. En Bielorrusia, cuando se prohibió el ingreso de periodistas en las elecciones de 2006, la gente local subió imágenes a través de este portal. O de temas insólitos. Hay grupos de gente que sube fotos de manos (1.066 miembros), de objetos con forma de círculos (más de 60.000 fotos), de sexualidad en todas sus variaciones -que incluyen desde besos apasionados hasta ex novias desnudas, en venganza-, o de temas tan específicos como 'Me das un mate', que tiene 304 fotos de gente tomando la bebida sureña; Wind, donde 1.042 fotos tratan de retratar el viento, o 20 Steps, donde los miembros del grupo toman fotos cada 20 pasos que avancen.

En Flickr las fotos son una excusa para interactuar. A pesar de Picasa (de Google), y de las herramientas de Microsoft, este portal de Yahoo supera de lejos a los otros. Sobre todo porque permite la creación y se convirtió en apenas tres años en la galería virtual más grande del planeta.

Algunos de ellos, gracias a Flickr, han dado el salto incluso a la realidad. Analía Manetta (Any Manetta) acaba de hacer una exposición colectiva en Buenos Aires con las fotos que dio a conocer a través de su página. Y ya tiene fanáticos seguidores. Chechi Pe dice de ella que "capta el color a lo Manetta... como si fuera una dimensión espacial más". Su camada de seguidores se unió a ella en un proyecto llamado Fotodoc, que está recaudando dinero para hacer un libro fotográfico colectivo.

En Colombia sus seguidores se cuentan por miles. Luisa Díaz, estudiante de fotografía, fue una de las primeras que ingresaron en Flickr, y en sus fotos ha trazado un trabajo de retratos personales en los que prescinde de la cara y juega con la edición para presentarse a sí misma sensual y a la vez real. Su testimonio lo aclara: "Flickr ha sido más una catarsis que una expresión artística. Cuando no hay palabras (o no existe la intención de usarlas), una cámara digital se convierte en el confesor confidente capaz de capturar lo que pasa adentro. ¿Para quién son las fotos? Para el mar infinito y anónimo de aficionados o desprevenidos que quieran verlas. No son pensadas para nadie, no buscan satisfacer a nadie, me atrevería a decir que son un documento probatorio del 'yo existí' y de mis estados de ánimo".

Pero también es fuente de trabajo y de relaciones. A la fotógrafa Nancy Mora, Flickr le ha abierto posibilidades, "sobre todo para mostrar mi trabajo y mi nombre. He conocido por medio de esta ventana mucha gente que tiene que ver con mi trabajo y así mismo he podido trabajar con ellos, publicar fotos y conocer el trabajo de mucha gente talentosa".

Claudia Mistelli, radicada en Bogotá, anota que para ella es una oportunidad de expresarse, "con posibilidades de conocer otros trabajos, otras formas de ver el mundo... Y algo que me parece importante destacar es lo que tiene que ver con los 'creative commons': compartir mi trabajo con todo aquel que esté interesado, claro está, ¡respetando la autoría!".

En Medellín, Ana María Rincón, ingeniera de diseño de productos, ha conocido gente gracias a Flickr y ha asistido a encuentros de miembros del portal tanto en su ciudad como en Bogotá. "Comparto mi mirada del mundo y de las personas", anota. En la red se llama a sí misma Supernova85. Su hermana Laura, periodista, también entró en la onda y ambas exploran sus posibilidades artísticas con sus propias cámaras compactas.

Lo más sorprendente es que no es sólo un medio para anónimos. Fotógrafos conocidos, como Andrés Hernández y Richard Emblin, publican sus mejores trabajos en la red. Su colega Leo Carreño asegura que Flickr hace las veces de un gran centro comercial virtual, una especie de galería de arte, "donde cada uno tiene su 'chuzo' y, al tiempo, se está pendiente de lo que exponen los demás. Mi 'chuzo' ya se mueve casi solo. Sigan, a la orden", invita.

Zuan Carreño, ganador del concurso de fotomodelaje Ford, usa el espacio para mostrar su evolución como fotógrafo de moda. Hasta el momento tiene 850.000 visitas a su galería y recibe "comentarios de fotógrafos de todo el mundo, el apoyo y sugerencias de cientos de miles de personas". Mejor vitrina parece imposible.

Incluso fotógrafos famosos como Markus Klinko (quien ha retratado a Beyoncé, Cristina Aguilera y Pamela Anderson) han comentado sus fotos. El colombiano viajará a Nueva York en enero para conocerlo en persona... gracias a Flickr. No faltan los famosos que usan este espacio para promocionarse o para simplemente mostrar su otra cara. Bjork es una de ellas.

AIIY, como firma en Flickr, tiene una definición más sencilla del fenómeno: "Es un espacio que tengo de 'culto al yo'. Es un minimundo donde me gusta ser una NN en cada foto y poder representar lo que quiero".

Y eso, finalmente, también es una forma de arte: representar el mundo interior y expresarlo a los demás. Con un ventaja: esta galería virtual la puede ver todo el mundo, todos opinan sobre ella, está en permanente evolución y permanece en el tiempo y en el ciberespacio.